La actualidad del Real Zaragoza

El mal de la superioridad

El Real Zaragoza no ha podido superar en cinco partidos, en la derrota contra el Alavés y en los empates con el Eibar, el Málaga, el Huesca y el Levante, y 208 minutos a enemigos en inferioridad, un problema que señala directamente a su capacidad futbolística.

Saracchi pide explicaciones a Arcediano Monescillo por ver la roja, con Francho, Lluís López y Bermejo a su lado.

Saracchi pide explicaciones a Arcediano Monescillo por ver la roja, con Francho, Lluís López y Bermejo a su lado. / JM López

S. Valero

Se atribuye a Helenio Herrera la sentencia de que "se juega mejor con diez que con once", algo que el mítico entrenador argentino se encargó de repetir una y mil veces que no había dicho o que, si lo dijo, fue como un comentario jocoso que no pensaba realmente. Lo que no afirmó, pero es obvio, es que se ataca mejor a un equipo que defiende en inferioridad y que hay más posibilidades de ganar si el rival recibe una o más rojas. Sin embargo, el Real Zaragoza no cumple este curso con esta premisa. Nunca, además. Ha estado 208 minutos, prolongaciones y descuentos al margen, con algún jugador más y no ha sido capaz de ganar, incluso en Vitoria ante el Alavés hasta perdió un duelo que tenía empatado cuando el rival se quedó con uno menos. Once puntos tendría más en su casillero de haber sabido aprovechar esas superioridades en cinco partidos.

El Real Zaragoza ha disfrutado de superioridad numérica en los duelos ante el Eibar, que se llegó a quedar con dos menos y sumó un punto en La Romareda, el Alavés, que le ganó en Mendizorroza, el Málaga, que estuvo a punto de hacerlo en el estreno liguero de Escribá, ante el Huesca en El Alcoraz, pero ahí solo seis minutos para que la roja de Zapater equilibrara fuerzas y llegara el empate acto seguido, y contra el Levante el viernes, el último episodio, donde el Zaragoza vio cómo Saracchi se iba a vestuarios al gritar al asistente "sois muy malos" en el 69 y no supo encontrar la forma de superar al rival.

De hecho, esa roja llegó cuando mejor estaba el cuadro aragonés, que ante un enemigo que se echó atrás tras quedarse con diez no encontró vías y pudo perder con el tiro al larguero de Pepelu, aunque en los últimos minutos el equipo local se fue hacia arriba y permitió unas contras pésimamente ejecutadas por el conjunto blanquillo en general y por Giuliano y sobre todo Bebé en particular.

Falta calidad y desborde

En el fondo de ese problema subyace una explicación evidente. Al Zaragoza le falta calidad arriba y sobre todo desborde, por lo que ante enemigos en inferioridad sus problemas para atacar en estático, con el rival encerrado, se manifiestan de forma más que clara, porque este equipo, primero con Carcedo y ahora más con Escribá, cuando hace daño es con espacios a la contra y saliendo a correr. Si tiene que asumir la posesión le faltan desmarques, mucho más si no está Azón, que sí estaba tras el descanso en el Ciudad de Valencia, y jugadores que encaren y desborden, un déficit que señala a la confección de la plantilla en verano y que no se enmendó en enero, donde Bebé, que supone un aumento del nivel, no es el tipo de extremo de buscar el uno contra uno, aunque aumente la pegada del equipo.

Un Eibar con 9

El Zaragoza tuvo la primera expulsión de un rival (han sido un total de 7) en Cartagonova contra el Cartagena, donde Musto vio la roja directa en el 88, aunque nueve minutos antes Grau había sido penalizado con una doble amarilla y, en medio de esas acciones, llegó el tanto de De Blasis. Contra el Eibar fue la primera vez que el Zaragoza se vio con más jugadores sobre el césped, cuando un golpe de Venancio en la cara de Vada dejó al equipo armero con diez en el 40 y en el 77 Javi Muñoz vio la roja por una dura entrada sobre Fuentes. El Zaragoza, con 50 minutos en superioridad, los últimos 13 más el descuento, con dos más, fue un quiero y no puedo para sumar un punto en un partido en el que solo Bermejo logró el gol, anulado por una falta dudosa sobre Arbilla.

En Vitoria, en el despido de Carcedo, perdió tras quedarse con un jugador más y en el estreno de Escribá ante el colista Málaga estuvo cerca de hacerlo

Fue peor lo vivido en Mendizorroza cuando Benavídez vio la roja directa nada menos que en el 36 por una durísima entrada a Mollejo. Quedaban 54 minutos más descuentos y el Zaragoza, que sumaba un punto en ese momento, lejos de lograr los tres lo perdió con el golazo de Jason Remeseiro de falta directa al comienzo de la segunda parte. Fue la gota que colmó el vaso para el despido de Carcedo y Escribá, en su aterrizaje liguero, se encontró con una situación mejor, porque la roja de Javi Jiménez por una entrada a Bermejo llegó en el minuto 13 y ante el entonces colista Málaga. Con el meta Rubén Yáñez como héroe malaguista y con el gol de Haitam en el tramo final, la diana de Giuliano antes del descuento rescató un empate, pero el Zaragoza no supo ganar un partido que tenía muy de cara.

Ante el Huesca el Zaragoza sí aprovechó el tiempo en superioridad por la expulsión de Pulido en el 29 por una clara falta a Giuliano, ya que se adelantó acto seguido con el gol de Bebé, pero López Toca solo permitió 6 minutos con uno más y niveló fuerzas con una roja para Zapater injusta al levantar el pie sin llegar a impactar en la cara de Sielva. Obeng igualaría el marcador antes del descanso con su diana y la segunda parte solo tuvo color oscense, aunque el equipo de Escribá sumó un punto que debieron ser tres si hubiera gestionado bien esa expulsión del central del rival.

Siete rojas en contra

Si son siete las expulsiones que han sufrido los rivales, el mismo número las ha tenido en Liga el Zaragoza, lo que hasta esta 34ª jornada le sitúa tercero en un ranking por detrás del Racing (10) y el Ibiza (8). Al margen de las ya comentadas de Zapater en Huesca y Grau en Cartagena, también vieron la roja Giuliano al filo del descanso en Santander con el Racing, Petrovic con el partido terminado en Burgos, Francés en Butarque ante el Leganés y Alarcón y Nieto en Gijón contra el Sporting.