La actualidad del Real Zaragoza
Una caída con muchos porqués
La dinámica actual, en los 3 últimos meses, de 15 puntos de 39 es impropia de un candidato al ascenso y tiene varias explicaciones en la debilidad defensiva, la ausencia de soluciones tácticas desde el banquillo, el mal nivel en La Romareda y el bajo rendimiento o las lesiones de jugadores claves

Víctor Fernández, antes de comenzar un partido en La Romareda. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA
El Real Zaragoza ha entrado en una mala dinámica, en una caída de forma global que, como en la mayoría de ocasiones, no es casual ni responde solo a un motivo sino que tiene varias explicaciones. Tras un fulgurante inicio de 10 puntos de 12, que le situó líder, suma solo 15 de los últimos 39, lo que le colocaría en la decimocuarta plaza en una hipotética clasificación de las 13 últimas citas, un tramo nada baladí de duración, tres meses de Liga. De hecho, la tabla, que hasta el martes pasado no echó al equipo de la zona de ascenso, tras recuperar su partido el Almería, ha sido un telón de dispersión, que ha atenuado una caída que se veía en muchas facetas y que solo se negaba si se miraba al dato global y no se rascaba en más detalles y porqués, que los había y que se han acrecentado.
Ahora, siendo noveno ya no está en la zona noble y el Zaragoza, después de encajar un gol y lograr tres porterías a cero en las cuatro primeras citas, solo ha conseguido no recibir ante un Málaga con 10 en las 13 siguientes, con 19 tantos en contra, un déficit real que se ha sustentado tanto en los errores individuales como en la falta de soluciones desde el banquillo para que el equipo recuperara la solvencia perdida. Obviamente, hay más gol que en años anteriores, pero no para sobrellevar semejante agujero en defensa, que hace tiempo que requiere de un cambio inmediato, sin implorar o mirar solo a soluciones en enero.
El Zaragoza se ha acostumbrado, además, a entrar mal a los partidos y a ir en demasiadas ocasiones a remolque, lo que también es un hándicap claro, además de que los rivales le suelen superar en la medular, lo que Víctor no ha logrado enmendar ni con las mezclas en el doble pivote, donde ha probado ya todos los dúos posibles (sin Gori Gracia), ni tampoco ha salido bien la apuesta por reforzar la medular, con un rombo claro en Elda sin ensayar que tuvo que cambiar al descanso o con un esquema más híbrido ante el Albacete que tampoco funcionó.
El curso pasado, con Escribá ya destituido y tras un gran inicio como ahora, llevaba 22 puntos, por los 25 que suma ahora
A la ausencia de soluciones efectivas que mitiguen esos males del Zaragoza se unen bajones de rendimiento o lesiones de futbolistas claves, como Aketxe, Keidi Bare, Soberón, Tasende, Liso o Bernardo Vital. Aketxe, por ejemplo, llegó a inicios de agosto tras estar entrenando por su cuenta y se lesionó en el cuádriceps tras la primera jornada y estuvo un mes de baja. Ahora, acumula 11 partidos seguidos en el once y su progresión es muy lenta para lo que se espera de él.
Y Keidi Bare comenzó a gran nivel, pero primero una lesión en el isquio y luego unas molestias en la rodilla le han hecho perderse siete partidos para que el albanés esté muy lejos del que enseñó al principio. Soberón, de inicio fulgurante con 6 goles, va para dos meses de baja con el isquio y Tasende se perdió uno por una lesión en el sóleo, volviendo en los últimos partidos en una versión inferior, como la que tiene Liso, que no se ha lesionado, pero al que Víctor no ha ayudado en nada en su confianza con sus pasos por el banquillo, y también la seguridad de Vital está lejos de la que era en septiembre.
A eso hay que añadir la irrelevancia o la floja versión de fichajes como Adu Ares, Marí, Kosa, ahora lesionado, Gori Gracia o Clemente, solo lateral zurdo para el técnico siendo central. Además, Víctor también ha dejado claro lo poco que cuenta con futbolistas que no quisieron salir en verano, como Jair, que solo jugó cuando no quedó otra, como en Huesca, Bermejo, que ha ido desapareciendo, Nieto o Cristian, para que la sensación, habitual casi siempre con este entrenador, es que tiene una tendencia a hacer más cortas las plantillas que dirige.
La mala dinámica general se explica sobre todo por los números en La Romareda, ya que fuera, con 15 puntos de 27, los datos son buenos, pero en casa la sangría es terrible, con 4 derrotas en 8 citas y 10 puntos de 24, unas cifras similares a los últimos años, donde el estadio está lejos de ser un fortín, y la sensación es que los rivales tienen muy claro el plan para asaltar el estadio zaragocista. Lo cierto es que la impresión general es que muchos de los enemigos de los últimos tres meses tienen una idea y unos conceptos más trabajados.
De esos 13 partidos en la caída actual, el Zaragoza solo fue superior de verdad al Granada. En Tenerife remontó contra 10 en los 20 minutos finales y en Elda el triunfo fue afortunado, tras una pésima primera mitad, mientras que ante el Levante el botín tuvo que ver solo con la mejoría tras el descanso. Cuatro victorias de 13 partidos suponen vivir alejado de los triunfos, una dinámica que le impedirá subir. El Zaragoza repite, con una caída menos acentuada, lo vivido hace un año, donde también fue líder al principio y se extravió. A estas alturas, tras 17 citas y con Escribá ya en su casa, llevaba 22 puntos, por los 25 de ahora.
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