Hace justo un año comenzaba la negociación del Real Zaragoza con Spain Football Capital para el cambio de propiedad de la SAD, un proceso de venta que cumple un eterno primer aniversario sin estar resuelto, con idas y venidas, proclamas de un cambio inminente que nunca se confirmaron y propuestas que se han caído por el camino, como la de la sociedad que lideraba el abogado Kiko Domínguez y Carlos Álvarez del Campo, aunque ahora aseguren tener las garantías que no presentaron en su día.

También con opciones descartadas, como la de José María Gallego y con la impresión, más que constatable, de que las diferencias en la propiedad, entre el máximo accionista, César Alierta, y los minoritarios Yarza y Forcén se han incrementado en estos meses. Ahora mismo cada uno de esos dos bandos tiene su propia vía abierta, la de Orlegi negociando con Alierta y la del fondo americano de la mano de Yarza y Forcén.

Todo arranca con la aparición en escena de Spain Football Capital, cuyos primeros contactos hay que situarlos con Fernando de Yarza López-Madrazo en diciembre de 2020 para comenzar la negociación en febrero, que es cuando el consejo empezó a tener conocimiento de que la oferta era sobre el papel seria. Hasta entonces, el Zaragoza había tenido propuestas para entrar en el accionariado, lo que el presidente Christian Lapetra llamaba eufemísticamente «compañeros de viaje», la intención de Ander Herrera y César Sánchez, en julio de 2019 y en noviembre de 2020, de entrar en el capital social con una aportación no superior a tres millones y la propuesta, negada por la SAD, del empresario Gerardo Sánchez, que en todo caso nunca tuvo ningún sustento. También hubo ofertas para tomar la gestión deportiva del club a cambio de una aportación de capital, pero la primera gran propuesta para comprar la SAD fue la de Spain Football Capital.

Para firmar en junio

En esos meses entre febrero y mayo, en medio del interés de varios fondos americanos, ambas partes sustanciaron un acuerdo para vender todas las acciones que dependen de los patronos de la Fundación, el 91% del capital, y que suponía que la nueva propiedad realizara una inversión de unos 50 millones en tres años para hacerse con el control del club, reducir la deuda y aumentar el límite salarial con ese capital. El acuerdo se iba a firmar ante notario en los primeros días de junio, pero no llegaron las garantías. Y tampoco en la prórroga posterior hasta el 15 de julio.

En ese periodo, CVC, el fondo que después llegó a un acuerdo para un gran crédito con LaLiga, también se posicionó para entrar en el Zaragoza, una iniciativa que no estuvo lejos de confluir con la opción aún latente de Ander y César. Sin embargo, ni se dio esa vía ni llegaron las garantías requeridas a Spain football Capital.

El Zaragoza tuvo que echar a andar en su proyecto con retraso en verano por esa espera y en septiembre esa sociedad de Kiko Domínguez y Carlos Álvarez del Campo anunció una propuesta solo para el máximo accionista con el mismo resultado en la falta de garantías económicas, tal y como desde el entorno de Alierta se aseguró. Los últimos meses han sido más agitados, también con la vía del fondo Ares Management en el camino, aunque según fuentes de la SAD desvanecida en diciembre.

El máximo accionista ya comenzó en noviembre una negociación con el empresario José María Gallego, apoyado por un fondo canadiense, pero esa vía no caló en demasía en las pretensiones de Yarza y Forcén, mientras que Orlegi, que había manifestado cierto interés en verano, comenzó en diciembre su ofensiva por hacerse con el Zaragoza, con una oferta ya presentada en enero y supeditada a la permanencia.

La exclusividad de la oferta de Gallego acabó el 16 de enero, sin tener al final el apoyo financiero de su fondo, y Orlegi tuvo hasta opciones de entrar antes de acabar el mercado de enero, pero descartó esa posibilidad.

A estas alturas, la SAD vive entre un fondo americano, del que no se conoce la identidad, como vía expuesta, al menos hasta hace una semana, por Yarza y Forcén, que podrían quedarse en el club, pero no en primera línea, y la propuesta de Orlegi, que el máximo accionista ve con mejores ojos y en cuya negociación trabaja su sobrino y consejero Juan Uguet. Y todo mientras Spain Football Capital ya asegura tener las garantías que se le pidieron. Antes del partido ante el Valladolid el 22 de enero, el club dijo que en los siguientes días se podía producir la entrada de un nuevo propietario y que la operación contaba con el apoyo «unánime» de todos los accionistas. Sin embargo, si hay algo que no existe ahora en la propiedad es unanimidad y, mientras, la SAD vive el peor momento de su historia y lleva un año vendida sin que se dé la firma ni aparezca un comprador que cambie esa triste realidad de la entidad.