No hay día todavía marcado. Y, si lo hay, no se hace público, pero en la SAD la idea es que esta semana tiene que llegar la firma de la compraventa por parte del grupo inversor que comanda Jorge Mas. El máximo accionista del Real Zaragoza, César Alierta, sin ir más lejos, mostraba esa confianza el pasado viernes, pero también lo hacen otras voces del club. Si no hay sorpresas de última hora, el final del tortuoso camino de la venta está muy próximo, se cree en los accionistas de la entidad que es ya, ahora sí, inminente.

El dinero, los 16 millones, que el grupo inversor que encabeza Jorge Mas junto con su hermano José y otros inversores (James Carpenter, Jim Miller y Mark Affolter) ha destinado para hacerse con el Real Zaragoza ya ha pasado todos los trámites del blanqueo de capitales y se encuentra en España, en un banco español desde el pasado jueves y en un depósito finalista, para llevar a cabo una operación en la que todavía no se ha pedido autorización al Consejo Superior de Deportes, otro de los trámites que restarían. 

El dinero, hasta 16 millones, llegó el jueves y las partes dan el acuerdo cerrado. El desembarco definitivo y la petición al CSD se darían al sellar la permanencia en Segunda

Es verdad que, el pasado verano, llegó a haber hasta fecha para la firma notarial de la compraventa con Spain Football Capital a primeros de junio y después una prórroga hasta mediados de julio para que presentara ese grupo las garantías bancarias con el acuerdo del todo cerrado. Además, la sociedad representada por Kiko Domínguez y Carlos Álvarez del Campo llegó a pedir la autorización al CSD, que le fue concedida. Sin embargo, ahora sí parece la definitiva tras casi 14 meses de tortuoso camino desde los primeros contactos con Spain Football Capital y con opciones que se quedaron en el camino como la del fondo americano CVC, la del empresario sevillano José María Gallego con un fondo canadiense, el grupo Ares Management, aunque este se encuentra representado en la vía de Jorge Mas, o, la última de todas, la del Grupo Orlegi.

A la compraventa ya solo le restan los acuerdos transitorios de gestión, los trámites del traspaso de poderes y otros detalles, además de la condición suspensiva en caso de descenso, algo ya más que improbable con 12 puntos de ventaja con el peligro

A la compraventa ya solo le restan los acuerdos transitorios de gestión, los trámites del traspaso de poderes y otros detalles, además de la condición suspensiva en caso de descenso a Primera RFEF, algo ya más que improbable con 12 puntos de ventaja con el peligro, la misma distancia que el equipo tenía antes de empezar la pasada jornada y con nueve ya solo por jugarse. Lo normal es que esta semana se rubrique ese pacto, con todos los accionistas o solo con César Alierta, que controla el 50,56%, y cuya venta de su paquete accionarial es indispensable en el acuerdo y, cuando se logre la permanencia matemática, se produzca el desembarco ya total, con presentación y llegada de los nuevos propietarios, y también la petición al Consejo Superior de Deportes de la autorización. El CSD tiene que confirmar la adquisición de acciones, cumpliendo con la obligación establecida en la Ley del Deporte, ya que el número de acciones objeto de la compraventa va a ser igual o superior al 25% del capital social de la SAD.

Este desembarco supondrá un amplio cambio en la entidad, en su Consejo de Administración y con un nuevo presidente, pero también en el día a día del club, en sus ejecutivos, donde la figura de Raúl Sanllehí será la clave, un director general ejecutivo que llevará a cabo una amplia reforma de la entidad. Sanllehí quiere esperar a su desembarco para tomar las decisiones sobre el terreno y no descarta la continuidad de algún ejecutivo, pero lo normal es que haya cambios, empezando por la dirección deportiva y también en otras áreas de la SAD, si bien los informes que tiene de los responsables de la cantera (Ramón Lozano y Ángel Espinosa) son muy buenos. Así, es más que factible que Miguel Torrecilla, que acaba su vínculo en junio, no siga, pero esa decisión no está tomada.

Uguet, Blasco, el expresidente Lapetra, Sainz de Varanda, Forcén y Yarza, antes de un Consejo de Administración REAL ZARAGOZA

En ese primer desembolso de 16 millones una parte irá destinado a la compra del club y otra a inyectar capital a la SAD. La oferta incluye para la familia Alierta, que posee el 50,56% del capital social, que es de 6,3 millones, el pago de sus acciones, casi 3,2 millones, la cuantía del préstamo participativo convertible en acciones, unos 3,8, y la prima por ser el accionista mayoritario para que la cifra global en ese caso se acerque a casi los 8. Mientras, el grupo inversor ofrece a los accionistas principales no mayoritarios, Carlos Iribarren, Juan Forcén y la familia Yarza, todos con un 13,46%, medio millón de euros, que fue lo que pusieron en la ampliación de capital para alcanzar los 4,5 millones en marzo de 2015. Ese 13,46% del capital supone unos 850.000 euros, y la diferencia entre esa cantidad y la oferta americana para ellos, unos 350.000 euros, bien podría ser el porcentaje de acciones que mantendrían Yarza y Forcén en la SAD, en torno al 5,5%. Sin embargo, desde el entorno de Yarza esto se niega y se asegura su salida, no solo del consejo sino también de la propiedad.

La oferta a los accionistas

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Después, Alierta capitalizó parte de ese préstamo antes mencionado por 1,8 millones en 2019 para llegar a los 6,3 de la actualidad. Si Yarza y Forcén no venden y al hacerlo la familia Alierta e Iribarren, el grupo inversor pasaría a controlar casi el 64’02% del capital. Si venden todos, se va al 91%. Los avales que tiene la Fundación Zaragoza 2032, casi 11 millones en dos préstamos de CaixaBank, uno por algo menos de ocho y otro por tres, este último avalado solo por Alierta, los asume también el grupo inversor. La diferencia entre lo que cueste el desembarco, que puede ser desde 8 a 9,5 millones si al final venden todos los accionistas hasta los 16 iría destinada a las arcas del club para solucionar los pagos más inmediatos y preparar la próxima temporada.

La intención del grupo inversor es realizar una ampliación de capital que dejaría con un porcentaje menor todavía a Yarza y Forcén en el caso de que estos al final se mantuvieran en el capital social. Con esa ampliación y la primera aportación la idea es refinanciar la deuda y hacer al club más sostenible en el día a día, además de elevar el límite salarial, ahora de los más bajos de Segunda, para buscar el ascenso.