Zapater, te quiero. La previa del Real Zaragoza-Tenerife

Doce temporadas y 422 partidos después, Alberto Zapater jugará este viernes (21.00 horas) su último partido con el Real Zaragoza. Se acabó. No habrá más. El capitán, fuerte como un roble, quería seguir galopando, pero no volverá a combatir, al menos, bajo este escudo. El último ritual previo en el vestuario. Los últimos nervios antes de saltar al campo de batalla. El último aplauso. El último cántico sagrado de los suyos. El último duelo. Aquí termina el sueño de ese chico de Ejea que nació con un león tatuado a fuego en el pecho, justo al lado de un corazón tan blanco y azul como la sangre que corre por sus venas. Acaba la historia de Alberto Zapater en el Real Zaragoza. Comienza la leyenda.

La despedida al capitán obliga a acudir a un estadio que rendirá el merecido homenaje a una de las figuras más relevantes en la historia del club. Solo otros dos ilustres (Violeta y Aguado) han vestido más veces la camiseta zaragocista que el ejeano, que se marcha sin haber podido devolver a su equipo del alma a esa categoría que nunca debió perder y que lleva más de una década persiguiendo.

Atrás quedarán infinidad de lágrimas y sinsabores. Aquellos largos viajes en bus en los que tenía que ir tumbado en el suelo para que su maltrecha espalda encontrara cierto alivio. O llantos de puro dolor apenas unos minutos antes de acudir al estadio. Aquel maldito descenso en Mallorca. Como dice él mismo, «en el fútbol, normalmente, se sufre más que se disfruta». 

Pero Zapater también se lo ha pasado en grande. Fundamentalmente, porque siempre se ha sentido un privilegiado. Solo hay una cosa por la que sienta más pasión que por el fútbol: el Real Zaragoza. A él se ha entregado en cuerpo y alma durante doce temporadas no consecutivas. Y volvería a hacerlo mil veces más. Es lo que tiene nacer y crecer entre leones. Es lo que tiene llevar un sentimiento grabado a fuego.

Será una noche de emociones fuertes en la que solo habrá un protagonista. El resto, todos, ejercerán de personajes secundarios de esta historia de amor. Juega el Zaragoza, por cierto, contra el Tenerife, al que el adiós de Zapater le importa menos que el de su técnico, Luis Miguel Ramis, que, ajeno a sentimentalismos, pretende dejar al equipo lo más alto posible y amargar la despedida a la leyenda zaragocista. Iván Romero, Samuel, Durmisi, Shashoua y Aitor Sanz se perderán la cita por distintos motivos.

Zapater y diez más

Por supuesto, serán Zapater y diez más en la alineación diseñada por Escribá para despedir la enésima temporada mediocre del equipo aragonés en Segunda. No vivirán el homenaje de corto los lesionados Luna, Giuliano y Bermejo, pero estarán presentes, a buen seguro, en una Romareda que prepara sus mejores galas para la ocasión.

La cuenta llega a su fin. No pasará de 422. Hasta ahí ha llegado la apasionante historia de amor entre un capitán y su escudo. Se va Zapater pero deja el imborrable recuerdo de un futbolista de raza y valor que derrochó nobleza y orgullo. Un acérrimo zaragocista de cuna que cumplió ese sueño de miles de niños que solo unos elegidos hacen realidad. Y La Romareda cantará ‘Zapater, te quiero’.