En una viñeta del pasado 31 de diciembre en La Provincia, diario de Las Palmas de Gran Canaria perteneciente al grupo Prensa Ibérica, Montecruz reproducía una escueta conversación entre dos señores sentados en un banco, siluetas negras sobre un fondo blanco, sin trazos personales en sus figuras, solo los que la imaginación de cada cual fuese capaz de fantasear poniendo luz sobre las sombras con la perspectiva de los dos perfiles perdiendo su inexistente mirada en el horizonte. El primero de ellos le preguntaba a su acompañante: ¿Qué le pides al Año Nuevo? Y el segundo respondía: Que no joda.

En marzo de 2020, la aparición de la pandemia rompió en pedazos el sueño del ascenso a Primera, muy bien encaminado por el equipo que por aquel entonces dirigía Víctor Fernández y una Romareda en ebullición. El parón de la Liga destrozó todas las ilusiones y, a la vuelta, con los estadios vacíos, la gestión de la nueva coyuntura, de ese otro fútbol, fue totalmente equivocada. El Real Zaragoza acabó eliminado en el playoff por el Elche y en guerra contra el mundo, una pelea que terminó siendo estéril. El 2021 arrancó también torcido, con la permanencia puesta en riesgo de manera real. Al final de esa temporada deportiva, la dirección se corrigió y el equipo aseguró la continuidad en Segunda.

De la mano del mismo entrenador que logró aquella milagrosa salvación con un plan conservador, pero que exprimió todos los recursos en su mano y la fortuna en máximos, el Real Zaragoza comenzó este 2022 en Miranda otra vez fastidiado. Obsesionado con no encajar, contra un rival sensiblemente diezmado con diez ausencias por covid, dibujó un partido con un planteamiento cobarde, sacado a destiempo, jugando con cinco defensas (cuatro de ellos centrales) en el momento más inadecuado, cuando la coyuntura favorable exigía valentía y ambición.

Una bobada de Valentín Vada le costó la expulsión en la primera mitad y el encuentro ya se puso imposible. Luego tampoco hubo respuesta ni desde la banda ni en el campo. Lluís López arruinó todavía más el plan del entrenador con dos errores consecutivos en el 2-0. Por razones de mayor importancia que las que aquí nos ocupan, Montecruz pedía en su viñeta un año nuevo que no jodiera. En una tarde horrorosa de fútbol, para el baúl de los malos recuerdos de esta infausta etapa en Segunda y ante casi mil zaragocistas, el Zaragoza siguió con su lamentable costumbre de estas temporadas en la categoría. Jodiendo otra tarde de domingo más.