El Real Zaragoza solo suma 17 puntos en las 16 jornadas disputadas. Hace ya unos días, antes de no poder con un Málaga colista y con 10, Zapater ya habló de activar el modo supervivencia de 50 puntos, pero Fran Escribá le contradijo y aseguró que hasta el entorno de la jornada 30 no se debía cifrar un objetivo, mientras que Sanllehí en la presentación del valenciano volvió a hablar un proyecto netamente de ascenso deseando que ese llegara en este primer año. El problema es que esa meta ya se le ha escapado al Zaragoza y subirse a ese tren requiere de una gesta, un milagro, de difícil consecución, mucho más para las dos plazas de ascenso directo, ahora a 13 puntos del segundo (el Burgos próximo rival), pero también para la promoción, a ocho puntos, ya que la cierra el Granada con 25.
Un repaso a los 9 años anteriores del Zaragoza en Segunda habla de una segunda plaza liguera cuya media se sitúa en los 75 puntos (el Sporting fue segundo con 82 y el Deportivo y el Cádiz lo fueron con 69), mientras que la de la sexta plaza ha estado en el entorno de los 64, ya que hasta 68 tuvo que hacer el Deportivo o el Girona y con 61 la atraparon el Córdoba, el Zaragoza o el Elche. El caso es que para llegar a esos 64 puntos el Zaragoza tendría que hacer 47 de los 78 que restan, un promedio de 1,52 y el 60% de los que quedan en juego. Mientras, alcanzar los 75 del billete directo implica sumar 58 de esos 78, con un promedio desde ahora de 2,23 y atrapando el 74% de los puntos.
En el mejor curso tras bajar en 2013, en la campaña 17-18, el Zaragoza sumó el 57% de los puntos en juego
El Zaragoza solo ha logrado cuatro triunfos en 16 jornadas y para pensar en asaltar la zona noble debería rondar los 14 en las 26 citas que restan, algunos más para mirar a la segunda plaza. Con todo, para hacerse una idea de la dificultad de la empresa basta con echar una mirada al pasado, a los nueve años anteriores.
Solo un punto de renta con la zona roja
La victoria del Mirandés ante el Cartagena hace que el equipo jabato alcance los 16 puntos y sea el que marque la línea roja del descenso, con solo un punto menos que el Real Zaragoza, que ya tiene una exigua renta con el descenso. El conjunto zaragocista, en el que Escribá debutó el sábado con un empate ante el Málaga, solo ha sumado una victoria en las últimas cinco jornadas, en Tenerife, con 4 puntos logrados de los 15 posibles, una dinámica claramente negativa. Ahora mismo, tras 17 puntos en 16 jornadas, el equipo blanquillo acabaría el campeonato de seguir con esta proyección con entre 44 y 45 puntos, una cifra claramente de descenso.
En ellos, el Zaragoza tiene el tope de los 71 puntos que firmó con Natxo en la 17-18 para acabar tercero. Eso supone que logró un promedio en las 42 citas de 1,69 para recolectar el 57,7% de los puntos, registros menores de los que necesitaría ahora. En el resto de temporadas, el promedio zaragocista fue más bajo, de 1,54 puntos en los 65 de la 19-20 cuando la pandemia frenó a un Zaragoza lanzado, de 1,52 en los 64 de la 15-16, con Popovic, Lluís Carreras y el desastre de Palamós, o de 1,45 en los 61 puntos en la 14-15, aquella sexta plaza que acabó con el ascenso a siete minutos en Las Palmas.
Natxo y un precedente
Así que el Zaragoza de Escribá necesita en las 26 jornadas que restan una gesta en forma de puntos para cumplir con el objetivo de luchar por el ascenso que la nueva propiedad fijó, que el Zaragoza puede y debe tener por historia y entidad y que el límite salarial, de 10,1 millones, el séptimo más alto de la categoría y el más elevado en esta época, también permite mirar. Eso sí, en la 17-18 tiene también un precedente que para el optimismo. Con Natxo en las 26 últimas jornadas firmó 52 puntos tras circular solo con 19, dos más que ahora, en las 16 primeras citas ligueras, un global que ahora sí entregaría la sexta plaza. Pero en las otras 8 temporadas nunca se llegó a cifras de ese nivel en las 26 jornadas finales.
