El 6 de diciembre el Real Zaragoza venció al Eibar. Era la jornada 19 y hace más de dos meses de eso, de aquel gol de Francés que trajo el último ramalazo de felicidad para una afición que en los últimos años vive mucho más acompañada por las sombras y un panorama siempre oscuro. Así se ha tornado la realidad zaragocista en las últimas ocho jornadas del campeonato. Aquel triunfo ante uno de los gallitos de la categoría situó la promoción que cerraba Las Palmas a cuatro puntos (ahora está a 11). Sin embargo, fue un espejismo y desde entonces el Zaragoza de JIM promedia una trayectoria de descenso, ya que suma cuatro puntos de 24 posibles tras ocho jornadas sin ganar.

De hecho, solo el Alcorcón, casi desahuciado colista, y el Sanse, que también ha comprado muchos boletos para regresar a Primera RFEF, firman peores números en las siete jornadas precedentes, ya que llevan tres puntos. Si este domingo el conjunto alfarero supera al Tenerife en Santo Domingo y la Real Sociedad B asalta El Toralín para vencer a la Ponferradina el Zaragoza de JIM sería el peor equipo de Segunda en los dos últimos meses.

De momento, esos dos rivales, ambos con una continuidad en la categoría más que amenazada y pendientes solo de una hazaña para evitar ese descenso, son los que más tiempo llevan sin saborear una victoria. El Alcorcón no lo hace desde la jornada novena, cuando doblegó en casa al Burgos, mientras que el Sanse logró su último triunfo en la decimosexta frente al Sporting en El Molinón.

Desde el 6 de diciembre

Después, el club de Segunda que más tiempo lleva sin sumar tres puntos de una tacada es el Zaragoza. Desde aquel lejano Día de la Constitución. El equipo, una semana después, firmó un pobre partido contra el entonces líder Almería, que le goleó en el tramo final, fue inferior al Tenerife en La Romareda y firmó uno de sus peores encuentros del curso en Anduva para caer ante el Mirandés en la primera cita de 2022.

Aquella racha de tres derrotas seguidas, las tensiones en el vestuario y la impresión de que el cambio tenía que ser mayor al esperado aumentaron el tamaño de la revolución en enero diseñada por JIM y Torrecilla. Mientras cogía forma, el equipo compitió mejor en la parcela defensiva para sumar un punto en Ponferrada y también sostuvo el pulso y las tablas con el Valladolid, que llegaba lanzado a La Romareda, pero su falta de gol imposibilitó que llegaran esas dos victorias.

En Ibiza mandó al limbo su mejor hora de juego en meses y acabó dejándose empatar y ante el Málaga necesitó un penalti para firmar una nueva igualada llena de incapacidad ofensiva. Y llegó el desastre de Leganés en la segunda parte tras una aceptable primera media hora de juego. Un desastre que eleva a ocho jornadas las citas sin ganar, una racha que solo hace mirar al pozo.