El Consejo Superior de Deportes aún no ha recibido ninguna solicitud de autorización de compra del Real Zaragoza, ni por parte del grupo americano que encabeza Jorge Mas y que según algunas fuentes cercanas al consejero Fernando de Yarza tiene cerrado el acuerdo para la compra del club a falta de instrumentalizar el vehículo para su llegada, ni del Grupo Orlegi, que cuenta con un pacto tácito con el máximo accionista, César Alierta y que se ha dado de plazo hasta el 11 de marzo para cerrar la operación. Sin embargo, el CSD no tiene, por ahora, constancia de ninguna de esas operaciones. 

Sí lo tuvo a principios de julio pasado, cuando el CSD autorizó la venta de la mayoría accionarial del club a la sociedad Spain Football Capital, representada por el abogado Kiko Domínguez y Carlos Álvarez del Campo. El organismo, entonces, confirmó la adquisición de acciones, cumpliendo con la obligación establecida en la Ley del Deporte, ya que el número de acciones objeto de la compraventa iba a ser igual o superior al 25% del capital social de la SAD. De hecho, el presidente del CSD, José Manuel Franco, firmó la resolución de autorización el pasado 1 de julio. Sin embargo, esto no se ha producido por ahora con ninguno de los grupos compradores y es un paso que es obligatorio porque tanto Orlegi como el grupo de Jorge Mas aspiran a hacerse con la mayoría accionarial del club.

Las dos ofertas aspiran a hacerse con el 91% del capital social, que asciende a 6,3 millones, de los que la Fundación controla 5,8. El desembolso de esa cantidad y asumir los avales que tienen los cuatro patronos, por una cifra que ronda los 15 millones, 3,8 de ellos en un préstamo personal de César Alierta y el resto en Caixabank, ya suponen una llegada con 20 millones para hacerse con el control del club, al margen de la inversión, en una ampliación de capital, para elevar las posibilidades económicas en el límite salarial y reducir la deuda actual, de 68 millones.