La 28ª jornada de Segunda

Tambores de miedo

El Real Zaragoza, con 7 goles en dos partidos, entra en barrena, preso de sus carencias ofensivas y ahora de una clara debilidad atrás, que dibuja su crisis y con 4 de renta sobre el descenso a falta de 14 jornadas

Vada cae en el área tras un remate que el argentino falló delante de Yáñez.

Vada cae en el área tras un remate que el argentino falló delante de Yáñez. / LALIGA

S. Valero

De La Rosaleda sale un Zaragoza en la sala de urgencias, en la uci, con una derrota dolorosa y terrible por la caricatura de equipo que se vio en la segunda parte, donde el Málaga, con un sinfín de dudas y problemas, le derribó por completo con tres goles para instaurar la crisis a todos los niveles. El equipo de Escribá, que no estuvo certero en la mayoría de las decisiones, desde la revolución inicial con el cambio de dibujo y 4 cambios además de en los relevos tras el descanso, ha encajado siete tantos en los dos últimos partidos, un dato demoledor. El Alavés, uno de los mejores de Segunda, le rompió por completo en La Romareda y el Málaga, en plena crisis, lo hizo otra vez y por segunda jornada seguida.

El Zaragoza, con cuatro puntos de renta sobre el descenso cuando restan 14 jornadas, necesita llegar cuanto antes a los 50 puntos y los dos últimos encuentros dibujan un escenario de muchas dudas. La plantilla quedó mal hecha en verano, con claras carencias, un factor que señala a Torrecilla, pero sobre todo a Sanllehí, hombre fuerte de la nueva propiedad y que colecciona demasiados errores. Escribá trajo nuevos bríos al principio, pero en el mercado de enero no se dejó apenas espacio salarial y el fallo en Alarcón se constata partido a partido y limitó más un lugar físico reducido. El Zaragoza mantiene similares carencias, salvo en la mayor calidad ofensiva que le da Bebé, su gran arma. Casi la única, con Giuliano gafado ante el gol, con una diana errada en Málaga para no creer tras la cesión de Genaro, Azón y Mollejo están lesionados y Pape Gueye desaparecido en uno de los peores fichajes de la historia de la entidad.

14 partidos sin gol

Al Zaragoza, que se agarró al estreno ilusionante de Pau Sans y al que Escribá solo sacó ya con 2-0 en Málaga en otra decisión incomprensible, le falta pólvora desde el principio de temporada y ha faltado con la de este lunes en 14 ocasiones de 28 jornadas a su cita con la puerta contraria, el que más de Segunda. Así, es imposible. Y lo es mucho más si encaja tres goles en una segunda parte nefasta y repleta de falta de intensidad en Málaga, donde Lluís López y Nieto quedaron retratados, como Jair en el tercer gol malaguista, lo mismo que el nivel primero de Larra y de Gámez después. El Zaragoza, defendiendo así, con esa fragilidad, tiene motivos para empezar a tener miedo.

Ahora mismo, con 14 jornadas por delante, con la Ponferradina marcando el descenso y con Racing y Málaga, resucitado esta vez por los zaragocistas, con alguna pinta de poder reaccionar, la permanencia apunta a más barata que los 50 puntos. Bien le hará a este Zaragoza en el que Escribá empieza a perder en números, con 17 puntos en 13 choques, pero sobre todo en sensaciones. El técnico valenciano vive un momento decisivo, necesita que su Zaragoza recupere la agresividad defensiva y que sea capaz de ser más firme. Si no, los tambores serán sirenas de alta intensidad.

El Zaragoza se le ha venido abajo al entrenador valenciano, perdido en el fútbol, este lunes, otra vez un día maldito, con cambio de esquema para ir aun 4-2-3-1 de salida, y con decisiones que no hacen al equipo mejor. La plantilla es muy pareja, casi plana, y ahora solo vive de los chispazos de Bebé, autor en Málaga de 5 remates y el único que exigió a un enemigo que era un manojo de nervios. El Zaragoza de Escribá necesita recuperar las señas de identidad de su llegada y tiene que volver cuanto antes Azón. Y, además, debe ser un bloque más sólido. Si no lo hace, la amenaza será ya del todo real, por mucho que ahora solo sean tambores de miedo. 

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