Real Zaragoza

A muerte. La previa del Real Zaragoza-Racing de Ferrol

Los aragoneses, con Navarro en el banquillo, comienzan la era post Víctor con la imperiosa necesidad de reaccionar y sumar una victoria que permita mirar a 2025 con cierto optimismo

David Navarro, en el centro de un círculo en el entrenamiento de este viernes en La Romareda

David Navarro, en el centro de un círculo en el entrenamiento de este viernes en La Romareda / Real Zaragoza

Arturo Pola

Arturo Pola

Zaragoza

Lo que le pasa al Real Zaragoza desde hace demasiados años, por muchos análisis sesudos que se intenten hacer, escapa de la lógica y se acerca a lo paranormal. Algunas cosas pueden tener explicación, otras no. La tregua que da la competición por el parón de Navidad asoma como el momento perfecto para tirar de lo racional para detectar los problemas de un equipo que se ha caído y, si se llega a alguna conclusión, poner el mejor remedio para que la segunda vuelta no sea de nuevo insípida o, peor aún, no haya que mirar con miedo hacia abajo.

Analizar fríamente la salud del herido será la tarea a partir del domingo. Lo de este sábado va, o debe de ir, de otra cosa. Va de corazón, de orgullo, de garra y de instintos. En definitiva, va de nobleza y de valor. En lo que va a ser, sin lugar a dudas, el encuentro más raro de lo que va de temporada, el Real Zaragoza recibe al Racing de Ferrol (18.30) en un partido en el que «no sirve luchar solo, hay que morir por el equipo». Así lo considera David Navarro, el inesperado protagonista del que va a ser el último choque del año, otros 365 días de dolor y de angustia zaragocista y que terminan con uno de los momentos más convulsos de la reciente historia del club aragonés, y eso que hay donde elegir.

Víctor Fernández se ha ido, ya no está, pero la vida sigue y la temporada, también. No está el técnico, que se ha quedado muy lejos de las expectativas que levantó en su cuarta etapa en el equipo, pero todavía queda la que ha sido su sombra y su mano derecha durante estos meses. El de este sábado será, salvo sorpresa mayúscula, el último servicio de Navarro al primer equipo del Real Zaragoza, pero uno de los más importantes.

Los aragoneses tienen que reaccionar ya y no pueden esperar a después de las Navidades. Y lo tienen que hacer en una Romareda cansada de disgustos y de resultados lamentables. Se presenta el duelo ante los gallegos como uno de los más inciertos de analizar y pronosticar porque la interinidad de Navarro, a pesar de que sus ideas ya las ha ido transmitiendo desde su llegada con Víctor, marca el partido. Es difícil predecir el sistema de juego por el que va a optar el entrenador, por lo que aventurarse a adivinar qué once pondrá en liza Navarro es un muy complicado. Ni el portero, un puesto más o menos fijo en todos los equipos, está claro. Puede volver Poussin, o quién sabe, igual vemos a Cristian ponerse bajo la portería de La Romareda después de mucho tiempo.

Nada está descartado en un día en el que casi todo puede pasar. Por eso, y como el propio Navarro piensa, ante el Ferrol la cuestión no va de nombres ni de formaciones y sí de amor propio. Si tuviera más tiempo, el rombo, su sistema predilecto, sería el utilizado, pero sin demasiados entrenamientos a sus espaldas parece arriesgado. La incertidumbre rodea un enfrentamiento ante los gallegos en el que una de las pocas cosas claras es que Azón está recuperado y listo para comandar un ataque huérfano sin Bazdar ni Soberón. El que vuelve es Calero y el que no estará por sanción es Adu Ares.

Lo que también es una certeza es que el Real Zaragoza no para de bajar en una clasificación que llegó a liderar y en la que como no espabile pronto se le va a escapar incluso el tren de la promoción. Miedo da comprobar la dinámica que llevan los aragoneses, que llevan siete jornadas consecutivas sin ganar y tres derrotas en los cuatro últimos encuentros. Números que no se sostienen por ningún lado y que han acabado llevándose por delante la ilusión y las fuerzas de una leyenda del zaragocismo como Víctor Fernández. El que de momento aguanta en pie es David Navarro, un obrero del fútbol con un perfil muy diferente al del que era su jefe y que no renuncia, a tenor de sus palabras, a ganarse una oportunidad que le permita seguir al frente del equipo. Una convincente victoria sería el primer paso, aunque seguramente ni eso le acabe sirviendo.

Al que sí que le serviría, y mucho, es al Zaragoza, que pondría la primera piedra de una reacción que se tendrá que materializar en 2025 para que el equipo no tire otra temporada, la 12ª consecutiva en Segunda, a la basura. El rival parece propicio, aunque ya lo parecían muchos otros. El Racing de Ferrol llega en puestos de descenso, pero su racha y sus datos dan igual. La pelea de esta tarde es una lucha a muerte del Real Zaragoza contra sí mismo.

Alineaciones probables

Zaragoza: Poussin, Calero, Lluís López, Clemente, Tasende, Francho, Keidi Bare, Liso, Aketxe, Pau Sans e Iván Azón.

Racing Ferrol: Jesús Ruiz, Aitor Buñuel, Aleksa Puric, Naldo, Moi Delgado, Álvaro Sanz, Josep Señé, Aitor Gelardo, Nacho Sánchez, Josué Dorrío y Álvaro Giménez.

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