El Periódico de Aragón

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La actualidad del Real Zaragoza

Valiente como el acero. Crónica del Real Zaragoza-Real Betis (2-2)

Dos goles en tres minutos premian el arrojo de un gran Zaragoza que supera el gran examen de la pretemporada

Jair cabecea ante la oposición de Miranda. REAL ZARAGOZA

El examen salió bien. De nota. El Real Zaragoza salió airoso de la prueba más dura del verano ante un Betis al que siempre miró a los ojos y ante el que nunca hincó la rodilla. Ni siquiera cuando el duelo parecía decantado hacia los verdiblancos. A falta de diez minutos para la conclusión, el conjunto de Primera ganaba 2-0 a un Zaragoza que no merecía semejante castigo pero que se sometía a un colmillo más afilado. Sin embargo, en apenas tres minutos, la escuadra de Carcedo había devuelto las tablas al luminoso e, incluso, debió ganar el encuentro, pero el árbitro anuló por fuera de juego inexistente un gol de Jair en el descuento, En cualquier caso, la enésima remontada del Zaragoza, su orgullo, su rasmia y su gen competitivo le elevan como vencedor moral de la batalla.

El test más exigente de la pretemporada mostró, seguramente, al mejor Zaragoza del verano. Carcedo consideró que la entidad del oponente requería una formación inicial muy cercana a la que, en diez días, afrontará el estreno liguero en Las Palmas. Solo Narváez desentonaba algo respecto a la alineación con más opciones de afrontar el inicio de la campaña. Vada, por su parte, podría haberle ganado la partida a Francho, si bien la concepción del duelo, con más repliegue que presión alta, justificaba la entrada del argentino por el canterano.

El caso es que el Zaragoza fue un señor equipo durante todo el choque, especialmente a lo largo de la primera media hora. Se mostró el cuadro aragonés como un ejército disciplinado, ordenado, riguroso y bien plantado sobre un campo de batalla en el que el Betis, liderado por el exquisito Canales, se veía superado por la medular zaragocista, esta vez, con Molina a la altura de Grau en una especie de un novedoso 4-2-3-1.

Canales, precisamente, fue el autor del primer ensayo aprovechando la escasa contundencia de Grau en la marca. Su disparo salió desviado por poco para alivio de un Zaragoza que, como casi siempre, llegaba bien hasta la línea de tres cuartos pero al que, también como es habitual, los rivales se le hacían molinos de viento a partir de ahí. Los de Carcedo movían bien el balón de lado a lado y combinaban con acierto hasta las inmediaciones del área bética, pero apenas inquietaban a Rui Silva. Solo lo hizo Francés, a la media hora, tras el enésimo saque de esquina en corto que acabó con un centro de Bermejo que el canterano estuvo a punto de mandar a la red, pero la intervención del meta evitó el tanto.

Maldita pausa

La pausa de hidratación fue una losa pesada para un Zaragoza al que la presión alta ordenada por Pellegrini le puso en serios aprietos. Canales pudo marcar en un grave error de Manu Molina en la salida del balón. Su remate pareció superar la línea de gol antes del despeje de Francés, pero el línea lo negó. Poco después, Rodri y Ruibal se estrellaban con Cristian y el palo en una doble ocasión que dejaba patente que el calor y la acumulación de partidos pasaban factura a un Zaragoza con la lengua fuera.

El intermedio serenó los ánimos y devolvió del vestuario a un cuadro aragonés algo recuperado del meneo al que había sido sometido en el último tercio de la primera mitad. Vada, en jugada personal, definía fatal poco antes de que el Betis tomara ventaja en el marcador merced a otro desajuste de Francés, en una versión menor durante toda la pretemporada, que Juanmi aprovechó para superar con calidad a Cristian.

El gol evidenciaba la mayor calidad ofensiva de los sevillanos ante un Zaragoza que, en todo caso, se mantenía erguido y dando la talla ante un adversario mayor en todos los sentidos,

El carrusel de cambios condujo al partido a una fase de indefinición en la que el Betis, superior en calidad, tenía todas las de ganar. Pero el Zaragoza, orgulloso y valiente, apelaba a su espíritu combativo para seguir dando guerra. Bermejo se llenó de balón en una clara contra preludio de una gran ocasión de Lluís López, que remató muy mal un centro medido de Eugeni a escasos metros de Dani Martín, relevo de Rui Silva en el marco bético. También la tuvo Giuliano en un mano a mano errático del delantero argentino, al que se le hizo de noche ante Martín. Y, claro, el Betis aprovechó los presentes para hacerle un traje al rival. El sastre fue Loren, cuyo misil de larga distancia cogió de sorpresa a Cristian tras una pérdida de Francho. El tanto, tan bonito como evitable, parecía finiquitar el ensayo con el regusto amargo de un resultado demasiado severo para los méritos de los de Carcedo, cuya impronta en el equipo ya es diáfana.

Pero este Zaragoza lleva todo el verano dejando patente que la rendición no va consigo. Como en Lérida, Tarragona o ante el Al-Shabab saudí, el equipo aragonés tiró de casta, apretó los dientes y el puño y siguió luchando. Y, como entonces, obtuvo la merecida recompensa a su arrojo. Primero fue Petrovic, que, con un duro y certero disparo desde fuera del área, recortó distancias y alimentó la esperanza en abandonar la sala con un mejor sabor de boca. El serbio, uno de los que podrían abandonar el equipo para liberar masa salarial, sigue empeñado en demostrar su valía y su utilidad en un equipo que no tiene un jugador de sus características. En Málaga, su actuación volvió a ser más que digna.

Morir matando

El partido entraba en su fase final con el Zaragoza crecido y el Betis apurado. Pellegrini, que no había refrescado tanto el equipo como su colega, acumulaba instrucciones hacia los suyos con el objetivo de retener la primera victoria de la pretemporada y desterrar posibles dudas y nervios. Pero el Zaragoza estaba dispuesto a morir matando y se fue directo a la yugular de su poderoso oponente. Lo hizo desde la derecha, desde donde Mollejo, muy activo e inteligente, encontró a Francho en un pase interior que dejó al canterano cerca de la línea de fondo. Su centro fue a parar a Giuliano que, tras un amago, batió a Martín con un tiro letal pegado al poste derecho. 

El estreno goleador del argentino desató al Zaragoza, con sangre en el ojo y cara de malo. Jair marcó en el descuento, pero el asistente vio fuera de juego. No lo había. Da igual. Ahí queda eso.  

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Pep Chavarría; Vada, Manu Molina, Jaume Grau; Sergio Bermejo, Narváez e Iván Azón. También jugaron: Eugeni, Mollejo, Francho, Simeone, Larrazábal, Puche, Nieto, Lluís López.

Real Betis: Rui Silva; Aitor Ruibal, Bartra, Edgar, Miranda; Paul, Guardado; Rodri, Canales, Juanmi; y Willian José. También jugaron: Luiz Felipe, Dani Martín, Álex Moreno, Loren Morón, Joaquín, Luiz Enrique.

Árbitro: Quintero González (onubense).

Goles: 1-0, Juanmi (m. 61); 2-0, Loren (m. 81); 2-1, Petrovic (m. 83); 2-2, Simeone (m. 86).

Incidencias: Partido amistoso pretemporada, disputado en el Estadio Ciudad de Málaga.

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