No llega el derbi en el mejor momento para ninguno de los dos contendientes. Real Zaragoza y Sociedad Deportiva Huesca afrontan la cita metidos en problemas, lo que añade un grado extra de trascendencia a un duelo que el presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, no se perderá. «El partido llega en un momento complejo para ambos equipos porque, lamentablemente, su inicio liguero no ha sido el deseado ni para el Zaragoza, que empezó con muchas ocasiones en todos los partidos aunque hacía pocos goles, ni para el Huesca, que ganó los primeros encuentros pero la dinámica no ha continuado», detalla el máximo responsable del Ejecutivo autonómico.

En este sentido, la tabla dicta sentencia y aboca a los dos equipos a la pelea por salir cuanto antes de la zona peligrosa. «La realidad actual es que hay poca diferencia en la clasificación ya que solo les separan dos puntos», añade el presidente, que, en todo caso, tiene claro que todo puede cambiar muy rápido. «La Segunda División está muy igualada y sumar los tres puntos supone dar un salto grande en la clasificación» aunque, para ello, Zaragoza y Huesca deberán superar su principal escollo. «En estos momentos ambos conjuntos tienen dificultades para hacer goles y ganar».

Lambán no tiene un favorito claro. De hecho, cree que el partido acabará en tablas. «Me da la impresión de que habrá empate», sostiene. Pero, ante todo, el dirigente aragonés confía en que todo haya cambiado cuando Zaragoza y Huesca vuelvan a verse las caras en la segunda vuelta del campeonato. «Mi deseo es que en la vuelta en El Alcoraz las dinámicas del Zaragoza y del Huesca hayan cambiado ya y ambos estén en la parte alta de la clasificación. Sin duda, este encuentro se debe celebrar cuanto antes en Primera División», afirma.

Pero, sobre todo, el presidente aragonés confía en que no haya incidentes y que se imponga el espectáculo. «Me gustaría que este partido sea una fiesta del fútbol aragonés y las aficiones se diviertan con deportividad. Ese es mi deseo», expone Lambán.