El Real Zaragoza regresa este jueves a La Romareda para medirse a la Ponferradina en busca de su primer triunfo ante su gente después de cinco intentos fallidos, tras los empates ante el Ibiza, la Real Sociedad B, el Oviedo y el Huesca y la derrota contra el Cartagena, un balance exiguo de cuatro puntos de 15 posibles que le convierte, además de en el único equipo de la categoría de plata que aún no conoce la victoria de local, en el segundo que menos puntos lleva en su feudo, ya que el Alcorcón solo suma tres. Eso sí, al menos el colista sí sabe lo que es ganar en su estadio, ya que derrotó al Burgos en su último encuentro en casa, algo que el Zaragoza no puede decir por el momento.

Así, el gran cambio que ha vivido en la faceta claramente negativa el Zaragoza de Juan Ignacio Martínez es ese, de basar la reacción en pos de la permanencia durante el curso pasado en una Romareda vacía, sumando dos tercios de los puntos (24 de 36) que puso en disputa a solo llevar el 26,6% ahora, con un estadio en el que ha retornado el público y en el que el aforo permitido ya ha sido del 100% en los dos últimos encuentros, con una entrada en el reciente derbi ante el Huesca que superó los 25.000 aficionados.

JIM arribó a mediados de diciembre pasado a un Zaragoza en descenso y en una caída imparable, con 13 puntos en 18 jornadas y con muy malos datos en casa, donde llevaba dos victorias, cuatro empates y tres derrotas para sumar 10 puntos de 27 posibles (37%). El técnico alicantino, con muchas dosis de trabajo psicológico, logró revertir esa tendencia pese a que las circunstancias apenas variaron, seguía el Municipal sin público por culpa de la pandemia y en enero solo llegaron tres refuerzos (Peybernes, Alegría y Sanabria). Sin embargo, el Zaragoza comenzó a hacerse fuerte en su estadio y coleccionó siete victorias, ante Lugo (1-0), Logroñés (2-0), Ponferradina (1-0), Tenerife (1-0), Mirandés (1-0), Almería (2-1) y Castellón (3-0), encajando solo una diana en todas ellas, algo fundamental para convertir La Romareda en un fortín en el que basar la recuperación del equipo.

Mientras, el Zaragoza sumó en su feudo empates sin goles ante Cartagena, Sporting y Espanyol. Además, perdió contra el Alcorcón por la mínima y cayó goleado con un repóker por el Leganés, aunque en esa cita el Zaragoza, en el epílogo liguero, ya tenía amarrada matemáticamente la permanencia. El caso es que ese balance de siete triunfos, tres empates y dos derrotas fue absolutamente indispensable en la salvación zaragocista, porque en La Romareda JIM conquistó 24 de los 37 puntos globales que sirvieron para esa continuidad en la categoría de plata. En total, sumó el 66,6% de los que puso en juego en el Municipal, lo que supone más del doble del promedio actual de bagaje que lleva. La diferencia en el Zaragoza está, sin duda alguna, ahí. Y en esa mejoría en su estadio está la llave para que abandone los bajos fondos de la tabla.

Similar fuera de casa

Y es que, además, a domicilio, el conjunto zaragocista mantiene con JIM la tendencia del año pasado y está sumando puntos, incluso más que en el curso anterior. En la recta final para la permanencia logró tres triunfos (Las Palmas, Málaga y Fuenlabrada), cuatro empates (Lugo, Logroñés, Sabadell y Cartagena) y cinco derrotas (Girona, Albacete, Oviedo, Rayo y Mallorca) para conquistar 13 puntos de los 36 que puso en juego, un 36,1%. Ahora, en el curso actual, sumó una victoria, la única que lleva, en Alcorcón, y empató en Lugo, Fuenlabrada y Málaga, para solo caer derrotado en Valladolid y llevar 6 puntos de 15 posibles (el 40%). Es decir, un promedio ligeramente superior a domicilio. El gran problema está en casa, donde ahora vienen Ponferradina, Mirandés y Sporting como siguientes visitantes. Ahí tiene que enderezar el torcido rumbo para solucionar ese gran cambio negativo con JIM.

En este curso en casa, el Zaragoza arrancó con un discreto empate ante el Ibiza, en el peor partido en La Romareda, y no mereció caer ante el Cartagena, pero le penalizó el buen día del meta Marc Martínez y un gol en propia puerta de Fran Gámez. Más injusto fue el empate ante la Real Sociedad B en un partido en el que el Zaragoza tuvo oportunidades de todos los colores, con hasta 19 remates, 12 de ellos a puerta, mientras que la contienda contra el Oviedo estuvo muy nivelada y también el derbi contra el Huesca, donde el conjunto de JIM sí mereció marcar tras el descanso y hasta mandó al palo una pena máxima por medio de Álvaro Giménez. De esos dos últimos partidos en su feudo el Zaragoza salió con dos igualadas sin goles y ahora la victoria este jueves es inexcusable. En total, son cuatro puntos cosechados y solo un gol anotado, el de Narváez ante el Sanse, mientras que ha recibido dos dianas en La Romareda, la mencionada de Fran Gámez y la que marcó Magunazelaia para el filial donostiarra.