La opinión de Sergio Pérez

Pep Chavarría, lateral de oro o moneda de cambio de platino

Pep Chavarría posa para este diario.

Pep Chavarría posa para este diario. / CARLOS GIL-ROIG

Sergio Pérez

Sergio Pérez

A lo largo de esta larga etapa de diez temporadas en Segunda División, el Real Zaragoza ha tenido fundamentalmente cuatro tipos de futbolistas: una lista enorme de jugadores de bajo fuste, que llegaron, estuvieron y se fueron; un ramillete importante de cedidos de equipos de Primera División de excelente rendimiento, especialmente en la delantera, hoy asentados en la élite como figuras de sus equipos; muchos canteranos, unos cuantos de gran nivel, sustento deportivo y luego financiero del club, y algunas apuestas de riesgo que cuajaron, se revalorizaron y de la nada el Real Zaragoza sacó mucho.

En este último catálogo hay que colocar, sobre todo, a Pep Biel, al que el Huesca no le vio nada a pesar de tenerlo bajo su paraguas en el Almudévar y al que Lalo Arantegui convirtió en cuatro millones de euros. Hoy es una de las estrellas de la Liga danesa. Un caso similar, aunque aún de menor relevancia futbolística y económica, es el de Pep Chavarría. El anterior director deportivo lo contrató del Olot en el invierno previo a la temporada 2020-2021. Era un lateral con capacidad para jugar de extremo que destacaba en la Segunda B. El Zaragoza se adelantó al Barcelona, que lo quiso para su filial cuando ya se había comprometido con el club aragonés.

Hoy Chavarría es noticia porque tiene pretendientes para dar el salto a Primera División después de dos años en La Romareda, el primero más dubitativo y el segundo tremendamente consistente. Durante todo el verano ha estado en la agenda de varios clubs ahora mismo mayores. En Cartagena no jugó a la espera de que antes del jueves se resuelva su situación en el sentido que sea. De un modo u otro, solicitando una rebaja salarial a la plantilla, dando salidas a fichas altas, vendiendo activos, pero el Zaragoza necesita espacio salarial para firmar, al menos, a un gran delantero, pieza de la que el equipo adolece de manera visible, todavía más con Azón lesionado.

De aquel buen trabajo de años atrás, cuando hubo muchas sombras pero también grandes luces, la SAD se puede beneficiar ahora. Manteniendo a un estupendo lateral izquierdo, de solo 24 años y cuajado ya en su rendimiento ofensivo y defensivo, o usándolo como moneda de cambio para operaciones mayores.

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