La historia de Guinea Ecuatorial, que nunca se había clasificado para cuartos de la Copa de África sin ser el país anfitrión, pasa este domingo (20.00 horas) en el Omnisport de Douala (Camerún) por el duelo ante Senegal, vigente subcampeona y una exigente prueba para una selección con dos futbolistas del Real Zaragoza, los centrocampistas Jannick Buyla y Fede Bikoro, cedidos en el Nástic y el Hércules, y que sueña con la hazaña de un título que sería la mayor gloria futbolística de esta antigua colonia española de cerca de 1,5 millones de habitantes. “Nadie daba un duro por nosotros y ya estamos en cuartos. Queremos disfrutar al máximo, competir fuerte y hasta donde nos dé. Lo que es seguro es que vamos a ofrecer el 100%”, dice Jannick, canterano zaragocista, que entró en la Ciudad Deportiva en el Alevín A tras pasar por el Amistad y que es uno de los jugadores importantes de esta selección dirigida por Juan Micha.

"Si es que clasificarte ya era historia, la seguimos haciendo al llegar hasta aquí y hay mucha gente en el país que no es consciente de todo lo que supondría y lo que podemos llegar a hacer con ese título”

Hasta ahora, Guinea se había metido en cuartos de oficio, al ser coanfitrión con Gabón en 2012 y en 2015 porque albergó el torneo. En esa edición acabó cuarta. “Ni sé con qué comparar lo que supondría lograr el título. Para el país sería increíble, algo que jamás se habría pensado. Si es que clasificarte ya era historia, la seguimos haciendo al llegar hasta aquí y hay mucha gente en el país que no es consciente de todo lo que supondría y lo que podemos llegar a hacer con ese título”, refleja el jugador zaragozano, uno de los 15 futbolistas nacidos en España que tiene esta selección. No lo es Bikoro, que lo hizo en Douala (Camerún) y tiene la doble nacionalidad. El centrocampista cedido en el Hércules es fijo en Guinea. "Fede es muy importante aquí, nos aporta mucho", dice Buyla.

"Una de las bases es que haya tantos jugadores españoles en la selección de Guinea, porque el fútbol es muy diferente en África. Poner todo lo que hemos aprendido en España es parte de nuestro éxito"

La proximidad de Camerún y Guinea permite que la selección de este país sienta estos días el calor de los aficionados en un torneo donde no lo han tenido fácil, cayeron en la fase de grupos ante Costa de Marfil, “aunque por sensaciones merecimos empatar” y después ganaron a Argelia, vigente campeona, y a Sierra Leona para meterse en octavos ante Mali, otro duro examen que pasaron por penaltis, nada menos que 16. “Nuestro grupo era difícil, tuvimos otro enemigo duro en octavos, en cuartos toca otro complicado y si pasamos a semifinales pues será mucho mérito, porque son selecciones que por nombres de jugadores están por encima. Nosotros al final somos un país que no llega a dos millones de habitantes. Con eso vamos y estamos exprimiendo al máximo nuestras posibilidades”, refleja Jannick, para el que es decisivo el hecho de que en su selección haya tantos jugadores, hasta 14, que están en equipos españoles y los 15 que han nacido en España. “Es una de las bases, porque el fútbol es muy diferente al de África. Intentamos poner todo lo que hemos aprendido allí y eso es parte de nuestro éxito”.

La edición del covid

En una edición marcada por el covid, en la que por ejemplo Comoras tuvo que jugar en octavos ante Camerún sin sus porteros al estar contagiados, Buyla admite que “han salido bastantes casos y a nosotros al principio se nos mermó un poco el equipo, pero está más controlado. En África sales a la calle y no ves gente con mascarilla”.

Jannick Buyla controla un balón ante un rival en un partido de la Copa de África. GUINEA ECUATORIAL

Su torneo empezó con dos titularidades ante Costa de Marfil y Argelia y saliendo desde el banquillo en los dos siguientes choques, frente a Sierra Leona y Mali, donde convirtió uno de los interminables penaltis que se lanzaron por las dos selecciones para sellar el pase guineano. En total, 239 minutos en cuatro partidos. “Me considero un jugador que tenía que tomar responsabilidad y lo estoy haciendo. Estoy contento con mi papel”, dice el centrocampista, que debe volver en junio al Zaragoza, donde tiene contrato hasta 2024 salvo que el Nástic ascienda, porque hay una opción de compra obligatoria, aunque el club tarraconense tiene muy lejos esa posibilidad de subir, ya que es decimocuarto en el grupo 2 de Primera RFEF.

"El Zaragoza no ha hablado con nosotros para felicitarnos. Han sido más los aficionados que el club, pero eso no es algo a tener en cuenta. Por lo menos por mi parte”

El club aragonés no se ha dirigido, ni a él ni a Bikoro, con contrato hasta 2023, para felicitarles y darles ánimo. “No, la verdad es que no lo ha hecho. Han sido más los aficionados que el club, pero eso no es algo a tener en cuenta. Por lo menos por mi parte”, afirma, con la mente aún puesta en triunfar en el Zaragoza, el club de su vida. “Sigo pensando en lograrlo, al ser canterano ese sentimiento es indiscutible. Si subiera con el Nástic y pasara a ser de ese club se me quedaría seguro esa espina clavada de no haberme podido consolidar como jugador allí”, concluye Buyla con esa mirada al futuro que no tapa un ilusionante presente y con todo un país soñando con que lleven a Guinea a lo más alto.