El Periódico de Aragón

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La actualidad del Real Zaragoza

Encantados con Carcedo

Enorme satisfacción en todos los sectores del club en torno al primer mes de trabajo de campo del técnico del Real Zaragoza

Carcedo, durante un entrenamiento del Real Zaragoza esta pretemporada. Jaime Galindo.

Juan Carlos Carcedo se ha metido en el bolsillo al Real Zaragoza. El técnico riojano no solo está respondiendo a las expectativas creadas en torno a él por parte de los responsables de la parcela deportiva de la entidad, sino que las está superando con creces. La satisfacción es generalizada y alcanza a todos los sectores del club una vez superado el primer mes de trabajo de campo del entrenador y del resto de un cuerpo técnico que transmite profesionalidad por los cuatro costados. 

Y eso que Carcedo no lo ha tenido fácil. El problema de salud sufrido durante la concentración en Boltaña alteró los planes previstos y obligó a la expedición a precipitar su regreso a Zaragoza para estar cerca del técnico, que dio el gran susto de una pretemporada marcada, en todo caso, por las buenas sensaciones de un conjunto aragonés que parece asemejarse ya en gran medida a lo que quiere su entrenador.

La gran impresión que está dejando Carcedo alcanza tanto a la propia plantilla como a la cúpula y al resto de trabajadores del club. En el vestuario se ha instalado la sensación de estar ante un cuerpo técnico top, liderado por Carcedo y con unos ayudantes de categoría entre los que figuran su segundo, el exjugador del Huesca Sebastián Corona, su preparador físico Sergio Domínguez - el equipo parece más y mejor trabajado en esa parcela y con una mayor calidad física que en las últimas campañas -, y la aportación de Javier Suárez, una figura muy valorada en el club y en el vestuario.

El trabajo diario, presidido por la exigencia, es otra de la gran baza de un Carcedo muy metódico que no deja nada al azar. El entrenador zaragocista y su cuerpo técnico parecen tenerlo todo controlado o, al menos, esa es la sensación que transmiten. En sus entrenamientos, modernos y alejados de mecanismos anticuados, se estudia cada detalle al milímetro. Todo es importante. Nada es trivial. Trabajo al máximo y concentración absoluta. Carcedo predica con el ejemplo.

Y esa exigencia al jugador, al que se cuida y protege, está consiguiendo que el técnico consiga lo que quiere. Carcedo pretende que los suyos asimilen esos mecanismos que considera esenciales para que el Zaragoza adquiera cuanto antes una identidad propia con la que caminar con paso firme a lo largo de la temporada. La intensa presión alta, la solidaridad y la agresividad deben formar parte del ADN del nuevo Zaragoza, aunque es en labores ofensivas donde más se está notando la mano del riojano y su equipo. Porque el verano está mostrando una escuadra que llega, se mueve al espacio y rompe, algo que no era demasiado habitual a lo largo de una pasada campaña marcada de nuevo por los serios problemas ofensivos. Carcedo quiere acabar con eso y mejorar la relación con el gol, aunque para ello faltan por llegar uno o dos futbolistas de ataque.

Margen de mejora

Claro que también hay margen de mejora en defensa, donde al Zaragoza le están llegando con demasiada facilidad, sobre todo, por los desajustes y espacios a la espalda que deja el equipo cuando el rival supera la primera línea de presión. 

Por trabajo, desde luego, no va a quedar. A expensas de que el balón dicte sentencia, en el club se valora especialmente el esfuerzo de Carcedo y los suyos por ganarse cuanto antes a un vestuario que, en líneas generales, derrocha ilusión y compromiso. Y eso se contagia al resto de organigrama y equipos de las categorías inferiores, con los que, de momento, la sintonía es extraordinaria.

La impresión, tras el primer mes de trabajo de campo, es magnífica. Pero Carcedo se sitúa ahora ante la hora de la verdad. Con el inminente comienzo de la temporada llega el fuego real para el técnico, cuya capacidad de gestión de la plantilla también estará a prueba. Porque, de momento, el riojano sigue teniendo bajo sus órdenes a un número demasiado elevado de efectivos. Sobran muchos más de los que faltan y eso siempre supone un problema añadido. 

Como advirtió Lluís López el pasado sábado, el Zaragoza de Carcedo parece estar preparado para el comienzo de la competición. Y el inicio es clave. Porque un buen arranque no solo corroboraría las buenas sensaciones mostradas en pretemporada, sino que reforzaría la impresión de que Carcedo ha dado con la tecla y de que el club también lo ha hecho con un entrenador convencido de que la senda trazada es la adecuada. De momento, ya ha conseguido sembrar confianza y fe en torno a él. No es poca cosa. El Zaragoza ya gana.

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