La práctica totalidad de la plantilla del Real Zaragoza está obligada a superar el suspenso generalizado con el que el equipo aragonés está saldando una temporada marcada por las penurias. Valentín Vada es consciente de ello.
Es el único que ha jugado en los 16 partidos disputados hasta ahora (ha sido titular en 13) pero su nivel está lejos de una buena versión a excepción del gran partido realizado en Tenerife (0-2), donde marcó los dos goles que lucen en su cuenta particular. “La autocrítica se hace partido a partido y uno sabe cuándo juega bien o mal y aquello que tiene que mejorar. No es fácil, pero intento dar lo mejor de mí, aunque tengo que aportar más y ahí estoy de acuerdo con las críticas y con el aficionado”, asume el mediapunta.
En este sentido, Vada confía en que la situación particular mejore cuando lleguen los resultados y la mejoría experimentada, según él, en el partido ante el Málaga se traduzca en victorias. “Estamos en el camino y las cosas saldrán cuando el equipo vaya mejor. Uno trabaja para que el equipo vaya bien, pero lo primero es el colectivo y sumar cuanto antes para salir de esa zona”, apunta el zaragocista, que está convencido de que “de cada diez partidos como el del sábado ganamos nueve”. Pero el conjunto aragonés volvió a pagar caro su falta de acierto de cara al gol. “El equipo reaccionó bien tras encajar y en ese sentido el punto puede ser bueno. Creamos muchas ocasiones, que era lo que nos costaba y las sensaciones fueron buenas, pero topamos con un gran portero”, sostiene Vada, que vio ante el Málaga “un equipo más ofensivo, que es lo que quiere el míster, así como más junto para defender y contraatacar”.
Ese carácter más ofensivo es una de las principales variaciones adoptadas por Escribá, que concibe un Zaragoza “Quiere un bloque alto y que los jugadores de segunda línea lleguemos. Es un planteamiento ofensivo que aprieta arriba y busca transiciones rápidas que poco a poco se está viendo. Ante el Málaga vimos a un Zaragoza muy superior también en los pocos minutos que jugamos once contra once”.
“Escribá quiere un bloque alto y que los jugadores de segunda línea lleguemos. Es un planteamiento ofensivo que aprieta arriba y busca transiciones rápidas. De diez partidos como el del sábado ganamos nueve”.
El Burgos, en ascenso directo, medirá el volumen de esa progresión detectada por el argentino, que se desmarca del “modo supervivencia” esbozado por Zapater y se abraza al “partido a partido” de Escribá. “No estamos en una posición privilegiada, pero no tenemos que mirar más allá del Burgos, que va a ser un partido complicado”, subraya el jugador, que reconoce que la acumulación de problemas está siendo dura psicológicamente. “La unión colectiva hace la fuerza, sobre todo en el aspecto mental. Individualmente es muy difícil, sobre todo después de cosas como lo que pasó en la Copa, cuando a uno se le cae la cara de vergüenza. Se hace complicado, pero cada jugador ha pasado por situaciones similares y lo vamos a sacar adelante como sea”, asegura.
