El exzaragocista Razvan Popa, que estuvo en el club aragonés en la temporada 16-17 y de gris paso por el equipo, donde apenas jugó, se ha visto envuelto en un escándalo en Rumanía al denunciar su madre, Alexandra, los abusos sexuales que sufrió el central por parte del entrenador italiano Devis Mangia, ahora seleccionador de Malta y que ha sido suspendido por esta federación tras ser acusado por dos jugadores de la selección nacional de acosarlos sexualmente. En el caso de Popa, lo sucedido habría tenido lugar, según el relato de su madre, en el Universidad de Craiova, el club al que se fue tras marcharse de Zaragoza, entre 2017 y 2019.
Popa, que ya ha dejado el fútbol con 25 años tras quedarse sin equipo la temporada pasada, ocultó lo sucedido en estos años, pero su madre acudió al programa de la Gazeta Sporturilor Live con el consentimiento de su hijo. De hecho, Razvan fue quien llevó a su madre a ese programa en directo para que fuera entrevistada, aunque su hijo no quiso hacer declaraciones al no sentirse preparado para ello, ya que pasó por una depresión después de lo vivido.
Según Alexandra Popa, el entonces entrenador del universidad de Craiova invitó a Razvan Popa a varias reuniones privadas, con el pretexto de unas discusiones sobre fútbol. Ocurrió en la 2017-2018. “Primero le preguntó sobre su actividad sexual, luego comenzó a hacerle insinuaciones directas. Esto mientras se masturbaba frente a mi hijo", dijo la madre del exdefensa, que añadió que Mangia comenzó a marginar al futbolista y a sacarlo del equipo, luego de que Razvan rechazara sus insinuaciones sexuales. También narró un episodio violento en el que el entrenador italiano habría agredido al exzaragocista.
La madre del central también explicó que, al contarle esos episodios su hijo en 2019, fueron a denunciarlo al propietario del club rumano, Mihai Rotaru. Mangia fue despedido poco después. “Pero tuve la sensación de que solo lo hicieron irse”, dijo la madre de Razvan Popa a Gazeta Sporturilor Live.
Debut con 15 años en Primera
El jugador, internacional rumano en categorías inferiores hasta la sub-21, debutó en Primera en su país en 2012 con tan solo 15 años, en el Studentesc, tras formarse en las categorías inferiores del Steaua y entonces era seguido por las mejores canteras de Europa. Popa llegó al Real Zaragoza tras desvincularse del Inter de Milán, donde había estado en su equipo ‘primavera’, en el filial, y había ido citado con el primer equipo en dos ocasiones, como una apuesta del entonces secretario técnico y hombre de confianza de Narcís Juliá, Albert Valentín, pero su fichaje, que iba a ser una cesión y luego llegó en propiedad por tres temporadas fue un absoluto fracaso, ya que el defensa no dio el nivel en lo poco que jugó como zaragocista.
Solo jugó tres minutos en Liga, ante el Huesca y con Luis Milla como entrenador, y en Copa frente al Valladolid, donde fue titular. Su ostracismo fue absoluto con Agné y en enero se marchó cedido al Burgos, en Segunda B, donde disputó 11 encuentros, aunque tampoco convenció. De regreso, rescindió los dos años de contrato que le restaban y con la carta de libertad fichó por el Universidad de Craiova, donde tuvieron lugar esos episodios contados por su madre. Tras salir de ahí, se incorporó en 2020 el Gaz Metan también de su país y su carrera perdió vuelo hasta decir adiós al fútbol hace algo más de 10 meses.
