El Real Zaragoza ha sido capaz de ganar tres encuentros consecutivos, de reavivar las ilusiones en tardes magníficas como contra el Sporting, victoria, juego, goles y ambiente espectacular, todo lo que un aficionado reclama de una tarde de fútbol. El Real Zaragoza ha sido capaz de remontar un marcador adverso en Las Palmas y de tumbar sobre el césped a su rival en un combate de golpes y juego ofensivo en el que rayó a una altura sobresaliente y fue muy contundente en el área contraria.

El Real Zaragoza brilló aunque no derrotó ni al Fuenlabrada ni a la Real Sociedad B, supo sacar lo máximo de su nivel más mínimo en Burgos e invertir una tendencia peligrosísima, estuvo trece jornadas consecutivas sin perder, en estos momentos solo tiene a dos equipos de la categoría en mejor posición en la tabla de goles encajados, siempre señal de buenas cosas en Segunda, y en su plantilla cuenta con un Jair en un tono magnífico y con Francés, una de las joyas de mayor valor de Segunda. Después de un letargo preocupante y una sequía larga, sus delanteros despertaron de golpe: Álvaro Giménez hizo tres tantos en tres jornadas, Nano Mesa afinó la puntería y vio también portería por partida doble y Borja Sainz sumó en jugada un gol más a aquel que transformó de penalti en Lugo.

El Real Zaragoza ha sido también capaz de estar nueve encuentros seguidos sin vencer, de describir una clara curva descendente en la calidad de sus actuaciones, con momentos de alarma como ante la Ponferradina o el Mirandés, de hacer unos cuantos partidos que ni fu ni fa y de llevar una mala trayectoria en La Romareda, con una victoria de nueve posibles. El Real Zaragoza ha convivido con una situación extrema: Álvaro Giménez y Nano Mesa, los dos delanteros principales fichados para subsanar el problema del gol de la pasada campaña, estuvieron secos durante las doce primeras jornadas. Y con otra para la que Juan Ignacio Martínez todavía no ha encontrado la solución ideal, un centro del campo muy cambiante y con una excesiva volatilidad por la falta de consistencia de varios de los jugadores.

En estos tres primeros meses y medio de competición, el Real Zaragoza lo ha sido todo y ha sido nada. Fruto de esa irregularidad y de esos vaivenes, sus méritos y sus deméritos le han colocado en la mitad de la tabla con 22 puntos, a la misma distancia de las zonas altas, el lugar hacia el que mira el club, el entrenador y los jugadores, que de las zonas bajas, de cuyo nombre nadie quiere volver a acordarse. El Real Zaragoza está todavía por definirse. En Lezama, contra el Amorebieta, perfilará un poquito más quién es y hacia dónde va.