De Raúl Sanllehí, la persona que asesora al grupo inversor americano que encabeza Jorge Mas y que se va a quedar en el Real Zaragoza con un cargo de máxima responsabilidad, CEO o director general ejecutivo, tal y como adelantó este diario, se destacan dos cosas cuando se habla con la gente que conoce al exjefe de Fútbol del Barcelona y el Arsenal: su perfil de gran negociador y su disposición total para el trabajo. «Es incansable, una persona con infinidad de recursos», asegura alguien que trabajó codo a codo con él en la entidad azulgrana. Un hombre de fútbol, su gran pasión, que participó en el mejor Barcelona de todos los tiempos, en el que comandó Joan Laporta y continuó Sandro Rosell y con Pep Guardiaola como entrenador.

Fue ese Barcelona al que había llegado en el 2003 procedente de Nike, Sanllehí (Barcelona, 18-9-1966), con estudios de Economía, Marketing y Finanzas en el Guilford College, de Carolina del Norte, y en el IESE de la Universidad de Navarra. De esa época en la multinacional llega su relación con Rosell y su aterrizaje en la entidad. Fue director general entre 2002 y 2007 de FCB Merchandising, la empresa que se encarga de explotar el acuerdo comercial entre el Barça y Nike. Después, fue responsable de relaciones del club con organismos internacionales, desde la UEFA a la ECA, la Asociación de Clubs Europeos, y desde 2008 el máximo responsable de Fútbol de la entidad blaugrana, donde fue capaz de sobrevivir a tres presidentes, Laporta, Rosell, tras su regreso, y Josep Maria Baromeu, lo que da idea de su valoración dentro de la entidad y de su capacidad como ejecutivo.

En el Barcelona sobrevivió a tres presidentes, Laporta, Rosell y Bartomeu, y fue clave en el fichaje de Neymar, con más de 20 viajes a Brasil para cerrarlo

Además de una innegable pasión por el fútbol, Sanllehí es sobre todo un hombre de números, de ciencias, con una capacidad extraordinaria en asuntos fiscales o de impuestos que le convierten en un hábil negociador, capaz de rehacer una oferta en cuestión de muy poco tiempo para convencer a la otra parte. Esa obsesión por los números también está en la superstición, con los capicúas por ejemplo. Eso, mezclado con su capacidad de trabajo, que le lleva a invertir horas y horas sin descanso, le convierten en una persona muy valiosa en cualquier entramado de un club de primer nivel.

Aquel Barcelona de Messi que conquistó tres Champions, tres Mundiales de Clubs, otras tantas Supercopas de Europa, seis Ligas o cinco Copas del Rey tuvo en Sanllehí un protagonista indiscutible, con un perfil más ejecutivo al principio, puesto que Txiki Begiristain, su primer secretario técnico en el peculiar organigrama del Barcelona, no solo decidía los nombres sino que también tenía peso en la forma de llegar a esos refuerzos. Después ganó peso con Andoni Zubizarreta (2010-2015), con el que el exjugador zaragocista Narcís Juliá fue coordinador de la cantera, y con Robert Fernández, a quien dejó en el puesto cuando él se marchó en octubre de 2017 para incorporarse al Arsenal en el mismo puesto y hasta el verano de 2020.

Obviamente, la estatura y la envergadura de los fichajes en ambos clubs no tienen nada que ver con la realidad actual del Real Zaragoza en Segunda, pero no es menos cierto que Sanllehí es un ejecutivo acostumbrado a abrir puertas con su tesón y su capacidad persuasiva, además de sus muchos contactos, entre los que el representante Arturo Canales ocupa un lugar prioritario, con una relación muy estrecha. 

La relación con Arturo Canales

Canales es el agente de Piqué o de Umtiti, pero también de Ander Herrera, y en su día lo fue de César Sánchez. El canterano estuvo cerca de entrar con el exguardameta en el accionariado del Zaragoza, con una inversión de entre dos y tres millones, tanto en el verano de 2019 como a finales de 2020.

Sanllehí, al principio de su etapa como máximo responsable de Fútbol del Barcelona, se centró en una labor sobre todo de concretar las operaciones que Txiki, Guardiola y Joan Laporta, un presidente muy intervencionista, marcaban. Aquel verano de 2008, el de su llegada al puesto, el Barcelona, además de la apuesta en Pep, revolucionó la plantilla dando salida a Ronaldinho o Deco y fichando a Alves, por 35 millones, Hleb o Piqué, de regreso a Can Barça tras su etapa en el United, que lo tuvo un año cedido en el Zaragoza.

El club espera poder firmar la venta esta semana

Cerrado el acuerdo con el grupo inversor que encabezan los hermanos Mas, Jorge y José, propietarios también junto a David Beckham del Inter de Miami, la firma para el traspaso accionarial es, según algunas fuentes del club, inminente y podría llegar ante notario a finales de esta semana. La demora de la misma ha tenido que ver con temas burocráticos, con la forma de vehicular la inversión en España, además de la autorización del Consejo Superior de Deportes, aunque esto es un trámite. El acuerdo, con una cláusula suspensiva en caso de ya un muy improbable descenso, supone el pago de las acciones a la familia Alierta (50,56%) y a Yarza, Forcén e Iribarren (13,46% cada uno) para un desembolso por el 91% del capital social (6,3) que implica 5,8 millones. Además, este grupo inversor, con cinco componentes, asume los avales de los préstamos en CaixaBank, unos 11 millones, la mayoría de Alierta, y los 3,8 de otro préstamo personal convertible en acciones que tiene el máximo accionista y llevará a cabo una inmediata ampliación de capital para dotar de liquidez al Zaragoza. 


En el 2009 cerró el fichaje de Zlatan Ibrahimovic, por casi 70 millones, o con menor fortuna el de Chygrinsky (25), mientras que en 2010 fue el turno de David Villa (40) o Mascherano (26). En 2011 regresó Cesc (34), la primera operación grande con un Arsenal que después le abriría la puerta, como la de Song (19) al año siguiente. En 2012 también llegó Jordi Alba (14). Mientras, en 2013 fue la clave para que Neymar acabara en el Barcelona, un fichaje en el que utilizó sus múltiples contactos, suyos y de Rosell en Brasil, y que le llevó una dedicación casi exclusiva durante meses, con más de 20 viajes al país brasileño.

La operación, que tuvo que salir a explicar un año después, en su única comparecencia pública como ejecutivo azulgrana, se cerró oficialmente en 57 millones, si bien el Barcelona admitió años más tarde sobrecostes en la ingeniería de ese fichaje hasta alcanzar los 86. Por no hablar del proceso judicial posterior a la salida del astro brasileño.

Su etapa con más margen de decisión y no solo en la parte ejecutiva fue con Robert Fernández como secretario técnico a partir de enero de 2015. En el último verano con 'Zubi' el Barça fichó a Luis Suárez (81 millones), Mathieu (20) o Vermaelen, este último también del Arsenal. 

En 2015 llegaron Arda Turan (34) o Aleix Vidal (15), mientras que en 2016 lo hicieron Alcácer (35), André Gomes (35), Umtiti (25) o Cillesen (13) para que en 2017, en su epílogo estival en el mercado de fichajes, la inversión fuera tremenda, con Dembélé (135) o Coutinho (160) como referencias, pero también Paulino (40) o Yerry Mina (12). El desgaste y la reestructuración en un Barcelona decadente con Bartomeu propiciaron la salida de Sanllehí, que ya tenía la llamada de Ivan Gazidis, entonces director general ejecutivo, para llegar al Arsenal. La marcha posterior de este al Milan le dio más poder a Sanllehí en el club inglés.

En el Arsenal su periodo no fue tan prolífico como en el Barça. Se encontró al poco de llegar con el adiós de Wenger y apostó por Unai Emery, operación en la que Canales fue primordial. Su salida fue fulminante y abrupta

En los 'gunners' su periodo no fue tan prolífico como en el Barça. Se encontró al poco de llegar con el adiós de Wenger y apostó por Unai Emery, operación en la que Canales fue primordial. Pépé, Saliba, Tierney, David Luiz, Martinelli o Ceballos fueron allí algunos de sus fichajes, además de la apuesta por Mikel Arteta tras la marcha de Emery, pero su etapa acabó de forma abrupta y fulminante en agosto de 2020.