De tal palo tal astilla. Si el Cholo Simeone ha convertido cada comparecencia como entrenador del Atlético de Madrid en una sucesión de frases repletas de tópicos hasta elevar el “partido a partido” a categoría de dogma de fe, Giuliano Simeone, con 19 años y siendo la primera vez que se enfrentaba a una rueda de prensa, no le va a la zaga. Con él, la expresión sería “de trabajo en trabajo”, porque esa palabra la repitió en siete de las nueve preguntas que se le hicieron: “Sé que vengo a una categoría muy exigente, pero sé también que voy a trabajar muy duro y a esforzarme al máximo y sobre todo lo haré con humildad”, asegura el joven jugador zaragocista, el primer fichaje de la nueva era en el club, cedido sin opción de compra del Atlético de Madrid, fruto de esa colaboración tan estrecha que la nueva propiedad tiene con la entidad colchonera, una de sus sinergias más fructíferas.

 

Acompañado por una nutrida representación de AC Talent, la empresa de Arturo Canales, empezando por la mano derecha del agente, entre otros, de Piqué, el zaragozano Fernando Solanas, Giuliano despachó la rueda de prensa entre la timidez y el hambre de gloria que se le intuye, pero que no lo muestra en sus palabras. Lo quiere dejar para el campo. Llevará, por cierto, el dorsal 20, número de primer equipo, señal de que no va a ser inscrito con ficha del filial. Ese número, por ejemplo, lo llevó Villa cuando arribó al Zaragoza con 21 años, en 2003.

“Ya en invierno intentamos venir y no se pudo. Ahora en verano estuve pensándolo y tenía muchas ganas de venir acá”

El ariete hispanoargentino llega tras ser clave en el ascenso del filial rojiblanco a Segunda RFEF, con 25 goles y seis asistencias. En enero, de hecho, estuvo a un paso de llegar cedido al Zaragoza, pero el Atlético le mantuvo en el equipo al final para lograr ese ascenso. Ahora, aunque no lo ha dicho, el Zaragoza era su única y clara opción. “Ya en invierno intentamos venir y no se pudo. Ahora en verano estuve pensándolo y tenía muchas ganas de venir acá”, señala el hijo del Cholo, que por su velocidad, que puede llegar a 35 km/ h puede partir desde la banda izquierda o jugar como referencia. Tampoco ahí se mojó. “Yo donde me siento más cómodo es donde el equipo lo necesito. Jugar arriba con 4-4-2 y dos delanteros me gusta, pero es decisión del míster”.

“De lo que vi con Iván (Azón), es un jugador que tiene características como yo, luchador, y vamos a ir muy bien juntos”

Sanllehí y Torrecilla acompañan a Giuliano Simeone en su primer posado como jugador zaragocista. ÁNGEL DE CASTRO

Viene dando un salto desde Tercera RFEF a Segunda División y a un Zaragoza que, a la espera de otros fichajes arriba, tiene en Iván Azón, con 19 años también a un jugador vital en la parcela ofensiva. “De lo que vi con Iván, es un jugador que tiene características como yo, que es luchador, y vamos a ir muy bien juntos”, reseña el ariete, que no le tiene miedo a la exigencia goleadora tras dos cursos en los que el Zaragoza no ha superado los 40 goles en Liga. “No me preocupa esa presión, el gol es de todo el equipo. Trabajando duro día a día con mucho esfuerzo el equipo va a salir muy bien adelante y estará muy bien”. Como no podía ser de otra manera, tampoco se marcó una meta de dianas para este curso. “No tengo objetivos individuales y no me puedo marcar una cifra de goles, solo me puedo marcar a lo que vengo, mucho trabajo, sacrificio y dar todo por este club”, insiste.

"Sé que jugadores argentinos funcionaron muy bien, espero que yo también, con mucho trabajo y esfuerzo y en este club tan histórico mi deseo es que sea una temporada buena”

Se muestra feliz por el recibimiento del equipo, porque “fue muy bueno, se acercaron todos los compañeros y me preguntaron qué necesitaba. Con el míster estuvimos hablando y sobre todo lo que hay que hacer es trabajar”, asevera, sin querer mirar demasiado a lo hecho por otros arietes argentinos, como Esnáider o Diego Milito, que llegaron jóvenes al Zaragoza y la rompieron. “Sé que jugadores de Argentina funcionaron muy bien en este equipo, espero que yo también, con mucho trabajo y esfuerzo y en este club tan histórico mi deseo es que sea una temporada muy buena”. Y del ascenso, pues ni hablar, solo de la meta genérica, que todos saben en ese vestuario cuál es. “El objetivo del grupo es en cada entrenamiento trabajar y esforzarse y de ahí, siempre juntos, los resultados llegarán y esperemos cumplir la meta”, concluye.

El deseo de otro año

Antes de que la lluvia pillara a Giuliano en medio de la sesión de fotos con su nuevo equipo, posando junto a Raúl Sanllehí y Miguel Torrecilla, el director deportivo explicó el fichaje del ariete del atlético asegurando que el Zaragoza conseguía “por fin un objetivo que llevaba detrás de él desde el final del mercado pasado”, asegura Torrecilla, que describe al jugador sin balón afirmando que “tiene movilidad e intensidad en la presión, perjudicando la salida de balón del rival, es un auténtico incordio para los defensas rivales”. ¿Y con balón? “Nos va a dar soluciones por desmarques, repetición de esfuerzos y porque no se va a arrugar ni en el choque ni en los centros laterales. Es un futbolista con características similares a las de Iván (Azón)”, añade. 

Torrecilla: "Sin balón es un auténtico incordio para los defensas rivales y con él nos va a dar soluciones por desmarques, repetición de esfuerzos y porque no se va a arrugar ni en el choque ni en los centros laterales"

Agradece Torrecilla su predisposición a venir y desea que “no sea solo en este periodo de cesión”, aunque el préstamo es sin opción y para esa continuidad habría que negociar con el Atlético. También expresa ese anhelo Sanllehí, director general, y destaca que “fue fácil convencerle, entendió pronto el proyecto de este Zaragoza. Sabemos de la importancia que Giuliano puede tener en este Zaragoza y ojalá podamos alargarla su estancia un poco más con algo de suerte”.

El ariete hispanoargentino, durante su comparecencia con los medios. ÁNGEL DE CASTRO