Real Zaragoza

Los últimos fichajes del Real Zaragoza. Un broche de bisutería

Alberto Marí y Adu Ares, llegados el último día de mercado, están decepcionando por ahora, con un rendimiento muy alejado de lo esperado, lo que también puede aplicarse a Aketxe, Kosa o Clemente

Alberto Marí trata de controlar el balón ante varios jugadores del Elche durante el encuentro disputado en La Romareda.

Alberto Marí trata de controlar el balón ante varios jugadores del Elche durante el encuentro disputado en La Romareda. / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

30 de agosto. Último día del mercado de fichajes. El Real Zaragoza afronta la recta final de un ajetreado verano con el objetivo de abrochar una amplia nómina de refuerzos con la adquisición de un extremo ( o dos), un delantero, un mediocentro físico y un central para completar una plantilla marcada por una profunda remodelación y sujeta a numerosas entradas y salidas de futbolistas. El tándem formado por Juan Carlos Cordero, director deportivo, y Víctor Fernández, entrenador, había logrado gran parte de lo pretendido, pero faltaba ajustar el plantel con jugadores relevantes. Algunos de ellos, de hecho, seguidos de cerca y esperados desde hacía tiempo, como suele corresponder a jugadores que son propiedad de equipos de Primera y cuyo destino en forma de préstamo no queda definido hasta los últimos días de mercado.

Pero la tarea final se quedó a medias. Llegaron solo dos, un extremo y un delantero. Lo del mediocentro físico y el central quedaba para enero. Adu Ares y Alberto Marí, cedidos por Athletic y Valencia, respectivamente, eran los elegidos para elevar el nivel y la categoría del equipo. No en vano, procedían de Primera División. Sin embargo, y tras doce jornadas, el rendimiento de ambos está dejando, de momento, mucho que desear y sus apariciones y protagonismo se han reducido notablemente en los últimos partidos.

De hecho, el vasco llevaba, hasta el sábado, tres encuentros consecutivos sin jugar, mientras que el punta acumula ya seis sin formar parte de un once inicial en el que ha habitado en cuatro jornadas -Adu lo ha hecho en tres para completar 263 minutos en el campo, 64 menos que Marí-. Ninguno ha marcado. 

Y eso que oportunidades no les han faltado por parte de Víctor, que incluso situó a Adu en la izquierda, su puesto preferido, sacando de ahí a Liso a pesar de que ahí reside la mejor versión del canterano. Con Marí, que ha participado en ocho encuentros, también ha probado cosas, como cambiarle de pareja en ataque. Nada. El pasado sábado, La Romareda, disgustada ante la falta de ahínco del alicantino en labores de presión y ayuda a los compañeros, amagó ya con algún tímido silbido, algo que ya había hecho anteriormente con Adu, del que también esperaba mucho más de lo que está viendo. Ya se preveían sus problemas defensivos y, de hecho, Cordero advirtió sobre ello al propio futbolista en su presentación oficial, pero es que en ataque tampoco cumple y eso que llegó para ser determinante.

Presuntos implicados

Pero la decepción no solo alcanza a ellos. Hay más fichajes cuyo rendimiento no se está correspondiendo, de momento, con lo anunciado. Alguno de ellos, como Clemente o Kosa, también llegados en la recta final del mercado -el canterano, cedido desde la UD Las Palmas, aterrizó el 27 de agosto y el central, en propiedad, lo hizo tres días antes-. El eslovaco apenas ha jugado tres partidos y solo dos como titular y en su rendimiento abundan las dudas en torno a un central muy joven (solo tiene 20 años) que quedó en evidencia ante la rapidez de la delantera del Racing y que salió en la foto en el segundo tanto del Eldense al verse superado en un balón aéreo, lo que, en principio, debería ser su punto fuerte.

Pero es Clemente el que más señalado sale en cuanto a errores individuales. El aragonés, blando en la defensa a Cala en el segundo tanto del Castellón el sábado, quedó marcado en Gijón, donde un fallo suyo originó el primer tanto asturiano y otro aún más grave supuso su expulsión al inicio de una segunda parte que el Zaragoza, con el marcador en contra, afrontaría entera con un jugador menos. Ni uno ni otro están contribuyendo a paliar el gran déficit del equipo aragonés en este comienzo liguero: una tremenda endeblez defensiva envuelta en severos errores individuales.

Claro que en este apartado de decepciones también debe incluirse a Aketxe, el futbolista más deseado y que debía ejercer de referencia de un Zaragoza configurado en torno al vasco, titular en cinco partidos y que, tras superar su lesión inicial, ha participado en siete. Su balance (un gol y una asistencia) es insuficiente. Y eso que ahora juega centrado, más despojado de labores defensivas. 

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