La opinión de Sergio Pérez

Cordero, Bebé y la gestación de otros 'Bebés'

Al director deportivo le avala el fichaje de Bebé, por el momento su única contratación. Para la próxima temporada le falta otro manojo de futbolistas como Bebé, que en sus puestos sean capaces de subir el nivel, el oficio, la madurez y la calidad de la plantilla hasta el siguiente escalón

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el partido frente a la Ponferradina.

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el partido frente a la Ponferradina. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

De familia eminentemente futbolera, su carrera como jugador no fue gran cosa. Sí lo ha sido su segunda vida profesional como director deportivo. A los 48 años, Juan Carlos Cordero puede presumir de un currículum plagado de importantes logros: al Ciudad de Murcia lo empujó desde la Regional Preferente hasta Segunda, en Granada catapultó al equipo desde Segunda B a Primera División, en Cádiz desde Segunda hasta la élite y, más recientemente, la temporada pasada, estuvo muy cerca de repetir esa misma hazaña con el Tenerife, aunque le faltó un último paso para culminarla.

Desde la isla lo reclutó Raúl Sanllehí este pasado invierno para que dirigiera una ambiciosa misión: llevar al Real Zaragoza a Primera después de diez campañas en Segunda, la undécima la que vendrá. Un trabajo que han intentado completar sin éxito otros ejecutivos de muy diversos perfiles. Algunos de ellos estuvieron cerca de lograrlo, lo intuyeron más o menos cerca. Fueron los casos de Ángel Martín González y Lalo Arantegui. Otros se quedaron tremendamente lejos, el último Miguel Torrecilla, despedido a los pocos meses de firmar una renovación por un año que pocas cosas buenas aventuraba.

Cordero es el hombre sobre el que recae la responsabilidad de activar la principal palanca de cambio de modelo en el Real Zaragoza, la deportiva, dejando por supuesto al margen el proceso de construcción del nuevo estadio, el elemento capital sobre el que pivota el proyecto de la actual propiedad y que, en el caso de que salga adelante de manera definitiva y se convierta en una realidad allá por 2029, puede introducir al club en otra dimensión, en el siglo XXII.

El ejecutivo cartagenero está inmerso de lleno en la tarea de reconstruir y fortalecer la plantilla del Real Zaragoza para la temporada 23-24. Cordero ha trabajado en todo tipo de entornos, algunos de ellos con similitudes al actual y otros mucho más complejos. Hombre valiente, de fuerte personalidad y con firmes convicciones futbolísticas, en el proceso de transformación del equipo deberá entender cuáles fueron los errores que cometieron sus predecesores, muy recientemente la excesiva complacencia y el desatino, y hacer una valoración adecuada de los problemas y, consiguientemente, de las soluciones. Con lo que hay no ha valido, ese debe ser el punto de partida.

Por el momento, a Cordero le avala su único fichaje. Bebé ha sido un completo éxito: es un jugador por encima de la categoría que le ha sentado fenomenal al Real Zaragoza. La plantilla tiene activos, un buen puñado de jugadores totalmente válidos para acometer la empresa del ascenso, pero le sobran muchos y le falta otro manojo de futbolistas como Bebé, que en sus puestos sean capaces de subir el nivel, el oficio, la madurez y la calidad individual y colectiva hasta el siguiente escalón.