El Periódico de Aragón

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La opinión de Sergio Pérez

La lesión de Francés y la respuesta 'cum laude' de Lluís López

Lluís López posa para este diario en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza. JAIME GALINDO

Alejandro Francés es la joya de la corona, ahora mismo el mascarón de proa de la última generación de futbolistas nacidos de la Ciudad Deportiva, ese reino incansable de producción de talentos. De entre todos los que un día fueron proyectos y hoy son ya realidades, Francés es el número uno de su promoción. Un central de 20 años recién cumplidos, internacional sub-21 y de alto valor de mercado. Acaba de renovar por el Real Zaragoza hasta 2025 con una significativa y justa mejora salarial después de oír durante todo el verano consistentes cantos de sirena de equipos de verdadera relevancia. Sin el cambio de propiedad hubiera sido imposible mantenerlo en nómina. A él y a otros.

Francés lleva dos partidos fuera de las alineaciones titulares, donde era un fijo para Juan Carlos Carcedo, como consecuencia de una lesión en el codo. En estas dos jornadas su lugar lo ha ocupado Lluís López, el tercer central de la plantilla si ponemos nombres a los roles. No es fácil salir a jugar en el lugar que ocupa Francés, zaragocista, queridísimo y defensa de muy altos vueltos. Tampoco aunque el canterano todavía no hubiera alcanzado, ni de lejos, su mejor nivel en esta campaña.

Lluís López lo ha hecho bien. Estuvo bien en Ponferrada, donde el Real Zaragoza sumó su primera victoria de la temporada. Y estuvo extraordinario frente al Sporting, con mucha jerarquía deportiva y personal. López cumple su segundo año en el club. En el primero, a pesar de ser suplente, llegó a participar en 30 encuentros, 20 como titular, cifra relevante. Sin embargo, no fue un año fácil para él porque siempre ha estado en el ojo de la crítica por varios errores puntuales que costaron puntos. En una entrevista con este diario, el propio Lluís asumía hace unos días que tiene margen para mejorar en muchas cosas, pero especialmente en agilidad y respuesta a la espalda.

Ahora mismo es un defensa muy asentado, sólido, de notable nivel para ocupar el rol de tercer central y que garantiza rendimiento si ha de ser titular. La apuesta por él demuestra que los clubs deben actuar siempre con autonomía y criterio propio, expuestos al acierto y al fallo, independientemente del ruido que haya a su alrededor. Con Lluís así se hizo. Francés tiene todos los galones. López está haciendo su trabajo de manera magnífica: ponérselo muy difícil a Carcedo y obligar al canterano a llegar a su máximo cuando regrese.

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