La sanción a Navarro apunta a ser de entre dos a cuatro partidos

David Navarro, que ocupó el banquillo del Real Zaragoza el pasado sábado ante el Racing de Ferrol, se enfrenta a una sanción que oscilaría entre los dos y los cuatro partidos de sanción en función de si la acción del técnico aragonés para repeler un cabezazo previo del entrenador del cuadro gallego, Cristóbal Parralo, se considera o no agresión. En caso afirmativo, el castigo, establecido entre 4 y 12 encuentros, sería, en principio el mínimo.

Según el artículo 103 del Código Disciplinario, este severo castigo se aplica por “agredir a otro/a, sin causar lesión, ponderándose como factor determinante del elemento doloso, necesario en esta infracción, la circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido o a distancia tal de donde el mismo se desarrolla que resulte imposible intervenir en un lance de aquel, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos”. La trifulca entre ambos entrenadores se produjo una vez concluido el choque.

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Sin embargo, el club podría tratar de demostrar, con la aportación de imágenes, que lo redactado por el colegiado en el acta no se corresponde del todo con la realidad y que Navarro no llega a contactar con el rostro de Cristóbal. En ese caso, la sanción podría ser de dos partidos o, si el Comité acepta todas las alegaciones de la entidad, incluso podría ser algo menor, aunque este extremo es menos probable.

Todo había empezado tras la dura entrada de Rober Correa sobre Pau Sans que costó la expulsión al defensa del cuadro ferrolano. Fue entonces cuando se produjo el primer enfrentamiento entre ambos banquillos. El zaragocista recriminó la acción al considerar que puso en serio peligro la integridad de Pau, al que podría haber lesionado de gravedad. A partir de entonces y hasta el final del encuentro, la cosa pasó a mayores hasta la tangana final.

Según recogió el árbitro, Palencia Caballero, en el acta, “en el minuto 90, el técnico Cristóbal Parralo Aguilera fue expulsado por el siguiente motivo: "Una vez finalizado el partido y estando en el terreno de juego, por encararse con un técnico del equipo adversario y propinarle un cabezazo”. Por su parte, Navarro también fue expulsado justo después “por golpear con la mano en la cara a dicho técnico”.

Ya en la comparecencia ante los medios, Parralo reconoció no estar orgulloso de que le expulsen, pero esgrimió que hay "cosas que no son justificables" y aseguró tener una "sensación que hacía tiempo que no sentía" como profesional del fútbol. “No es un ejemplo para el fútbol, pero tengo sangre en las venas. Podrán contar las milongas que quieran, pero solo hay que ver la trayectoria”, adujo en referencia a que solo ha sido amonestado una vez esta temporada.

Cristóbal Parralo, durante el encontronazo, fue controlado por su segundo técnico, Javier Manjarín, y el delegado del equipo, Manuel Mesa, aunque también mediaron otros testigos y miembros del dispositivo policial desplegado por el encuentro.

Navarro, por su parte, tampoco profundizó en lo ocurrido y afirmó que estaba "entero" y que lo que pasa en el campo "se queda en el campo. Ya está; la noticia es que el equipo ha ganado y dejando a cero la portería”. Fuentes cercanas al entrenador aseguran que tiene la conciencia muy tranquila.