En 1966, poco más de cien años después del nacimiento del fútbol, Inglaterra organizó el Mundial, en el que a la postre levantó su único título hasta el día de hoy al derrotar a Alemania en la final. Antes de la disputa del torneo, una compañía dedicada al comercio de sellos, la Stanley Gibbons, solicitó el alquiler del trofeo para exponerlo como reclamo publicitario. El deseo le fue concedido, pero con tan mala fortuna que unos cacos robaron la estatua diseñada por Abel Lafleur en la primera noche de estancia en sus instalaciones. El país se conmocionó. Scotland Yard se puso manos a la obra. La Copa había desaparecido antes de que el Mundial comenzara. La búsqueda no dio frutos hasta que Pickels, el perro de un vecino del sur de Londres, la encontró abandonada envuelta en papel de periódico detrás de un seto. Pickels se convirtió en un héroe nacional en Inglaterra.

Como un héroe nacional celebró Eguaras, lúcido y decisivo, el primer gol del Real Zaragoza en esta Liga, el 1-1 en Alcorcón a los tres partidos y 55 minutos de juego. Llegó en una acción diseñada en la pizarra que lanzó Zapater usando el arte del engaño y culminó el centrocampista navarro con un sutil toque de derecha. Eguaras corrió hacia el córner mandando callar de manera delicada y soltando toda la rabia contenida. Su tanto, toda una proeza en este primer mes de competición, sirvió para cambiar el destino del partido después de una primera parte con un centro del campo Frankenstein de imposible justificación, con Petrovic y su trote cochinero al mando y Eguaras y Zapater mal escalonados.

El equipo cortocircuitó y Narváez no resolvió su gafe en un par de acciones aisladas en las que pudo marcar y Dani Jiménez se lo impidió. Con el 1-0 y advirtiendo la ruina, JIM se desdijo en el descanso y reestructuró por completo su errónea idea inicial. El equipo se ordenó con lógica, mejoró con Nano Mesa y Sainz (y Eguaras dirigiendo) y el encuentro se volvió de cara. El segundo tanto de la temporada, obra de Vada tras aprovechar un error de la zaga del Alcorcón, fue celebrado por todo lo alto, como el hallazgo de Pickels.