Falta hacía la victoria en Ponferrada. Se han quitado un buen peso de encima ¿no?
Y estamos muy contentos por el grupo, el club y la afición. Necesitábamos ese triunfo y el equipo hizo un partido muy serio. Todo el mundo sabía lo que tenía que hacer para conseguir esos tres puntos que nos ayudan a seguir creciendo.
El sofocón por la derrota ante el Lugo fue gordo…
Había una decepción muy grande, sí. Todo el mundo estaba ilusionado y nosotros queríamos ganar delante de nuestra gente. El partido se puso bien pero nos llevamos un chasco, así que trabajamos mucho durante la semana, analizando lo que pasó y también nos empleamos a fondo emocionalmente para que el equipo se repusiera. En Ponferrada dimos la cara y supimos lo que había que hacer para ganar.
¿A qué conclusión llegaron tras ese exhaustivo análisis?
Teníamos controlado el partido, que estaba donde nosotros queríamos. Habíamos dominado las vigilancias sobre el daño que podían hacernos sus contragolpes, pero a partir de su gol perdimos el orden, quisimos ir a por la victoria y nos dejamos llevar por esas ganas de ganar más que por el orden, la cabeza y la organización. Y en el fútbol es importante mantener todo eso hasta el final. Esa es la reflexión: siempre hay que querer ganar, pero desde un orden y una organización que nos acercarán más a la victoria.
Precisamente, ese orden marcó todo el partido en El Toralín.
El equipo lo tenía claro desde el principio. Teníamos que estar ordenados y bien juntos. A la Ponferradina le gusta tener el balón, pero nos defendimos bien y salimos con peligro en las transiciones. Todos arrimamos el hombro.
Usted completó un partido notable.
Estoy contento por ayudar al equipo, estar en el once y aportar lo que pueda. Afronto esta temporada con mucha ilusión. Hay un proyecto nuevo, también otro entrenador y es mi segundo año aquí, así que ya me he adaptado totalmente. Conozco la ciudad, la afición, el club y a mis compañeros, así que estoy muy motivado y con muchas ganas de hacer un buen año tanto a nivel individual como colectivo. Se trata de rendir al máximo y aportar lo mejor de mí para estar a disposición del míster cuando me necesite.
¿Le molesta que se le etiquete como el tercer central?
El año pasado participé mucho y pude ayudar al equipo en numerosos momentos, pero es verdad que la sensación es que Jair y Francés fueron más titulares y tuvieron más protagonismo. Tener esa competitividad entre nosotros es lo que nos hace mejores porque no te permite bajar la guardia. No me preocupa que se diga que soy el tercer central. Lo que me tiene que preocupar es estar bien y disponible cuando el entrenador me necesite y ayudar a mis compañeros tanto si juego como si no. Eso es lo que hace equipo: que todos tengan claro que cada uno tiene su momento y su lugar.
¿Tiene la sensación de estar sometido constantemente a una vigilancia estrecha y que se ponderan mucho más sus errores que los aciertos?
Todo el mundo es consciente de dónde estamos, de lo que es el Real Zaragoza y la exigencia que tiene. La afición nos da muchísimo, tanto en casa como fuera. Se siente que hay mucho zaragocismo por España. Y eso es bueno porque no te permite relajarte y te obliga a estar atento constantemente. Eso, sabiéndolo llevar, hace que el jugador mejore y ofrezca su mejor rendimiento.
No tiene que ser sencillo permanecer en un segundo plano sin alzar la voz cuando dejó el Espanyol en busca de regularidad.
Es algo que me caracteriza y que me han inculcado desde pequeño. Cada jugador quiere lo mejor para él, sí, pero esto es una cosa de equipo y se trata de un juego colectivo en el que todos tenemos que aportar. Juegan once, pero hay cinco cambios y la semana siguiente hay otro partido. La idea que intento transmitir es esa: seguir peleando para que el míster tenga difícil tomar una decisión. Es mi trabajo.
¿Le duele cuando alguien sostiene que es un central blando?
Al final son opiniones. Igual lo que uno considera blando para mí es otra cosa. Son opiniones que respeto totalmente porque el fútbol está expuesto a diario a la opinión pública. Intento ser lo más completo posible y con el cuerpo técnico analizamos continuamente las características de cada uno, los minutos y los entrenamientos con el objetivo de ver las debilidades y tratar de mejorar.
Da la impresión de que el trabajo en el aspecto anímico ahí dentro es constante.
Desde el comienzo hemos trabajado mucho en ese aspecto. El míster y su cuerpo técnico también han intentado transmitir siempre esa motivación que tienen, así como su ilusión y ganas por conseguir cosas en el Zaragoza. Están haciendo mucho hincapié en ello y eso nos ha ayudado a los jugadores. La victoria en Ponferrada no hace sino confirmar que estamos trabajando bien y que hay un buen grupo que quiere que sea un año de mucha ilusión y que es ambicioso para estar lo más arriba posible este año.
"No me preocupa que se me etiquete como tercer central, solo estar bien y preparado para cuando el entrenador me necesite"
¿Qué ha cambiado Carcedo en defensa?
Cada entrenador tiene su manera de hacer. Es cierto que hay cosas que se repiten o que son parecidas al año anterior, pero ahora intentamos situar la línea defensiva más arriba para que el equipo esté lo más junto posible, lo que nos permite generar menos espacio al rival y estar pendiente del balón a la espalda o robar cuanto más arriba mejor y que el rival se sienta incómodo. Todo es válido si se trabaja bien.
¿Se presta más atención al marcaje individual como parece desprenderse de aquella vigilancia de Francés sobre Chris Ramos?
Como dijo el míster, en la preparación de los partidos se estudia bien al rival y cada semana es distinta. Tenemos nuestro modelo de juego y una idea, pero también hay que tener en cuenta al adversario para saber cómo vas a jugar o meter a un jugador u otro. Y eso el equipo lo entiende bien y se adapta, no solo centrándose en un adversario por muy peligroso que sea, sino trabajando como grupo y tratando de llevar el rendimiento colectivo al máximo.
"En reaccionar rápido a la espalda y en agilidad tengo margen de mejora"
¿Hay motivos para soñar?
Se está haciendo un gran trabajo. Están cambiando cosas, como el césped de La Romareda, el de la Ciudad Deportiva o el gimnasio. Todo para que los jugadores puedan rendir al máximo y sacar lo mejor de ellos. Los entrenamientos son increíbles y estamos trabajando de forma espectacular con un modelo de juego que todos tienen claro. Puede ser un año muy bueno, tenemos muchas ganas de poder estar en la zona alta. ¿Soñar? ¿Por qué no?
¿Cuál es la mejor cualidad de sus compañeros en el centro de la zaga?
Jair domina el juego aéreo y la línea, tiene jerarquía. Francés es muy agresivo, gana muchos duelos a base de adelantarse, girarse y va muy duro. Saca muy bien el balón, tiene juego y comunica mucho aun siendo tan joven. A Jairo lo he visto menos pero creo que también tiene ese perfil ganador de duelos que quiere jugar el balón y mandar aun siendo también joven. La competencia entre nosotros es muy buena para que todos rindamos al máximo.
¿Y qué es lo mejor de Lluís López?
Siempre se me ha caracterizado por tener buena salida de balón o querer meter pases interiores y generar opciones desde atrás, pero también creo que soy un defensa que gana duelos e incómodo para el delantero. Intento ser más inteligente en cuanto a movimientos y a anticiparme para intuir dónde va a ir el balón y llegar antes. Desde pequeño me gusta mucho comunicarme con mis compañeros, hablar y llevar la línea.
¿Y en qué debe mejorar?
A nivel de agilidad y reaccionar rápido al balón a la espalda tengo margen de mejora dentro que mi físico tiene unas limitaciones. Pero estamos haciendo mucho hincapié en ese trabajo específico aunque intento suplir eso con colocación e intuición. También tengo que intentar ganar más balones aéreos y mejorar en ese porcentaje de aciertos.
Acaba contrato pero existe una opción para renovar. ¿Cómo se plantea el futuro?
Hay dos años más opcionales que no dependen de partidos jugados. Simplemente se tiene que negociar si se ejecutan o no, pero estoy tranquilo porque me estoy vaciando y dando todo lo que tengo en el Zaragoza y mi propósito es seguir haciéndolo lo mejor posible para ponérselo difícil al entrenador y que la dirección deportiva crea que debo seguir aquí. A mí, desde luego, me encantaría.
"Acabo contrato pero tengo dos años más opcionales y me encantaría seguir. El Zaragoza es el sitio ideal para crecer"
O sea, que si por usted fuera, seguiría aquí.
Al final, cuando hablas del Zaragoza lo haces de un club histórico en el que a mucha gente le gustaría jugar. El año pasado quizá fue más de adaptación, aunque jugué mucho, pero no tuve esa regularidad. Es un sitio ideal para crecer y exponerte a nivel futbolístico y mi intención es seguir.
¿En ningún momento se arrepintió de haber venido?
Cuando tomo las decisiones intento mirar pros y contras pero siempre voy hasta el final. No me arrepiento para nada. Mi mujer y yo estamos encantados con la ciudad, está cerca de Barcelona y el club es increíble, de los mejores de España, con una afición espectacular que te sigue. Estoy muy contento aquí. La decisión que tomé fue la correcta, seguro.
