Los laterales no dejan de dar problemas a un Real Zaragoza herido en los costados desde que el balón echó a rodar. O incluso antes. Porque las lesiones comenzaron a azotar esa zona del campo ya en pretemporada. De hecho, Lecoeuche cayó víctima de una fascitis plantar cuando apenas llevaba unos días en Zaragoza. El francés llegó a tiempo al inicio de la competición, aunque el gran estado de forma de Nieto le privó de minutos hasta la maldita victoria en Cartagena, en la quinta jornada del curso.
Desde entonces nada ha ido bien. Al contrario. La grave lesión de Nieto en tierras murcianas coincidió con una rotura muscular de Lecoeuche que dejaba a Escribá sin los dos laterales zurdos de la primera plantilla. Y, para colmo, Luna ni siquiera había viajado a Cartagena como consecuencia de un golpe sufrido en un entrenamiento que obligaba a extremar precauciones. Los laterales sumaban ya cuatro percances desde pretemporada.
A Escribá le tocaba improvisar frente al Racing. Gámez se mantenía en la derecha pero el otro costado se quedaba huérfano y obligaba al técnico a buscar alternativa. Todo apuntaba a Francés, pero el técnico se decidió por Gámez para ocupar el lateral zurdo y ubicar a Luna en el diestro. El valenciano hizo lo que pudo, pero el resultado no satisfizo a Escribá, que volvería a darle otra vuelta al equipo en Ferrol.
Ahí, Gámez volvió a la derecha y fue el canterano Borge el que ejerció de lateral izquierdo para intentar frenar a Carlos Vicente, el extremo derecho aragonés que lidera el ataque gallego. Y el binefarense cumplió, lo que llevó a su entrenador a mantenerlo en la alineación aunque en el otro flanco.
Porque el baile continuaría frente al Mirandés. Con Borge en la derecha y Gámez baja por lesión (el quinto percance de un lateral desde el verano), Lecoeuche llegó a tiempo para dotar de cierta naturalidad a los dos lados de la zaga. Escribá, que había emplazado el concurso del galo a alguno de los dos partidos de esta semana y no al del pasado domingo para no caer en la precipitación y sí a la prudencia para evitar recaídas, optaba por rescatar la profundidad perdida en ese lado. El francés, como era previsible, no pudo acabar el partido y Borge acabó en la izquierda y Francés en la derecha.
Así que el eterno baile de nombres en la defensa ha llevado al técnico a utilizar, en apenas ocho jornadas, a cuatro laterales distintos en cada lado. En el diestro ya han jugado (de inicio o a lo largo del choque) Gámez, Luna, Borge y Francés, mientras que el lado izquierdo ya ha sido ocupado por Nieto, Lecoeuche, Gámez y Borge. Si los calambres del francés no lo impiden, todo apunta a que repetirá en Andorra. Y Borge también.
Aunque convendría esperar a que las próximas sesiones de entrenamiento no deparen sorpresas ni más sobresaltos a una línea defensiva marcada por la inestabilidad en sus costados. Cinco percances o lesiones han afectado ya a los laterales zaragocistas, aunque el de Nieto se lleva la palma.