Hay algo en la historia reciente del Real Zaragoza que siempre le pertenecerá a Juan Ignacio Martínez. La portentosa salvación de la temporada 2020-2021. Lo que consiguió JIM fue milagroso por la entidad de la gesta, por su extrema dificultad, quizá la más compleja de esta etapa en Segunda por el contexto en el que se produjo, por la dinámica terrible que heredó con el equipo en caída libre y por el alcance de la resurrección que pilotó.

El Real Zaragoza continúa ahora mismo en el fútbol profesional gracias a él. En unos meses fabulosos, el técnico alicantino recuperó a un equipo irrecuperable, lo reanimó emocionalmente y lo puso en la buena dirección futbolística con el más tradicional de los libros de estilo: cariño al jugador, seguridad atrás, fortaleza como local, optimización de cada gol a favor y esa pizca de suerte sin la que nada hubiera sido posible.

Gracias a ello, JIM continuó en el club y en el banquillo por pleno derecho y con toda justicia. El entrenador venía de una tournée por el extranjero, donde había tenido que emigrar por la falta de oportunidades en su propio país después de dejar buenos recuerdos en el Cartagena o el Levante. Hoy, solo unos pocos meses después de tocar techo en el Real Zaragoza, su prestigio ha caído a ras de suelo.

La temporada 2021-2022 nada tiene que ver con la anterior. JIM y su equipo han perdido los atributos con los que hicieron fortuna: la seriedad defensiva, la fuerza como local, la capacidad para rentabilizar los goles y hasta la buena suerte. Ha pasado de ganar el 66% de los puntos como local a solo el 35%. Recibe más goles y marca menos. Ha empeorado todas sus estadísticas. Su mensaje también ha dejado de calar y su figura como estratega se ha agrietado por los malos resultados y la falta de respuesta técnico-táctica ante las dificultades.

Después de 27 jornadas, el equipo es decimoctavo y bordea la zona de descenso. A pesar de dos malas rachas larguísimas (primero nueve jornadas sin ganar aunque con todo empates y, ahora, ocho, con cuatro puntos de 24 posibles), sigue en el cargo porque la parte del consejo más activa en el día a día de la SAD lo tiene en buena consideración, lo mismo que el resto de direcciones ejecutivas. La Romareda lo encumbró y en La Romareda se empieza a jugar este sábado su futuro. Seguir siendo Juan Ignacio Maltínez como esta temporada o volver a ser el que fue y al que tanta gratitud se le debe, Juan Ignacio Martínez.