¿Ya lo ha asimilado?

Es verdad que ayer creía que lo tenía asumido pero una vez que das el paso y lo haces oficial es verdad que se me vino el mundo encima porque dije, ahora sí. Por mucho que tengas tomada la decisión si todavía no lo has hecho oficial te sigues sintiendo futbolista y ahora se me hace raro pensar en pasado, en que no lo soy. Pero bueno, es ley de vida. Por suerte me ha llegado en el final de mi carrera y estoy contento de haber podido disfrutar tantos años.

¿Cuándo empieza a pensar que puede ser el final?

La segunda operación fue cinco meses después de la primera. A los cuatro o cinco meses cuando te dicen que si no está bien va a ser complicado y ves que no está bien, sigues con ilusión pero van pasando los meses y ves que para el día a día, sí, que me molesta en alguna ocasión pero lo puedo hacer bien, pero en cuanto hago un esfuerzo mayor veo que para competir es imposible. Si a mis sensaciones le sumas los consejos de los médicos pues creo que es la decisión correcta.

Pero no la deseada.

Me hubiera gustado retirarme con un estadio lleno, como dios manda, y disfrutando del fútbol hasta el último día.

Apenas ha podido jugar en el Ejea.

El único partido oficial que jugué fue en Copa Federación contra la Llagostera, que me lesioné. Siempre he dicho que me duele por mí, pero yo ya había pasado por estas cosas, soy un trabajador más, sé que tengo que convivir con estas situaciones, y sobre todo me dolía por el club. Hizo un proyecto muy importante, teníamos todos mucha ilusión, el club, la afición y yo, de poder disfrutar juntos y la verdad es que se truncó prácticamente en la primera jugada. Lo siento mucho por ellos y siempre me quedará esa espina.

¿Cuántas llamadas y mensajes ha podido recibir en las últimas horas?

No puedo decir cuántas porque he perdido la noción, ha sido un aluvión. Estoy muy agradecido por cómo os habéis volcado todos los medios, aficionados, amigos, todo el mundo. Ayer estuve hasta las tantas de la madrugada contestando mensajes de Whatsapp porque tenía cientos de mensajes privados. En redes sociales también… Ha sido una avalancha de cariño inmensa que al final después de tantos años piensas que algo habrás hecho bien cuando tanta gente te manda su cariño.

¿Qué balance hace de su carrera?

Han sido muchos años y el balance es muy positivo, desde luego. Es verdad que llevo cuatro operaciones de rodilla y también me ha tocado vivir la cara oscura del fútbol, pero ya lo dije ayer, si naciera mil veces, mil veces que volvería a pasar por lo mismo si estuviera en mi mano porque me he sentido un privilegiado durante muchos años. Estoy muy agradecido de todo lo que me ha dado el fútbol porque sin él no hubiera conocido a tanta gente que he conocido, ciudades, sitios, amigos de toda España que te llevas para siempre. Estoy muy agradecido a la vida por haberme dado esta oportunidad.

¿Cómo empezó todo?

Como todos los niños, empecé jugando a fútbol sala en Pina, el pueblo de al lado del mío, Fuentes de Ebro. Se me daba bien pero a esa edad hay muchos niños a los que se les da bien. Pasé al Fuentes en juveniles y a esa edad debuté en Tercera División y ahí creo que empezó un poco todo. Es verdad que hasta que no estoy en el Utebo y hago 30 goles no me creo que puedo vivir de esto. No por nada sino porque estaba trabajando y no se me pasaba por la cabeza que pudiera vivir de esto, lo veía de otra manera, no tenía esa sensación. El año del Utebo veo que es posible y hasta el día de hoy, que han pasado unos cuantos años.

Tuvo que marcharse de casa para poder vivir del fútbol.

Nunca tuve la suerte, como pasa muchas veces con diez o doce años, de llegar a una cantera, en este caso la del Real Zaragoza, y me tuve que ir fuera. Pero eso me ha dado la oportunidad de conocer muchas ciudades y a muchas personas, sitios increíbles. Tengo una hija de Alcoy, otra de Elche y un hijo de Huelva, así que esas ciudades siempre van a estar vinculadas a mi familia y las vamos a ir a visitar. Estoy muy agradecido.

Sin olvidar Oviedo, donde es un ídolo.

Sí, la verdad es que lo de Oviedo fue muy especial. Empezó incluso antes de ir al club porque estuvo a punto de desaparecer en 2012, si no recuerdo mal, y estando en el Elche me hice accionista del Oviedo por ayudar. No conocía la ciudad, ni el club, ni nada, pero tenía un compañero que venía de Oviedo, oviedista, y nos lo pidió y dijimos pues toma dinero y cómpranos acciones, algo simbólico. Y casualidades del destino, dos años después voy a parar a Oviedo. El destino me quiso poner ahí y el lazo de unión es muy fuerte, el cariño que me tienen tanto a mí como a mi familia y el que tengo yo por Oviedo y el Oviedo. Es de las cosas que te llevas para siempre. Hace cuatro años que no estoy allí y solo hay que ver los mensajes que me llegan por todas partes, como si estuviera presente. El cariño es inmenso.

Y no menos especial fue llegar al Real Zaragoza.

Zaragoza es mi casa y es el sueño que tiene todo niño que empieza a jugar al fútbol. Mi hijo tiene ahora ocho años y seguro que su sueño es llegar algún día ahí, ahora está en La Romareda como aficionado, pues pasar a estar ahí y jugar. A mí me llegó al final de mi carrera pero eso me hizo valorar más la situación.

¿Dónde nace su zaragocismo?

Como el de todos los niños, cuando eres pequeño y ves al equipo de tu ciudad que es un grande, porque he podido vivir las Copas, la Recopa, al Zaragoza en sus mejores momentos. Siendo de aquí es evidente que lo único que eres es zaragocista y tu sueño es estar ahí. Tengo un hermano mayor que jugaba al fútbol sala y al fútbol y siempre he ido detrás de él y hemos seguido al Zaragoza. Siempre digo que el escudo del Zaragoza está en mi corazón de serie, de nacimiento.

¿Iba a La Romareda?

Formaba parte de una peña zaragocista que había en Fuentes y veníamos mucho a La Romareda pero vivía allí y no es lo mismo, estamos hablando de hace muchos años. A lo mejor mis padres tampoco tenían los recursos para traerme todos los domingos, pero lo veíamos siempre que podíamos. Siempre que podía venía con la peña de Fuentes. No es como ahora, que con mis hijos vamos todos los domingos. Eran tiempos distintos.

¿Disfrutó en el Zaragoza?

Disfruté desde el momento en el que llego a una oficina del club y firmo mi contrato. Incluso antes, cuando sé que era oficial, desde ese momento hasta el último día. Sigo disfrutando, la verdad, porque voy a La Romareda y la gente te reconoce y te sigue pidiendo fotos, te has llevado el cariño de una afición, como digo yo, sin haberles dado nada a cambio porque apenas pude aportar mi entrega y mi trabajo durante año y medio. Pero veo que el cariño que me da la afición es más que lo que yo le pude dar al club en ese año y medio.

No jugaba muchos minutos pero su promedio goleador fue espectacular.

Sobre todo la segunda temporada. Siempre digo que los delanteros somos números y yo hice seis jugando muy poco, uno en Copa y cinco en Liga. La verdad es que el promedio de goles por minuto fue bueno.

Ahora le toca sufrir en la grada.

Sí, ahora sufriendo pero como he estado en el otro lado lo único que puedo hacer es mandar ánimos. Yo he vivido lo mismo que ellos, tanto las buenas como las malas situaciones, me pongo en su piel y lo único que quiero es que les vaya muy bien y que podamos disfrutarlo todos.

¿Tenía algún ídolo?

Todos hemos tenido, desde Pardeza cuando era más pequeño y después es que por Zaragoza creo que han pasado los mejores delanteros a nivel nacional. Morientes, el Guaje, luego en Segunda lo mejores delanteros, desde Luis Suárez, Ángel, Willian José, Borja Bastón, antes también Oliveira, Ewerthon, Diego Milito, Milosevic… Es que es imposible quedarte con uno porque, sinceramente, no sé si en otros clubs del nivel habrá habido tantos delanteros tan buenos.

¿Algún partido especial?

Muchos, diría uno por club de los que he estado. Cuando estás empezando porque estás empezando y la ilusión es tremenda, cuando llevas unos años porque te estás jugando un ascenso y lo consigues, cuando te juegas una salvación y lo consigues, cuando debutas con el Zaragoza... La verdad es que he tenido muchos buenos momentos en tantos años.

¿Un gol que nunca olvidará?

Quizás el del Lugo, que fue el primero con la camiseta del Real Zaragoza porque llevaba toda mi vida deseando marcar con el primer equipo y llegó ese día. Por mucho que no sea un gol espectacular, sí que sirvió para ganar porque empezamos 1-0 y ganamos 1-2. He metido muchos, por suerte, pero como especial y esperado, ese.

¿Sus hijos buscan sus goles?

Sí, muchas veces buscan en Google, ponen mi nombre y me dicen, anda, también jugaste en este equipo. Mi hijo pequeño tiene ocho años y llevo jugando muchos. Conoce mi historia, pero a veces busca algo y siempre se sorprende.

Y ahora, ¿qué?

Pues así a corto plazo, devolverle a mi familia lo que le he quitado, que han sido muchos fines de semana de fútbol, viajes y soledad para ellos. Cuando estabas fuera recuerdo irme y quedarse mi mujer sola con los tres niños. Ahora te das cuenta del esfuerzo que ha hecho por mí y quiero devolverle un poco todo ese tiempo que les he robado. Me gustaría estar vinculado al mundo del fútbol, tengo el título de entrenador pero ahora mismo no estoy pensando en eso.