El Real Zaragoza rechazó hace un par de semanas a Badía gratis tras cerrar la portería con Poussin

Edgar Badía llevaba todo el verano suspirando por vivir una segunda etapa en el Real Zaragoza tras su fructífera cesión de la pasada campaña. Sin embargo, el Elche nunca se lo puso fácil, a pesar de que el meta trasladó en varias ocasiones a los rectores de la entidad franjiverde su deseo de recalar en La Romareda y, de hecho, el club alicantino utilizó esa pretensión del meta para intentar utilizarla como moneda de cambio en su deseo de hacerse con los servicios de Marc Aguado, petición expresa del técnico Eder Sarabia.

Sin embargo, el Zaragoza siempre se mostró firme, tanto en su negativa al trueque como a desembolsar un solo euro por Badía, al que mantuvo en el punto de mira hasta que, a punto de empezar el campeonato, Víctor decidió no esperar más y cerró la portería con Poussin, Femenías y Cristian.

Víctor fue inflexible con los retornos de Mollejo y Bebé y el club no valora ir al mercado del paro

Apenas unos días después, Badía, que había sido titular en la primera jornada ante el Huesca, se puso en contacto con el Zaragoza para trasladar al club que el Elche, consciente del fracaso de su estrategia inicial y tras una floja actuación del portero en la jornada inaugural, cedía y le abría, al fin, la puerta de salida. Sarabia trasladó al cancerbero que no pondría impedimento alguno a su desvinculación a pesar del año de contrato por cumplir. Llegaba lo que el catalán llevaba tanto tiempo esperando, pero era demasiado tarde.

Porque el Zaragoza, a esas alturas, ya había tomado una decisión. Y era inamovible. Víctor, cada vez más satisfecho con el rendimiento de Poussin en los entrenamientos y en los amistosos de pretemporada, descartó cualquier opción de volver a contar con Badía a pesar de la posibilidad de hacerlo gratis y en propiedad. La portería estaba cerrada. Con Cristian a punto de reaparecer, Femenías partía como titular y Poussin, con dos años más de contrato con el Zaragoza, como alternativa en el banquillo. El balear defendió la portería en el estreno liguero en Cádiz, pero cayó lesionado en la segunda parte (estará alrededor de un mes de baja) y Poussin disfrutaba de una oportunidad inesperada. El galo, uno de los descartes más claros de Víctor a comienzos de verano, cumplió tanto en los minutos que tuvo en tierras andaluzas como en Cartagena, donde fue titular.

El viernes, poco antes de medianoche y mucho más tarde de lo deseado por Badía, el Elche anunciaba la desvinculación del catalán, que, con la práctica totalidad de las portería de Segunda ya ocupadas y sin huecos, se queda, de momento, sin equipo, si bien su condición de agente libre le permitiría fichar por cualquier club que requiera sus servicios en el mercado del paro. No será, salvo contratiempo con la terna de porteros que integran su primera plantilla, el Zaragoza, que renunció a la opción de volver a contar, gratis, con Badía, que había dejado un gran recuerdo entre la afición zaragocista tras sus notables actuaciones el curso pasado que evitaron males mayores a un Zaragoza que se salvó por los pelos.