La opinión de Sergio Pérez

El precio de la continuidad de Lluís López en el Real Zaragoza

Lluís López ha vivido episodios difíciles en el equipo. La temporada pasada, el central cometió varios errores muy visibles que lo pusieron en el punto de mira. Este año juega con sobriedad y seriedad de manera más habitual, aunque aún le falta regularidad y evitar ciertas indecisiones. Juan Carlos Cordero quiere que siga pero rebajando su ficha. Si mantiene su mejoría, es un jugador de rol muy útil

Lluís López celebra su gol al Albacete con una gran efusividad.

Lluís López celebra su gol al Albacete con una gran efusividad. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Ganó el espacio justo en el corazón del área con una maniobra inteligente de despiste en carrera. El balón tocado por Vada desde el córner cayó del cielo exactamente donde Lluís López había encontrado el lugar para sentir ese segundo necesario de soledad en medio de la muchedumbre. Se elevó y golpeó la pelota con un cabezazo perfecto, como mandan los cánones, picado y a un lado. La estirada de Barragán, el portero del Albacete, fue inútil porque la ejecución ofensiva de la acción fue impecable.

Cuando el balón rebasó la línea de gol, el central corrió hacia el córner en el que había nacido la jugada, saque de esquina forzado por Giuliano Simeone gracias a su espíritu guerrero y a no dar jamás por perdidas ni las batallas perdidas, y lo celebró como celebran los goles los futbolistas no habituados a marcar, con una gran intensidad y toda la efusividad. Fue el primer tanto de Lluís López en sus dos temporadas en el Real Zaragoza.

También un momento feliz para el catalán, aunque al final no va más allá de un hecho circunstancial y con poco peso global. Lluís cumple su segunda campaña con la blanquilla y este próximo verano se enfrenta a un momento frontera en su carrera, con 26 años recién estrenados. El Real Zaragoza le ha planteado la posibilidad de continuar en el club pero rebajando los emolumentos que firmó en el verano de 2021 para estos dos próximos años, opcionales y con un aumento significativo de su ficha.

Lluís López ha vivido episodios difíciles en el equipo. En la pasada campaña, en un encuentro en febrero ante Las Palmas, se escuchó los pitos de La Romareda al entrar al césped después de algunos encuentros en los que había cometido fallos muy visibles. Sin embargo, el defensa, por el que sienten más simpatía futbolística los profesionales que la masa, ha sabido sobreponerse a esas situaciones de estrés, ha madurado y ha demostrado que, aunque aún tenga un claro margen de crecimiento, sobre todo ganando regularidad y rebajando algunos picos de indecisión, puede ser más de mármol que de mantequilla.

Contra el Albacete fue el mejor del Real Zaragoza junto a Cristian Álvarez. Serio, rápido, bien colocado y con jerarquía, aparte de goleador. Juan Carlos Cordero, un director deportivo que lo conoce muy bien, lo quiere tener en la plantilla a un precio más razonable para el club que el inicialmente acordado. Tras aquellos vaivenes iniciales, con errores evidentes y alguno grosero, Lluís López ha dado un paso adelante en su segundo año: estamos ante un central con cierto mercado y útil, que puede jugar un buen número de partidos, para entrar y salir, con un rol a medio camino entre la condición de relevo de garantías y la titularidad. Si no estropea su progresión, puede cubrir perfectamente ese referido espacio con sobriedad y rendimiento. Ese es el precio que vale su continuidad.