La actualidad del Real Zaragoza

El Real Zaragoza entierra la herencia de Agapito

El club, tras las ampliaciones de capital de la nueva propiedad, se sitúa en una deuda neta inferior, en unos 46 millones, a la que tenía a la llegada del empresario soriano y que ya fue rebajada por la Fundación en más de 38

Agapito Iglesias, en 2011, cuando era máximo accionista del Real Zaragoza.

Agapito Iglesias, en 2011, cuando era máximo accionista del Real Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

S. Valero

El Real Zaragoza, que estuvo al borde de la desaparición en 2014, cuando la llegada de la Fundación Zaragoza 2032 y el decisivo apoyo de LaLiga y de su presidente, Javier Tebas, propiciaron un regate a una tragedia que estuvo muy cercana, ya se mueve en niveles de deuda neta menores a los que tenía antes de la entrada en la SAD de Agapito Iglesias, al que Alfonso Soláns vendió su paquete accionarial en mayo de 2006, y propició esa nefasta gestión para que, concurso de acreedores mediante, llegara a una deuda neta de 106 millones de euros a su salida del Real Zaragoza.

A su entrada, el pasivo neto estaba en 48,656 millones y ahora, tras las dos ampliaciones de capital que ha realizado el grupo encabezado por Jorge Mas, de 14,61 y de 6,4, además de los beneficios ordinarios que el club suele presentar, apuntan a que en la próxima Junta General Ordinaria de diciembre la deuda neta se sitúe en torno a los 46 millones a 30 de junio pasado, cuando en 2021 estaba en los 67,9. Al menos económicamente, la herida se empieza a restañar. En lo deportivo, aquel descenso en 2013 con un club arruinado todavía no se ha logrado enmendar con el retorno a Primera División, el sitio natural e histórico del equipo blanquillo.

El Real Zaragoza ha conseguido reducir ese pasivo con no poco esfuerzo, porque la situación en la que Agapito Iglesias dejó el club le abocaba a la desaparición. La entidad arrancó el periodo de Alfonso Soláns hijo en 1996 con una deuda que rondaba, en cifras estimativas, los 1.300 millones de pesetas, unos 8 millones de euros actuales, cifra que fue subiendo de modo progresivo hasta un tope de 50 millones de euros en 2004 y los antes referidos 48,656 que estaban en 2006, cuando el club llega a manos de Agapito. Entonces, los acreedores a largo plazo eran 30,7 millones y, a corto, 39,8, pero con las provisiones y el activo la deuda neta estaba en esos 48.

Ya en el primer año de Agapito la deuda neta subió a 67 millones a 30 de junio de 2007, una cifra que no dejó de crecer hasta su marcha. Tener una plantilla en la 07-08 de 42 millones de coste en salarios, bajar a Segunda y ejercer la opción de compra de Oliveira (10 millones) además de fichar a golpe de talonario a Arizmendi (4) y Jorge López (3), fichas millonarias hasta en la categoría de plata… Las arcas no podían soportar una gestión así y ya en 2010 la deuda neta se situaba en 107 millones y justo unos meses antes Agapito Iglesias había presentado un plan para reducirla a 28 millones en seis años. El castigo del TAS por Matuzalem (13,8 millones), el fichaje de Roberto Jiménez del Benfica en 2011 por 8,6 cuando a la plantilla se le adeudaban un buen número de mensualidades y el traspaso de Ander Herrera en febrero de ese año por 8,5 millones más objetivos que se cumplieron hasta alcanzar en dos años los 11 para solventar deudas también con los jugadores…. Ese era el Zaragoza de Agapito.

Un aumento sin freno

Así, el club se vio obligado a entrar en concurso de acreedores en junio de 2011 con 145 millones de deuda y, tras un proceso casi exprés, a una velocidad inusual en estos casos, salió un año después con una quita en los acreedores ordinarios para abonarles el 40% de la deuda y un 10% en traspasos para dejar la deuda en 92 millones en 2012. Aún le dio tiempo al empresario soriano a aumentar esa cantidad hasta los 106 netos y oficiales en los que estaba el pasivo en julio de 2014 cuando llegó la Fundación Zaragoza 2032 comprando el paquete accionarial del entonces máximo accionista por un euro.

De esos 106 millones, los miembros de la Fundación fueron reduciendo esa cifra de forma progresiva (90,3 millones a 30 de junio de 2015, 84,4 en 2016, 83,1 en 2017, 81 en 2018, 79,6 en 2019, 71,5 en 2020 y 67, en 2021) para bajar la cantidad neta en más de 38 millones con esa propiedad. En todos los años hubo beneficios de explotación, que superaron el millón de euros cuando no hubo traspasos importantes y que se fueron a 5,39 en 2020 con las ventas de Soro y Pep Biel en el verano de 2019 y a 2,96 en 2021 con la de Guti en septiembre del año anterior. 

Evolución de la deuda neta del Real Zaragoza desde 1996.

Evolución de la deuda neta del Real Zaragoza desde 1996. / EL PERIÓDICO

La Fundación Zaragoza 2032, que en global aportó entre capital y avales de créditos unos 22 millones de euros, de los que más de 17 llegaron desde el lado de César Alierta, máximo accionista, también tuvo que lidiar con la deuda con la Agencia Tributaria que se había generado en la etapa de Agapito Iglesias, 37,5 en total para un convenio en enero de 2015 por 33,5 tras abonar al contado los primeros 4. Esa deuda la liquidó la nueva propiedad en agosto tras pagar los en torno a cinco millones que faltaban en un convenio que acababa en 2023. Ese abono ha permitido saltar al club a notro nivel de elaboración de su límite salarial y los ingresos por Pep Biel y Pep Chavarría, además de otras gestiones de los nuevos propietarios, han propiciado que el límite se eleve a 10,1, el séptimo de Segunda y el mayor de todos estos años de la SAD en la categoría de plata.

Inversión de 26 millones

Con las dos ampliaciones de capital, la primera íntegra por compensación de créditos para asumir los 14,613 que había entre Caixabank y los del máximo accionista y la segunda anunciada en la Junta Extraordinaria del 27 de junio, la entidad blanquilla ha elevado su capital social hasta los 27,3 millones de los que 26,8 pertenecen a Real Z LLC, la sociedad compradora, más del 98,06%. El nuevo grupo de propiedad que encabeza de forma representativa Jorge Mas ha hecho una inversión, entre ampliación de capital y compra de acciones a los anteriores propietarios, a César Alierta, Carlos Iribarren y la familia Yarza, de unos 26 millones.

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