Sus once temporadas en el club le han aupado al podio de los jugadores que más veces han lucido la camiseta del Real Zaragoza. A sus 36 años, Alberto Zapater asume con naturalidad tanto las críticas como el inexorable paso del tiempo que acerca un momento que él, sin embargo, todavía no acaba de visualizar. Porque el ejeano, fiel a su discurso de siempre, no mira más allá del partido del sábado ante el Tenerife. “No sé qué haré la próxima temporada. Ya se verá”, sintetiza para referirse a una posible retirada a la que sigue sin poner fecha. “La pasada temporada cambié de planes y ahora me centro en el corto plazo y en poner todo de mi parte para ayudar al equipo a acabar la temporada y sentirme bien”, apunta.

"La crítica existe y hay que aceptarla. Punto"

Pero Zapater renuncia a ir más allá. Tampoco para referirse a las críticas recibidas. “La crítica existe y hay que aceptarla. Punto” y se centra en alcanzar la mejor puesta a punto posible tras haber permanecido más de un mes parado por diversos problemas físicos. “Es complicado volver cuando paras y estás en un momento en que cuesta más después de estar un tiempo sin jugar porque lo que te dan los partidos en cuanto a ritmo no te lo da nada”, asegura.

Mientras, su Zaragoza permanece alejado tanto del peligro como del playoff, aunque el canterano se niega a ubicarlo en zona de nadie. “Mientras las matemáticas no digan lo contrario para bien o para mal, cualquier cosa puede pasar. Quedan 27 puntos en juego y estamos a ocho del playoff. No creo que eso sea estar en zona de nadie” aunque reconoce que ha habido momentos extremadamente delicados durante la campaña. “Nos hemos podido meter en un buen lío. Llegamos a estar a cuatro puntos del descenso y eso provocó preocupación. Fueron ocho jornadas seguidas sin ganar aunque los de abajo tampoco lo hacían y, después, esas cuatro victorias nos permitieron respirar y soñar. En general, nos ha costado mucho hacer gol en momentos de la temporada”.

Aunque el traspiés del pasado viernes ante el Amorebieta aún escuece. “Perdimos la oportunidad de oro para haber certificado prácticamente la salvación”, asume el capitán, que asegura no conocer nada acerca del proceso de venta del club, instalado en su recta final. “Ni sé nada ni pregunto. Espero que lo que pase sea lo mejor para el Zaragoza. Yo trato de disfrutar cada día que llevo esta camiseta aunque a veces toque sufrir” y apela a la “ambición, mucha ilusión, trabajo y compromiso” como factores esenciales para honrarla.