Fran Escribá se fue como lo que es, un señor, un caballero que ha hecho gala de una elegancia y una educación de alto nivel en su tiempo en el Real Zaragoza. Nunca es algo secundario tener esa clase. Su tiempo como entrenador había pasado. Impensadamente, el equipo se le había ido de las manos por completo en los últimos meses hasta convertirse en el cadáver que todo el mundo vio en la eliminación en la Copa frente al Atzeneta y en el sonrojante derbi frente al Huesca, saldado con un 0-2 humillante. Su discurso ya no llegaba al césped ni había manera de encontrar soluciones a problemas irresolubles.
El Real Zaragoza necesitaba un cambio de técnico por razones palmarias y, aunque la intención primera, segunda y tercera de la propiedad era confiar y darle continuidad a Escribá por encima de todas las cosas, la situación cruzó el límite y no hubo más remedio que actuar. En su despedida comparecieron Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero en un gesto representativo de cómo ha sido este adiós, tan diferente a otros.
El director deportivo se encontró al valenciano en el club cuando llegó tras desvincularse del Tenerife. Este lunes lo despidió como a un hijo. Toma las riendas de la plantilla Julio Velázquez, la primera elección natural y verdadera de Cordero para el puesto. Se trata de un entrenador todavía joven (42 años), que hace unas temporadas prometía grandes cosas pero que luego ha ido quedando para otras más pequeñas. Viene de dirigir a clubs modestos de Portugal y Holanda y tiene experiencia en España con el Villarreal, el Betis o el Alavés.
Hombre de muy fuerte carácter, amante del control hasta el último detalle, Velázquez tiene ante sí una oportunidad única para reengancharse al más alto nivel. Se encuentra al Real Zaragoza hecho un cuadro, pero con una plantilla que tiene más argumentos y razones de las que estaba mostrando. Le va a salir un miura que se ha llevado por delante a 16 entrenadores. Si lo torea, le espera la puerta grande más lujosa y memorable de su carrera. Si no, el mismo desolladero que a todos.