La 31ª jornada de Segunda

Ganar o rezar

El Real Zaragoza necesita vencer al Leganés para huir de la crisis y evitar otro tropiezo en casa que suponga esperar el fallo de sus rivales

Vada y Gueye en el entrenamiento de este sábado.

Vada y Gueye en el entrenamiento de este sábado. / JAIME GALINDO

S. Valero

En una hora en la que lo habitual es comer y normalmente con la familia o los seres queridos siendo domingo, porque las dos de la tarde lo digan LaLiga, las televisiones o quien sea no es un horario para acudir a La Romareda, el Real Zaragoza dirime este domingo (14.00 horas) ante el Leganés un compromiso fundamental en la tremenda crisis de juego y resultados que está sufriendo en esta segunda vuelta. La sensación de peligro de descenso que deberían transmitir sus tristes 35 puntos, con solo dos de los últimos doce y más de un mes sin ganar desde que lo hizo en Andorra, se atenúa por el colchón con el infierno, con la Ponferradina, que está a seis, porque los de abajo por suerte no ganan o suman casi nunca, salvo que se midan al Zaragoza, que fue goleado por el Málaga y no pudo con la 'Ponfe' o el Lugo. El de esta jornada es un enemigo mucho más fuerte sobre el papel, aunque no llegue en su mejor momento, y la victoria es imprescindible.

No vencer al cuadro 'pepinero' supondrá encomendarse al rival de turno de la Ponferradina, en esta ocasión el potente Granada este domingo a las 21.00 horas, para que el cuadro berciano no logre el botín y aumenten las sensaciones de pánico. Es decir, en ese caso habrá que rezar mirando a los rivales en lugar de haber hecho los deberes antes para un Zaragoza lamentable en este 2023 en su feudo, con solo tres empates en cuatro partidos y que no gana ante su gente desde el 10 de diciembre en el derbi. El calendario ahora se empina (Leganés, Huesca, Albacete, Levante y Granada) y el Zaragoza ha demostrado su incapacidad todo el curso ante los enemigos en la zona noble, por lo que, debilidades de los equipos en descenso al margen, los de Fran Escribá deben subir el nivel y mostrar una mejor cara si quieren de verdad ganar. No solo por la actual temporada, también por la próxima, en la que el técnico tiene contrato en vigor, algo que los resultados y el cómo acabe este curso pueden convertir en papel mojado.

Por la importancia de esa victoria Escribá exhortó con más fuerza que nunca a los zaragocistas, pidiendo que apoyen a muerte a sus jugadores. No está el fútbol del equipo para muchas peticiones y bastante ha aguantado la grada estos años y en este curso, donde roza el equipo sus peores números desde el descenso y sin que la llegada de la nueva propiedad haya traído un paisaje más optimista, más bien un presente y un horizonte llenos de objetivos ambiciosos y vagos que no casan con la realidad de este Zaragoza deprimido y deprimente.

El problema del gol

De ese laberinto se sale con victorias para acabar lo mejor posible la temporada en las 12 citas que restan perdido ya el irreal sueño de alcanzar la promoción y para eso hace falta marcar y el Zaragoza está más que atascado en una faceta que casi nunca ha dominado en esta Liga. Suma 281 minutos y tres partidos sin anotar y los dos últimos goles los ha hecho Bebé, llegado en enero y que con su incidencia en el disparo lejano también convierte en más previsible el juego de ataque del equipo, por mucho que ahora mismo sea su mejor arma ofensiva, que sin duda lo es.

Escribá no tiene a Francho, por gripe, y es uno de sus fijos, el único que ha jugado en todos los partidos con el actual entrenador. No lo hará ante el Leganés, uniéndose a la cada vez más eterna y menos explicable convalecencia de Azón y a Mollejo, al que no se espera hasta final de temporada. Todo apunta a que el técnico mantendrá la zaga, con Luna de lateral pese al retorno de Fran Gámez y con Francés esperando turno en el banquillo, porque el equipo viene de dos partidos sin encajar, mientras que Grau y Zapater serían los integrantes del doble pivote, como en Lugo, donde Francho jugó en la banda y Bermejo de mediapunta.

La pareja de Giuliano

Bermejo, muy a menudo ya más intrascendente de lo que debería, puede retornar al carril y en la pareja de Giuliano está el carrusel donde ninguno termina de convencer al no estar Azón. Quizá retorne Puche y el 4-4-2 o vuelva, más probablemente, Vada, mermado por una lesión en las costillas, con Pau Sans o Pape Gueye como opciones más lejanas, sobre todo el senegalés, que partido a partido sigue sin justificar un ápice su fichaje y al que La Romareda ya ha señalado.

El Leganés llega sin Jorge Sánez, uno de sus fijos atrás, y con las molestias de Josema y de Juanjo Narváez, que retorna a La Romareda, de la que salió en verano. También regresa Imanol Idiakez, de efímero paso en la 18-19 y que nunca ha ocultado su dolor por esa destitución. El técnico vasco, que recupera a Arnaiz y que dibujará una defensa con tres centrales además de darle camiseta titular en el medio a Cissé, logró remontar el vuelo tras un mal inicio de curso, pero su equipo se le ha atascado de nuevo, pese a la entidad de los refuerzos de enero (Karrikaburu, Narváez y Franquesa). Suma el 'Lega' una victoria en 8 jornadas (7 puntos) y no gana fuera desde noviembre, en Ibiza, aunque lo ha logrado en sus últimos 5 partidos con el Zaragoza y Juan Muñoz, también de pasado zaragocista, se inspira cuando ve una camiseta blanquilla. Es, en todo caso, un enemigo de nivel más que de sobra para asaltar La Romareda y que el incendio y la crisis alcancen ya altas cotas. 

Alinaciones probables

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Marcos Luna, Lluís López , Jair, Nieto; Jaume Grau, Zapater, Bermejo, Bebé; Vada y Giuliano Simeone.

CD Leganés: Riesgo; Nyom, Omeruo, Sergio González; Miramón, Cissé, Undabarrena, Pardo, Franquesa; Juan Muñoz y Arnaiz.

Árbitro: Víctor García Verdura (comité catalán).

Estadio: La Romareda.

Hora: 14:00.