Luis Belló, exjugador del Real Zaragoza y el entrenador que, al mando de ‘Los Magníficos’, conquistó los dos primeros títulos en la historia del club, falleció este domingo a los 92 años. Belló, que llevó al Zaragoza a ganar la Copa de Ferias y la primera Copa de España, entonces Copa del Generalísimo, en el año 1964, ya había formado parte del Real Zaragoza como jugador. «Su elegancia y estilo de juego dejaron sello en la formación zaragocista, a la que contribuyó a engrandecer», detalló ayer el club en un comunicado en el que mostró sus condolencias.

Posteriormente, Belló se hizo cargo durante unos meses del banquillo de la formación blanquilla, en sustitución de Antonio Ramallets. En ese tiempo, y bajo su dirección, el Real Zaragoza conquistó su primer título internacional, la Copa de Ferias, y días después, su primer título de Copa.

Como jugador, Belló, nacido en la localidad murciana de Cieza, era un interior que llegó al Real Zaragoza a los 20 años para coincidir en el primer equipo blanquillo con su hermano mayor Paco. Logró el ascenso a Primera en la temporada 1950-51 y disputó 130 partidos oficiales y marcó 34 goles en las cinco campañas que militó en el equipo aragonés.

Aunque la mayor hazaña de Belló fue, sin duda, la conquista de los dos primeros títulos en la historia del club que llegaron con apenas unos días de diferencia. El verano de 1964, el Zaragoza de ‘Los Magníficos’ derrotó en el Camp Nou al Valencia en la final de la Copa de Ferias (2-1) con tantos de Villa y Marcelino y, apenas doce días después, vencía en la final del Generalísimo disputada en el Santiago Bernabéu al Atlético de Madrid por idéntico marcador y con los goles de Villa y Lapetra. «En el Zaragoza pensaron que no valía la pena fichar a otro para lo poco que quedaba. Luego, cuando estábamos ganándolo todo, supe que se había contratado a Roque Olsen para la temporada siguiente», relató Belló a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN en un reportaje elaborado en el 2014 para rememorar el 50 aniversario de la primera vez que Marcelino, Villa, Canario, Lapetra y Santos jugaron juntos. Fue en Lieja, ante el Royal Football Club Liégeois, el 22 de abril de 1964 y con Ramallets en el banco de un partido de Copa de Ferias que acabó con derrota (1-0).

Pero fue Belló el que apostó por Santos, suplente habitual para Ramallets. «Yo confié en Santos por la táctica que pensaba emplear. Me parecía que se adaptaba mejor a mis planes que Duca. En la prensa hablaban de esos jugadores y los calificaban de magníficos, y yo, refiriéndome a Santos, dije: ‘Ahora los magníficos son cinco’. Enseguida se empezó a hablar de los Cinco Magníficos. Luego, en una celebración, dije que yo no había dirigido a los Cinco Magníficos sino a los Once Magníficos», recordó en ese mismo reportaje Belló a través de su yerno, el escritor zaragozano Ignacio Martínez de Pisón.

Fue él, Belló, el que encumbró aquel Zaragoza con el que hizo historia. «Era una persona encantadora. Un hombre simpático, agradable y un diez en todo. Y como entrenador llegó desde el Aragón y todo le salió a pedir de boca. Tuvo mucho mérito porque el mejor técnico es aquel que no hace daño y sabe sacar provecho de lo que tiene. Y él lo hizo a la perfección», afirma Juan Manuel Villa, uno de aquellos ‘Magníficos’ que alcanzaron la gloria. «No tocó nada y eso es síntoma de inteligencia. Luis Belló ocupa un lugar muy importante en la historia del Real Zaragoza. Tuvo la oportunidad y la aprovechó. Se dio todo como debía darse», subraya el exfutbolista sevillano.

Dialogante y afable

Para Darcy Silveira Dos Santos Canario, la muerte de Belló supone la pérdida de «una gran persona y un entrenador extraordinario» del que destaca su carácter dialogante y afable. «Siempre se preocupaba mucho por nosotros y por cómo nos iba en el plano personal y preguntaba por nuestras inquietudes», asegura el brasileño, que destaca el «nulo afán de protagonismo» del que fue su entrenador en el Zaragoza. «Sabía lo que había y hacía lo que debía. Era un hombre dialogante y nada de mano dura. Luis Belló era una buena persona y un gran entrenador que logró los dos primeros títulos en la historia del club y con el que nos entendíamos muy bien», incide Canario.

Belló fue el entrenador de un Zaragoza adelantado a su tiempo al que acompañó hacia la gloria. Lo hizo desde un segundo plano, sin acaparar focos ni portadas, consciente, quizás, de estar al mando de un equipo de leyenda. «Éramos como amigos. Yo tenía 35 años, pocos más que ellos. También entre ellos había muy buena relación, dentro y fuera del campo. No tuvimos mucho tiempo de celebrar los títulos. Nos recibió el alcalde, tuvimos una comida, saludamos desde el balcón del Ayuntamiento... y nos fuimos de vacaciones», recordaba el murciano a este diario. ««La técnica de esos futbolistas era fabulosa, pero su gran virtud era que su buen fútbol estaba siempre al servicio del equipo», añadía. 

 El zaragocismo pierde a uno de los cuatro entrenadores (los otros tres son Luis Costa, Víctor Muñoz y Víctor Fernández) en la historia del club que han conquistado dos títulos y el único que consiguió ambos en una misma temporada. Luis Belló, el técnico ‘Magnífico’ que abrió las puertas de la historia, se marcha dejando tras de sí un legado marcado por el honor. «Se va un grande», resume Juan Manuel Villa.