El Real Zaragoza ha hecho todo un máster de empates en lo que va de temporada, con hasta 11 tablas de 18 citas. La de Lezama (1-1) bajo la lluvia y el frío y ante un Amorebieta luchador e intenso, pero previsible y limitado, tiene un sabor muy amargo por la manifiesta incapacidad que mostró el equipo para doblegar a un 'Amore' tras adelantarse en la primera parte con el gol de Álvaro Giménez nivelado pronto por el rival tras una acción desafortunada de Jair, pero sobre todo en el tramo final del encuentro, con el enemigo en inferioridad desde el minuto 67 y con un Zaragoza torpe y devaluado con los cambios para dar toda una lección de cómo no gestionar una ventaja de efectivos.

El empate, la octava cita consecutiva del equipo sin caer a domicilio, donde sus números son de ascenso, deja un poso amargo, demasiado, mayor si se miran los tres rivales que llegan ahora, Eibar, Almería y Tenerife, todos de la zona muy noble. El Zaragoza tuvo todo a su favor para firmar un triunfo que le hubiera acercado mucho al playoff, ahora a cuatro puntos. Y se llevó un punto que ratifica lo mucho que sufre y le cuesta cuando toma la iniciativa. En Lezama el Amorebieta se la dio, con hasta un 65% de posesión, y los de JIM enseñaron una clara y repetida debilidad en su fútbol, que fue de más a menos para acabar siendo horroroso.

Con hasta cinco cambios se presentó el Zaragoza en Lezama con la esperada lluvia como protagonista pero con un césped perfecto para la mucha agua caída antes y durante el pleito. JIM dispuso a Petrovic para aumentar la capacidad aérea y a Bermejo y a Borja Sainz para buscar la velocidad en las bandas con Vada como centrocampista más adelantado y Fran Gámez y Chavarría en los laterales. El Zaragoza tenía muy claro el guion, buscando la espalda de la adelantada defensa del Amorebieta y un primer envío de Chavarría dejó solo a Álvaro, pero no superó a Marino con su disparo.

Otra acción con fuera de juego del delantero fue el anticipo del gol, en el que Gámez fue el lanzador y la irrupción de Vada acabó con una perfecta vaselina para que el balón diera en el palo y Álvaro remachara a placer. El gol debía suponer un punto de inflexión para el Zaragoza, que ya mostraba dudas atrás, sobre todo por el flanco de Chavarría y Jair, pero De la Fuente Ramos convirtió un robo de Borja Sainz, muy activo, en una falta que paró una contra peligrosa y propició un centro de Seguín en el que Jair desvió lo justo despistando a Cristian en el 23.

Borja Sainz, en una combinación con Bermejo, rozó el segundo, pero el Zaragoza estaba de caída, con Francho sin aparecer y Petrovic dando muestras de lentitud, y empezaba a tener demasiadas vías de agua. Olaetxea, en un despiste tras una falta, tuvo el segundo, evitado por Francés y Fran Gámez y el Amorebieta estaba cada vez más cómodo, con un remate de Orozko y un larguero tras fuera de juego de Peña como los últimos avisos antes de que el Zaragoza viera complacidos sus deseos de llegar a un descanso que necesitaba más que el rival.

La expulsión de Orozko

El intermedio sacó un Zaragoza queriendo dar ese paso adelante. Apareció algo más Francho, Petrovic se asentó en el medio y el equipo generó dos disparos, de Francho y Francés, con poco tino antes de que el Amorebieta rozara el gol en una contra de Obi que Orozko mandó al limbo antes de que viera la roja en el minuto 67 de forma merecida por una dura entrada a Vada con los tacos por delante.

Contra 10 y con casi media hora por delante, el Zaragoza fue la viva imagen de la incapacidad, en aumento además. Una llegada de Fran Gámez a pase de Petrovic fue lo único que produjo para que después JIM, que tardó un mundo en hacer los cambios, no diera con la tecla con los cinco que hizo en el último cuarto de hora.

Eguaras y Juanjo Narvaéz entraron y aumentaron un tráfico interior que fue a más con Adrián y James, con Azón como referencia buscada en el tramo final. El Amorebieta, con la colaboración, arbitral perdió todo el tiempo del mundo, pero es que el Zaragoza fue un canto a la desesperación, una oda a la frustración colectiva, con una terrible incapacidad para superar a un rival con uno menos y haciendo el campo más pequeño retirando a Borja Sainz y no dando entrada a jugadores de banda como César Yanis que nadie sabe aún a qué ha venido. Un quiero y no puedo absolutamente desolador que deparó un empate lleno de torpeza. 

Ficha técnica

SD Amorebieta: Marino; Aldalur, Oscar Gil, Markel Lozano, Luengo, Seguín; Olaetxea (Iker Bilbao, m.66), Larrucea, Álvaro Peña (Mikel Álvaro, m.83); Obieta (Guruzeta, m.72) y Orozko.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Petrovic (Adrián, m.82), Vada (James Igbekeme, m.88), Francho; Bermejo (Eguaras, m.77), Álvaro Giménez (Iván Azón, m.82) y Borja Sainz (Narváez, m.77).

Goles: 0-1, m.18: Álvaro Giménez. 1-1, m.24; Jair, en propia puerta.

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Árbitro: Oliver de la Fuente Ramos (Comité de Castilla y León). Expulsó a Orozko, en el minuto 67, por una fuerte entrada a Vada; y a Juanma Guerrero, preparador físico zaragocista, por sus protestas, en la prolongación. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Aldalur (m.29), Seguín (m.53), Larrucea (m.89) y Guruzeta (m.92) y a los visitantes Jair (m.71) e Igbekeme (m.91).

Incidencias: Partido de la jornada 18 de Segunda División, disputado en el campo 2 de las Instalaciones de Lezama, en una tarde fría y muy lluviosa, ante 1.250 espectadores, 450 de ellos zaragocistas