El Periódico de Aragón

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REAL ZARAGOZA

El primer ascenso del año

El aragonés José Manresa ha escalado cuatro de los siete picos más altos de cada continente llevando hasta la cima una bandera del Real Zaragoza firmada por los jugadores

En el Denali, a 6.190 metros de altura en Alaska. SERVICIO ESPECIAL

José Manresa es un escalador aragonés que ha escalado 4 de las 7 llamadas «Siete Cumbres». Además, su innegable pasión zaragocista le motiva a llevar la bandera del león a sus mayores desafíos y es que Manresa valora tanto el escudo que solamente la porta en los picos «que se merecen la grandeza del Real Zaragoza». De hecho, la primera vez que llevó el estandarte blanquillo fue cuando hizo cumbre en el Elbrus de 5.642 metros. «Esos picos ya merecían la pena. Hasta entonces no me creía por así decirlo digno de portar la bandera. A un pico del Pirineo o al Aneto no la iba a subir. Al salir fuera de España, quise representar al club en el extranjero», matiza.

José en la cima del Aconcagua con 6.980 metros. OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Manresa que ha escalado, entre otras, el Kilimanjaro (5.891 metros) en Tanzania, el Aconcagua (6.961 metros) en Argentina o el Chimborazo (6.273 metros) en Ecuador, siendo este último el punto más alejado del centro de la tierra y más cercano al Sol. Asimismo, su último viaje y última ofrenda al zaragocismo fue el ascenso al Denali a finales de junio de 6.190 metros en Alaska. «Una de las características de esta zona es que nunca se hace de noche en verano, también destaca por su dureza. Recuerdo que normalmente comienzas a las 12 de la madrugada, pero en este caso, hasta que no amaneció, no salimos por el frío», afirma. 

De hecho, coronar el Denali fue una de las experiencias más complicadas de su carrera. Su esposa Rosana, también montañista, no pudo lograr el ascenso, ya que se encontraba muy cansada. José tuvo que subir con Carlos Bernal y José Luis Medrano, quienes junto con Rosana y él forman el club de Montaña el Castellar. «Comenzamos a las 9 de la mañana, una vez que coronamos la cima, bajamos y, sobre las 9 de la noche, ya estábamos en la tienda de campaña. Un grupo chino también zarpó el mismo día que nosotros hacia la cima, llegaron a la 1.30 de la mañana. Lo siguiente que supimos es que los tuvieron que rescatar por congelación y extenuación», relata Manresa, que también tuvo un susto. «Me caí en el Denali Pass unos 30 metros, podría haberme matado, pero solo me hice un corte. En ese paso han muerto 28 o 29 personas» asegura.

El monte Cervino, de 4.478 metros. SERVICIO ESPECIAL

No obstante, su pasión por el Zaragoza sigue intacta, a pesar de tener que compaginarla con el montañismo. La historia detrás de cómo consiguió las firmas para su bandera, recae en su hermana y Daniel Lasure, jugador del equipo, que se conocieron en la cámara hiperbárica del Hospital Militar. «Tenían que pasar en la cámara media hora y también había otros jugadores del Zaragoza. Se lo dije y me comentó que se lo diría a Dani, que era muy majo. Se la llevó mi hermana al día siguiente y nos la firmaron todos», matiza.

Esto significó mucho para José, que desde pequeño y gracias a su padre, apoya al club nacido en 1932. «Mi padre me inculcó el amor a lo nuestro, con el respeto hacia los demás. Me dijo que si me gustaba el fútbol, el Zaragoza debía ser mi equipo. Este club me hace sentir muchas cosas, aunque no siempre me haga disfrutar. He visto en incontables ocasiones el museo, de hecho íbamos a viajar a París en la final de la Recopa del 95 ante el Arsenal, pero no fuimos porque me eche atrás, ya que cuando perdimos la Copa del Rey contra el Real Madrid, volví hecho polvo en el autobús y a la vuelta veníamos derrotados. Además, en mi caso, volvía, dormía un par de horas y tenía que ir a trabajar. Así que al final la vimos en casa de un amigo», detalla arrepentido José. 

José en el Chimborazo, montaña de 6.263 metros. SERVICIO ESPECIAL

Sin embargo, a pesar de practicar montañismo, José siempre tiene tiempo para ver a su Real Zaragoza. De hecho, es el único partido que ve y deja claro que a él «no le gusta el fútbol, le gusta el Zaragoza». «Cuando hago montaña procuro llegar una hora que me dé tiempo a ver el partido. Me condiciona hasta a la hora en la que me levanto», finaliza.

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