La Liga Nacional de Fútbol Profesional, en el informe que remite cada semana de denuncia al Comité de Competición de la RFEF y a la Comisión Antiviolencia, ha hecho constar en el correspondiente a las jornadas 35, 36 y 37 de Primera, ya que hubo cita intersemanal, nuevos cánticos de un grupo de aficionados de Osasuna, unos 600, que en El Sadar y en el partido ante el Athletic del jueves 25 de mayo volvieron a proferir los insultos habituales contra el Real Zaragoza, la capital aragonesa y Aragón.

""En el minuto 13 de partido, unos 600 aficionados locales, ubicados en la grada sur baja, situados tras unas pancartas con los lemas “Lizarra”, “Osasuna” y “Graderío Sur”, entonaron de forma coral y coordinada durante aproximadamente 40 segundos, el cántico, "La Romareda, puta pocilga, donde se juntan Ligallo y Policía. Qué puto olor, qué porquería, con una bomba todo aquello volaría, una explosión de Goma 2 y que le den por culo a Aragón. El Osasuna que se la goza, viendo quemarse a esa Puta Zaragoza", asegura el informe, donde se hace constar que esos cánticos se repitieron en el minuto 62 desde la misma zona del campo y que además y en dos ocasiones se cantó "de forma coral y organizada" desde esa misma localización contra el jugador del Athletic Iker Muniain ("Muniain putero, lo sabe el mundo entero") y en una ocasión contra el Real Madrid ("que sí, que sí, que puta Real Madrid").

La Liga Nacional de Fútbol Profesional remite cada semana un escrito de denuncia al Comité de Competición de la RFEF y a la Comisión Antiviolencia con aquellos cánticos que se producen en los encuentros de fútbol que inciten a la violencia o tengan un contenido insultante o intolerante. Estos cánticos aparecen recogidos como comportamientos prohibidos y por tanto sancionables, tanto en el Código de Disciplina Deportiva de la RFEF como en la Legislación contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Ese informe con las denuncias puede acabar en una propuesta de sanción que suele ser una multa para los clubs, aunque el Valencia, tras lo sucedido con los insultos racistas a Vinícius en la jornada 35, fue castigado con el cierre de la grada de animación en Mestalla.