La 33ª jornada de Segunda

Un muro tras la debacle

El Zaragoza solo ha encajado un gol en las 4 últimas jornadas, el que menos de Segunda en este tramo, tras las dos goleadas ante Alavés y Málaga

Cristian Álvarez golpea el balón en el entrenamiento de este sábado en La Romareda.

Cristian Álvarez golpea el balón en el entrenamiento de este sábado en La Romareda. / MIGUEL ANGEL GRACIA

S. Valero

Los cuatro goles que encajó el Real Zaragoza ante el Alavés y los tres que le endosó el Málaga en La Rosaleda abrieron una brecha notable en un equipo muy justo arriba y que no puede permitirse el lujo de recibir con tanta alegría esas dianas. Las dos goleadas llevaron a un toque de atención de Escribá y a una larga reunión en el vestuario y, desde entonces, en las 4 jornadas anteriores a la de este fin de semana el Zaragoza ha pasado a ser el equipo menos goleado de Segunda, con solo el tanto de Obeng en El Alcoraz encajado por Cristian Álvarez la semana pasada.

Tiene claro Escribá, que ha logrado dejar la portería cerrada en ocho de los 17 partidos como técnico zaragocista, que ese es el camino. Los empates ante el Burgos y en Lugo y la victoria ante el Leganés solidificaron esa muralla solo rota en el descuento del primer acto del duelo en El Alcoraz tras un mal despeje del arquero argentino aprovechado por Obeng. 

El caso es que el Zaragoza ha pasado de tener una brecha enorme en su defensa a cerrar las vías hacia Cristian, porque en el último mes y hasta el comienzo de la jornada 33, solo el Eibar, el Alavés, dos equipos de la zona noble, y el Oviedo, con dos goles encajados, se han acercado a las prestaciones defensivas zaragocistas, mientras que el Cartagena con ocho dianas, cinco de ellas del Villarreal B, y la Ponferradina, con siete, han sido los que más han encajado en las cuatro últimas jornadas de esta Segunda.

«Lo que me cabrea es que a nivel de los goles en contra éramos un equipo que estaba trabajando muy bien y sólido y siete en dos partidos nos afearon todo. Si quitamos esos, en los tantos en contra estamos espectaculares», decía el viernes en rueda de prensa Fran Escribá, que ha logrado que su Zaragoza no encaje desde su llegada en noviembre en los partidos ante el Albacete, el Huesca, el Mirandés, el Andorra, la Ponferradina, el Burgos, el Lugo y el Leganés, lista que Carcedo había inaugurado con otros cinco encuentros más (Las Palmas, Levante, Sporting, Eibar y Tenerife) para que sean hasta 13 jornadas las que el equipo no ha recibido dianas, lo que sitúa al conjunto blanquillo como uno de los mejores de la Liga en esa faceta defensiva.

Reunión y mejoría

Todo pareció romperse en esos dos duelos desastrosos para la portería de Cristian, aunque «aquellas dos derrotas tampoco nos vinieron mal, para juntarnos a hablar como lo hicimos tras lo de Málaga y coger esa solvencia de nuevo, para no entregar y no hacer partidos abiertos. El equipo trabajó y ha mostrado una solidez importante. Nos hacen pocos goles, pero sobre todo nos generan poco», añade el entrenador valenciano, que sabe que el único camino para que este Zaragoza tan gris no sufra en el tramo final de la Liga es que se muestre sólido. Con él al mando, el equipo lleva 17 tantos en 17 citas, por los 13 en 15 con Carcedo, para un total de 30 goles en lo que va de campeonato para este Zaragoza al que le cuesta un mundo marcar, con solo 27 dianas en las 32 citas. «En esa línea de encajar poco es donde creemos que mejor rendimiento le podemos sacar a la plantilla», concluye. En este bloque tan escaso es una verdad indiscutible.