La actualidad del Real Zaragoza

El retorno sin pasión de Lucas Alcaraz

El nuevo técnico no habla de su breve estancia en Zaragoza, de solo ocho partidos en la 18-19, en una carrera que incluye 27 temporadas seguidas entrenando de forma ininterrumpida

Lucas Alcaraz, en La Romareda en uno de los partidos que dirigió al Real Zaragoza

Lucas Alcaraz, en La Romareda en uno de los partidos que dirigió al Real Zaragoza / ANGEL DE CASTRO

S. Valero

Ostenta Lucas Alcaraz el récord de temporadas consecutivas trabajando en un banquillo de forma ininterrumpida desde que en 1995 se hizo cargo del Granada hasta que ahora el Ibiza para relevar a Juan Antonio Anquela ha llamado al técnico nazarí, que acumula más de 27 años de carrera deportiva como entrenador, ha pasado por equipos como Racing de Santander, Recreativo de Huelva, Real Murcia, Levante UD, Almería, Albacete entre otros, sumando 274 encuentros en Primera División y 333 en Segunda. De ellos, solo ocho los dirigió al Real Zaragoza, en un paso fugaz que resultó una difícil experiencia para el técnico granadino, que siempre había soñado con dirigir al cuadro aragonés, donde su tío Manolo González es el cuarto jugador que más partidos ha vestido de blanquillo tras ser superado recientemente por Zapater.

"Es un reto, un privilegio y un orgullo, todo a la vez", dijo en su presentación. Sin embargo, la etapa de Lucas Alcaraz no pudo ser más efímera. Lalo Arantegui apostó por él para relevar a Imanol Idiakez en la 18-19 y tras solo 10 jornadas. De la inexperiencia en Segunda del técnico vasco a la veteranía de Alcaraz, que no le cogió nunca la medida al equipo, que no abandonó con él el hundimiento moral que vivía. Una victoria, ante el Nástic, dos empates y tres derrotas, con 5 puntos de 24 le convierten en el segundo entrenador con peores registros de esta larga etapa en segunda, solo superado por Iván Martínez. Con el equipo en caída libre a todos los niveles, Víctor Fernández tomó las riendas del Zaragoza para sustituirlo y se logró la permanencia en esa temporada. Fue tan breve su etapa que a Alcaraz con 808 partidos entre Primera, Segunda, Segunda B y Copa del Rey no le preguntaron este jueves en Ibiza por si era un encuentro especial para él.   

«El Zaragoza es un equipo que está siendo bastante compacto, vertical, con puntas rápidos. Su seña de identidad que transmite hacia fuera es la de ser bastante vertical"

Habló eso sí, del Zaragoza. «Es un equipo que está siendo bastante compacto, vertical, con puntas rápidos. Su seña de identidad que transmite hacia fuera es la de ser bastante vertical. Todos los rivales son complicados por algo. Respetando mucho al rival, estamos muy centrados en nosotros mismos porque nos apremia más”, se limitó a decir sobre el conjunto zaragocista, con la vista puesta en el inmenso trabajo que tiene por delante para reflotar a un Ibiza colista con 12 puntos y ya tres entrenadores en este curso. El conjunto pitiuso llega además a la cita sin los sancionados Goldar, Morante y Pape Diop y con la idea de Alcaraz de una reconstrucción anímica y defensiva para mejorar registros y que el mercado de enero le traiga refuerzos y más opciones.

Cese en su anterior regreso

Ha vivido situaciones desesperadas en una carrera que incluye dos ascensos, con el Recre y con el Murcia, y que en su última experiencia en España le llevó al Albacete, al que salvó en la recta final de la temporada 19-20, con una goleada al Zaragoza de Víctor por 4-1 en el Carlos Belmonte para empezar el siguiente curso y caer de ese puesto tras solo cinco citas de la siguiente campaña, precisamente en La Romareda, cuando el gol de Juanjo Narváez dio el triunfo al equipo entonces de Rubén Baraja. Así, el Municipal zaragozano que fue su tumba en el equipo manchego le da la bienvenida en el ibicenco.

El año pasado entrenó al Olympiakos de Nicosia en Chipre y solo aguantó mes y medio, con seis jornadas de Liga y dos de Copa para llegar su cese, aunque esa breve etapa le sirvió para mantener su registro de temporadas consecutivas entrenando. Y en la actual y a sus 56 años el destino es Ibiza, con un primer paso por una Romareda donde su carrera sufrió un claro traspié.

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