La actualidad del Real Zaragoza

La depresión sin Azón

La lesión del delantero cambió por completo la faz del equipo. Sintió molestias en la misma zona en el isquiotibial que se rompió ante el Villarreal B y que le tuvo casi 3 meses fuera

Azón, en el suelo y tras notar las molestias con Giuliano lamentando la lesión.

Azón, en el suelo y tras notar las molestias con Giuliano lamentando la lesión. / JAIME GALINDO

S. Valero

No es, ya está muy claro, la temporada de Iván Azón, que acumula molestias y percances cuando el Real Zaragoza apostó muy fuerte por él en su renovación para que fuera la referencia en ataque. Ante la Ponferradina el delantero volvió a caer lesionado y el equipo, acto seguido, lo hizo en depresión. Pasada la media hora y tras el regreso de esa sociedad en el once que forma con Giuliano, después de haber protagonizado dos de las acciones de mayor peligro, se echó al suelo, con molestias en el bíceps femoral derecho, la misma zona que se lesionó en octubre. Con la mirada perdida y con su compañero de ataque con las manos en el rostro y todo el zaragocismo lamentando la mala fortuna que tanto está lastrando al equipo en este curso.

«Puede ser en la misma zona que la lesión anterior, me ha dicho que sintió algo en los isquios, no como una rotura, confiemos en que sea solo una sensación y no algo más, pero ahora es difícil hacer un diagnóstico», explicó Escribá, que no dudó en el efecto que tuvo esa jugada en el partido. «Una lesión de un jugador importante supone ese golpe y ya nos pasó con Bermejo en Leganés», añadió.

El Zaragoza salió afilado con él y con Giuliano y regresó a la mediocridad al irse a la media hora

El Zaragoza tiene muy poco en ataque, como lo demuestra el hecho de sumar 13 partidos sin poder marcar, pero con Azón y Giuliano arriba se afila, los dos buscan los espacios y cualquier balonazo desde la defensa se convierte en una amenaza para la zaga rival. La Ponferradina lo vio claro en esa primera media hora, en la que Azón se fue de Moi Delgado y su centro no encontró rematador, bajó una volea de Gabi Fuentes para toparse con Amir y Giuliano tuvo otras dos buenas llegadas tras envíos lejanos que el argentino hizo buenos. El Zaragoza era superior con esa sociedad en punta de lanza y se quedó gélido cuando la musculatura de Azón dijo basta.

Después, el golpe directo al mentón que supuso la ausencia del ariete, consolado por los compañeros mientras caminaba apesadumbrado con destino al banquillo, dejó al Zaragoza con una versión terriblemente más vulgar, como si de un solo revés perdiera todo el alma. Un disparo de Bermejo en el tramo final, que acabó en el palo, fue lo único que pudo generar después el equipo.

Escribá: «Sintió algo, no como una rotura, confiemos en que solo sea una sensación y no más»

Con Gueye, que solo salió en los últimos 25 minutos, siendo objeto de la sorna de La Romareda y como clara apuesta fallida, la baja de Azón es de un dramatismo absoluto. El jugador de la cantera arrancó el verano con todas las ganas tras una recta final del curso pasado en la que marcó dianas decisivas y donde fue máximo goleador con siete dianas. Sin embargo, el primer revés llegó en agosto.

Una lesión fortuita tras regresar de la gira en Marbella supuso un edema óseo en la rodilla que le dejó fuera hasta la sexta jornada, ante el Sporting. Solo estuvo seis partidos a disposición de Carcedo hasta caer ante el Villarreal B en los últimos instantes, con una lesión en el biceps femoral derecho que tuvo una recuperación mucho más lenta, ya que debió parar a mitad de rehabilitación, para regresar ante el Mirandés casi 3 meses después y tras el parón navideño. Jugó unos minutos ese día, tras el descanso en La Cerámica, siendo clave en la remontada, para ser titular en Gijón y que un mareo por un golpe le dejara KO en el intermedio. Contra la 'Ponfe' estuvo solo media hora en el césped para completar 407 minutos en 10 partidos en este curso, con dos dianas en lo poco que ha jugado. Su ausencia es devastadora y ante la Ponferradina volvió a quedar claro.

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