La falta de gol en casa, donde el Zaragoza solo ha marcado cinco tantos, es la causa principal de que el conjunto aragonés no esté más arriba en la tabla clasificatoria. Esa pertinaz sequía anotadora explica que la escuadra de JIM haya ganado solo un partido de los nueve que se han disputado en La Romareda y que el Zaragoza, que pierde en casa todo lo que gana fuera, sea el cuarto peor local de toda la categoría tras haber sumado únicamente nueve puntos de los 27 que se han puesto en disputa.

Esos cinco goles marcados por el Zaragoza en esas nueve contiendas jugadas al abrigo de los suyos suponen el peor registro de toda la historia del club. Nunca antes, ni en Primera ni en Segunda División, La Romareda había asistido a un acierto ofensivo de su equipo menor que el del actual. Ni siquiera en la temporada 2018-19, una de las peores de toda la existencia de la entidad y en la que también se había ganado un solo partido en casa a estas alturas (2-1 al Rayo Majadahonda en la jornada inaugural del campeonato), pero ya no habría más hasta la jornada 19, ya con Víctor Fernández en el banquillo convertido en el tercer entrenador de un equipo que ya se había despedido de dos técnicos, Imanol Idiakez y Lucas Alcaraz. 

Víctor salvó a aquel Zaragoza de una muerte segura. Al igual que Juan Ignacio Martínez (JIM), cuya trayectoria en La Romareda fue excelsa la pasada campaña (solo perdió ante el Alcorcón y el último encuentro, ya con la salvación en el bolsillo, ante el Leganés) pero que no ha conseguido dotar a su equipo de la regularidad necesaria como local para aspirar a cotas mayores.

Solo en otras tres ocasiones a lo largo de la historia de la entidad, el Zaragoza llegaba a la jornada 18 del campeonato después de haber conseguido un solo triunfo en su feudo. Una de ellas (la referida 2018-19) fue en Segunda y las otras dos (1996-97 y 1997-98) lo hizo en Primera División.

El equipo de JIM se ha quedado sin anotar en más partidos (5) de los que ha visto puerta (4). El Leganés fue, el pasado lunes, el último en echar un candado que el Zaragoza tampoco había conseguido abrir en los empates sin goles cosechados ante Ibiza, Oviedo y Huesca y en la derrota frente al Cartagena (0-1). 

Eso sí, los cinco tantos logrados por los aragoneses siempre le han reportado puntos. Solo en una ocasión (ante el Sporting en la única victoria que luce en su casillero) hizo dos dianas (2-0), mientras que en otros tres choques marcó un tanto que siempre le otorgó un punto (frente a Real B, Ponferradina y Mirandés).

Se da la circunstancia, además, de que el Zaragoza no sabe remontar en casa, donde únicamente ha sido capaz de adelantarse en el marcador en dos de los nueve partidos disputados hasta la fecha. Y solo contra los asturianos retuvo todo el botín. Frente al Mirandés, al que había marcado en el primer minuto, se quedó sin el triunfo por culpa de un gol en el descuento.

En cambio, cuando ha sido el rival quien ha tomado ventaja en el luminoso, al Zaragoza solo le ha dado para, como máximo, empatar. Así lo hizo ante el filial de la Real Sociedad B y contra la Ponferradina (1-1), pero sucumbió frente a Cartagena y Leganés (0-2), ante el que, además, apenas disfrutó de ocasiones claras de gol. 

El problema, está claro, reside en casa, donde el Zaragoza ostenta el peor registro goleador de toda su vida. JIM suspira por rescatar aquel fortín de la pasada campaña, pero La Romareda es un campo abierto.