La opinión de Sergio Pérez

El engañoso Zaragoza de Julio Velázquez

Con Julio Velázquez, el Real Zaragoza ha mejorado su juego, su propuesta y su fortaleza táctica. Está más cerca de las victorias aunque solo haya conseguido una en cinco partidos. Ha sido así por los mismos problemas que sufrió el Zaragoza de Escribá: grandes errores individuales o colectivos y una falta de madurez y fiabilidad evidente para controlar partidos con el viento a favor. Ese es el reto que tiene el técnico por delante: minimizar esos fallos y profundizar en la mejoría que ya ha logrado aunque no lo parezca.

Julio Velázquez, en el banquillo de La Romareda en el Real Zaragoza-Levante.

Julio Velázquez, en el banquillo de La Romareda en el Real Zaragoza-Levante. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Zaragoza

En su última rueda de prensa de este año, en la que se mostró muy muy enfadado después de desperdiciar un 2-0 a favor y dejar escapar dos puntos de oro y un triunfo vital que estaba bien encarrilado, Julio Velázquez hizo un repaso bastante sensato a sus cinco partidos como entrenador en el Real Zaragoza y con los que cerró este primer ciclo que ha desembocado en el parón por la Navidad.

En Albacete, expuso el técnico en su valoración pública, el equipo mereció perder, contra el Leganés y frente al Espanyol ganar (en el primero el resultado fue una victoria y en el segundo un empate), en Lezama con el Amorebieta los méritos no dieron más que para sumar un punto con el matiz del trascendental error de López Toca con el penalti no señalado y, frente al Levante, el Real Zaragoza fue superior y acreedor del triunfo.

Ese rápido recuento de merecimientos de Julio Velázquez hace un total de diez puntos de quince posibles. La realidad es que con él en el banquillo su equipo ha sumado seis de quince, una cifra bastante alejada de la primera. Ha sido así por razones muy parecidas a las que frenaron el afianzamiento del Zaragoza de Escribá.

Con Velázquez, el equipo ha mejorado de manera sensible su juego, su fortaleza táctica, su posicionamiento sobre el césped, su orden y su competitividad. Poco a poco, ha recuperado también a un buen número de jugadores que estaban perdidos en la inmensidad de la nada. El salmantino recogió un muerto y lo ha resucitado. Ahora dirige un grupo que está muy vivo. Lo más destacable que ha conseguido ha sido encontrar un modelo para explotar mejor las virtudes de la plantilla, la reacción de pizarra tras la expulsión de Calero en Cornellá, la ambición y la manera de volcarse después del 2-2 del Levante y, en líneas generales, el partido tan serio contra el Leganés.

Sin embargo, a Velázquez le están fallando los resultados, la madre del cordero y un problema de gran magnitud. No ha sumado una puntuación mayor por razones similares a las que sufrió Escribá: grandes errores individuales o colectivos (en el 2-1 del Levante, en el 2-2 del Levante o en el 1-0 del Amorebieta) y una falta de madurez y fiabilidad evidente para controlar partidos con el viento a favor. Es decir, problemas persistentes a lo largo de toda la primera vuelta, con uno y otro entrenador. Su solución es clara: cambiar piezas e introducir otras que multipliquen el rendimiento y la solidez y fichar jugadores en enero que ofrezcan una seguridad mayor y minimicen los errores.

Así comenzará la segunda vuelta el Real Zaragoza. Aunque el 6 de 15 parezca decir otra cosa, Julio Velázquez ha enderezado el rumbo, ha elevado la calidad táctica y del fútbol y lo ha acercado a las victorias a pesar de que solo haya conseguido una. Enero y febrero marcarán si esta aparente pero no efectiva mejoría se consolida con triunfos y el equipo da el salto hacia arriba o se queda en agua de borrajas y anclado en esta tierra de nadie tan triste.

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