En vez de rendir homenaje al León de Torrero con una victoria que ya certificase por fin la permanencia el Real Zaragoza decidió tocar el techo del esperpento con una goleada ante el colista Alcorcón, desahuciado y que ganó por quinta vez consecutiva en La Romareda. La grada, esta vez, solo pudo estallar de indignación contra un equipo sin gol, ya el peor de la categoría en esa faceta, y sin ideas, un alma en pena que falló casi todo en ataque y que atrás concedió regalos sin parar. El partido, para mayor vergüenza, se acabó a falta de media hora, con el 0-2 y aún amplió la renta el rival ante un Zaragoza indigno e indignante.
El desembarco oficial de Jorge Mas con la permanencia matemática tendrá que esperar al menos una semana más. Y da la impresión que ese paso lo tendrán que dar los fallos de los rivales, porque este Zaragoza que ni compite, ni tiene autocrítica por mucho que la proclamen sus jugadores y un Juan Ignacio Martínez que sigue recurriendo a los de siempre y que no logra levantar a su equipo y al que este final de curso, con cuatro partidos sin ganar y un punto de 12, le está suponiendo un claro borrón a su etapa en el Zaragoza. La caída global es desesperante, pero hasta ahora el mal partido ante el Burgos y la última media hora en Éibar eran episodios de pobreza. Contra el Alcorcón el espectáculo rayó el bochorno, con un sinfín de ocasiones falladas y unos despistes y una falta de actitud que no tienen justificación alguna.
El Zaragoza desertó tras el empate en Huesca y va de ridículo en ridículo y sin cerrar su permanencia
Con cuatro cambios en el once, con Francho de pivote defensivo, escoltado por Zapater y Eugeni para que Sabin Merino y Narváez ocupara las alas y llegara el retorno de Azón salió el Zaragoza. Y salió bastante mal, por cierto, muy frío y sin que el homenaje a Violeta le sirviera de acicate. Nada parece estimular ya a este equipo que desde el empate en Huesca ha decidido desertar. El Alcorcón tomó el mando de las operaciones y lo hizo con las ideas más claras que un Zaragoza, sin intensidad en la presión, que tuvo su primer intento en un remate acrobático de Fran Gámez. Sin embargo, el Alcorcón pudo marcar con un disparo de Zarfino y sobre todo con un remate de Apeh que rechazó como pudo Ratón tras el enésimo mal despeje de una zaga con demasiados nervios. La música de viento empezaba a sentirse y también para señalar a algunos jugadores, a Sabin Merino en particular.
Una media vuelta lenta del ariete vasco y con mal remate y otro que no pudo dirigir Azón aumentaron la sensación de peligro ante un Alcorcón que, como toda la temporada, es toda una fábrica de concesiones defensivas. Pero ni por esas. Aún así, el equipo alfarero miraba bien hacia arriba, con Apeh como incordio y con la calidad de Mula y Fraile. Un envío de este lo prolongó la dejada de cabeza de David Fernández para que Jair, dubitativo toda la tarde, salvara los muebles.
El regreso de Grau
El Zaragoza era un dolor, mal en la actitud, roto y sin ritmo en el medio y sin la actitud y la convicción necesarias. Una indisposición de Eugeni provocó el regreso de Grau casi dos meses después y el Zaragoza notó para bien al valenciano mientras que Narvaéz se cambió el puesto con Azón, que desde la izquierda siguió insistiendo, con una buena jugada tras su presión y un mal remate.
Narváez estuvo otra vez lento en el área y después, en un buen pase de Sabin Merino, en su única acción certera, mandó el balón al palo. Este gris Zaragoza, tan apático como desalentador, merecía haber marcado, pero lo hizo el Alcorcón en una jugada ya repetida en otros encuentros. Un córner a favor, una transición del rival tras el pase de Joel Valencia a Álex Mula y sin que Francho acertara a derribar al extremo ni a parar su acción. Su centro y el despiste de Jair propiciaron el gol de Apeh justo antes del descanso para que los silbidos subieran varios decibelios.
La Romareda estalló contra un Zaragoza vergonzoso y vergonzante, un equipo indigno de Violeta y de todo el zaragocismo. Este final de curso está siendo un calvario y todavía quedan tres estaciones...
Tiró JIM de Borja Sainz por Narváez en el descanso y el Zaragoza se afiló en la presión para que Sabin Merino, en una tarde aciaga, se topara con la respuesta de Jesús y con un palo tras tocar el balón Rivas y Francho rematara flojo un pase de Sainz. Ahí se acabó el Zaragoza. Calero, tras pared con Apeh y con la complicidad de Sabin Merino y de Francés, hizo el 0-2 en el minuto 61 y ya se veía claro que todo lo malo que podía pasar iba a ser hasta peor.
Nula respuesta
Borja Sainz pudo marcar en este Zaragoza sin gol y no lo hizo. No es noticia ya. Mientras, Mula, desatado, era un dolor para Fran Gámez y para toda la defensa y pudo hacer el tercero justo después de que JIM se decidiera por el debut de Rubio y por Puche en lugar de Azón y Francho por los dorsales del filial, ya que los cambios debieron ser otros. Daba igual, el partido estaba roto y el Zaragoza era la viva imagen del naufragio. Un gran pase de Zarfino lo mandó Arribas a la red de Ratón con Chavarría sin taparlo en demasía. La Romareda estalló contra un Zaragoza vergonzoso y vergonzante, un equipo indigno de Violeta y de todo el zaragocismo. Este final de curso está siendo un calvario y todavía quedan tres estaciones...
Ficha técnica
R. Zaragoza: Ratón; Fran Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Francho (Puche, m.69), Zapater, Eugeni (Jaume Grau, m.31); Sabin Merino, Juanjo Narváez (Borja Sainz, m.46) e Iván Azón (Rubio, m.69).
A.D. Alcorcón: Jesús; Calero, David Fernández, Rivas, Laure (Forniés, m.61); Mula (Moyano, m.87), Zarfino, José Angel, Hugo Fraile (Arribas, m.61); Apeh (Xisco, m.70) y Valencia (Borja Valle, m.70).
Goles: 0-1. M.45: Apeh; 0-2. M.62. Calero; 0-3. M.79. Arribas.
Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a los zaragocistas Fran Gámez, Borja Sainz y Jaume Grau y a los visitantes Rivas, José Ángel Mula, Xisco y Jesús.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 39 de Liga de Segunda división disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 13.200 espectadores. Minuto de silencio por el fallecimiento de José Luis Violeta.
