Más de una semana después de que el grupo inversor Spain Football Capital remitiera al Real Zaragoza su oferta «vinculante» para hacerse con la mayoría de acciones del club, el proceso continúa en el aire. El documento que debe acreditar la solvencia financiera exigido por la familia Alierta para acceder a seguir negociando el cambio de poderes todavía no habría sido enviado desde la sociedad inversora, que, en todo caso, anuncia novedades para esta misma semana. «Debería ser una semana de avances», aseguran fuentes cercanas a Spain Football Capital.

Mientras, la familia Alierta continúa en una especie de maniobra a dos bandas. Las conversaciones con Ander Herrera y César Sánchez, los dos exzaragocistas que aspiran a acceder al accionariado de la entidad, se suceden a la espera de que Spain Football Capital cumpla con lo requerido desde la mayoría accionarial del Real Zaragoza que, la pasada semana, tenía la sensación de que el proceso tomará en un máximo de 20 días un rumbo u otro de forma definitiva. En todo caso, desde las dos partes se asegura que no existe un plazo límite establecido para que la sociedad inversora muestre ese documento que los Alierta consideran indispensable para continuar hablando.

Así, la situación institucional del Real Zaragoza continúa tan poco clara como la deportiva. Con el equipo en la zona baja de la tabla clasificatoria tras haber logrado un solo triunfo en las seis jornadas disputadas hasta la fecha, el largo proceso de compraventa del club aragonés continúa instalado en la incertidumbre entre el hastío de una afición que asiste atónita al desarrollo de unas negociaciones que en julio ya culminaron con un acuerdo cerrado a expensas de la llegada de un dinero que, sin embargo, nunca apareció. Por eso, los Alierta, aún escocidos por aquella demora, exigen ahora garantías de pago. Entonces, el acuerdo era para la adquisición de la totalidad de las acciones de la Fundación mientras que, en esta ocasión, Spain Football Capital solo pretende hacerse con ese casi 51% de acciones en poder de César Alierta y de su sobrino y vicepresidente de la entidad, Fernando Sainz de Varanda.

En realidad, la situación apenas ha presentado novedades desde que, hace más de dos semanas, el Real Zaragoza anunciara, a través de un comunicado oficial, que no esperaría más a Spain Football Capital (al que no nombró en ese escrito) y que se lanzaba a la búsqueda de nuevos inversores a través del despacho de abogados Cuatrecasas. El mensaje obtuvo una rápida respuesta por parte de la sociedad liderada por el abogado catalán Kiko Domínguez y el empresario Carlos Álvarez del Campo, que, por primera vez, se pronunciaban públicamente para anunciar la presentación inminente de una «oferta vinculante» destinada a Alierta con el objetivo de hacerse con la mayoría accionarial del Real Zaragoza, al que pretende devolver «a Primera y a Europa».

Los tiempos

Pero, ahora, el club no tiene excesiva prisa. El aplazamiento del pago del concurso de acreedores y, sobre todo, la firma del convenio entre LaLiga y el fondo CVC, ha aportado una ingente dosis de oxígeno al club y tiempo para evaluar bien una propuesta que, en todo caso, no colma las aspiraciones de la propiedad.

Mientras, Ander Herrera ha vuelto a admitir públicamente que está en conversaciones con el club para acceder al accionariado. Lo hizo hace unos días en El Larguero, aunque insistió en que su idea es aportar una cantidad económica que podría ser de un millón de euros (César pondría otro millón). «Comprar el club son palabras mayores», matizó el futbolista del PSG.

En todo caso, esa opción está aún «muy verde», según la actual propiedad del club. Además, esa vía no permitiría a Alierta recuperar lo invertido si, como declaró a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN a comienzos del verano, el máximo accionista mantiene su deseo de salir de la entidad. En principio, solo la entrada de Spain Football Capital permitiría esa posibilidad, pero, para ello, el grupo inversor debe acreditar su solvencia económica, un requisito sine qua non, la familia Alierta se niega a seguir negociando. De momento, ese documento exigido aún no ha llegado, aunque podría haber novedades en las próximas horas.