Morientes recuerda su etapa en el Real Zaragoza: "Soláns me quiso hacer un contrato vitalicio"

El exdelantero habla en un podcast de su llegada al club, cómo llevó sustituir a Esnáider o cómo se gestó su millonario traspaso al Real Madrid

Morientes trata de superar a Montoya en un partido Real Zaragoza - Extremadura de 1997.

Morientes trata de superar a Montoya en un partido Real Zaragoza - Extremadura de 1997. / EFE / Javier Cebollada

Fernando Morientes ha recordado en el podcast 'Offsiders' su carrera deportiva y también ha repasado su etapa en el Real Zaragoza, desde cómo acabó fichando por el equipo aragonés tras rechazar al Atlético de Madrid, cómo le persuadió Pedro Herrera, cómo llevó sustituir a Esnáider, la presión, su fichaje por el Real Madrid o cómo Alfonso Soláns hijo quiso hacerle un contrato vitalicio "a lo Julen Guerrero en el Athletic".

Teniendo 18 años desciende con el Albacete a Segunda y al día siguiente le llamó su representante para decirle que tenía muchas ofertas, "pero las serias, las reales, eran del Atlético de Madrid, el Betis y el Real Zaragoza, que querían pagar casi 400 millones de pesetas (algo más de 2 millones de euros) por mí", relata.

Y de hecho, su decisión fue ir al Atlético, porque estaba cerca de Sonseca (Toledo), donde creció pese a ser extremeño, y su novia estaba en Madrid. Pero a la hora de firmar se echó para atrás por Jesús Gil. "Quería un Volkswagen Golf y Gil me dijo que si firmaba tenía un Golf en la puerta del Vicente Calderón". Pero, valga la redundancia, había un pero y es que parte de su salario era en especie, en pisos en Marbella.

Ahí entró en juego Pedro Herrera, entonces director deportivo del Real Zaragoza, que venía de ganar la Recopa y para Morientes era un equipazo. "Mi representante habló con él y me dijo que me regalaban el Golf y te pagan esto", sin especificar cifra. "Y aparte había una gran noticia: Esnáider se iba al Madrid y se quedaba la posición vacía. Con 18 años me gustaba la inconsciencia esta de suplir a la estrella del equipo", explica.

El mensaje de Víctor Fernández

Él venía un poco con la idea de aportar, pero ya el primer día en el Real Zaragoza se encargó Víctor Fernández de ponerle un listón alto de exigencia: "'Que sepas que vas a llevar el número 9', me dijo, y yo pensé que si no íbamos un poco rápido". "A Esnáider lo amaba todo el mundo y ahora llega un niño con 19 años y me preguntaba qué pensarían de mí", rememora.

De hecho, aunque metió muchos goles, hubo un par de meses de sequía que le pasaron factura a nivel personal. "Llevé bien la presión, pero hubo un momento en el que no marcaba goles. Me leía todos los periódicos y ahí empecé a ver lo que era ser futbolista profesional porque no todo eran buenas noticias. El míster siguió confiando en mí y marqué goles. Estábamos en media tabla y no por Champions, ¿es por mí y porque se ha ido Esnáider? El Zaragoza tiene una afición que aprieta y sentía la presión, pero después empecé a ser la referencia del equipo y fui el máximo goleador del equipo", comenta.

Morientes y Cuartero, en un entrenamiento con el Real Zaragoza.

Morientes y Cuartero, en un entrenamiento con el Real Zaragoza. / Archivo El Periódico de Aragón

El contrato vitalicio de Soláns

Un día yendo a jugar con el Real Zaragoza, estando en el bus camino del aeropuerto, le llamó su representante a uno de los primeros teléfonos móviles que salieron en España y le preguntó que qué equipo le gustaba más de la Liga, a lo que contestó que todos. "Te doy una noticia: elige el que te dé la gana porque todos han preguntado por ti y quieren saber si quieres ir. Enseguida le dije que el Real Madrid".

"Yo me sentía maño, me compré el piso, hice amigos y era la ciudad perfecta, aunque hacía un frío del carajo"

Fernando Morientes

— Exjugador del Real Zaragoza

Y ante los rumores de que se iba a ir, un día le llama Alfonso Soláns a La Romareda: "Estoy oyendo cosas, pero olvídate, que eres muy joven y te puedes perder, esta es tu casa. Nuestra idea es ampliarte el contrato, que sea vitalicio, de por vida, hasta el final de tu carrera. Queremos que seas el Julen Guerrero del Zaragoza. Vas a ser el mejor pagado, por encima de Pardeza (y ojo, que sabía lo que cobraba Pardeza y era mucho). Si te vas al Madrid vas a ser uno más, mira a Esnáider. Como te vayas al Madrid y no te vaya bien no te vamos a querer".

De hecho, Morientes tuvo sus dudas porque las cuentas eran jugosas y estaba muy a gusto en la ciudad: "Yo me sentía maño, me compré el piso, hice amigos y era la ciudad perfecta, aunque hacía un frío del carajo. Estaba encantado, pero le dije a Soláns que los trenes pasan una vez y te llamaba el Real Madrid", cuenta. Además, las cifras, aunque para hoy en día no lo son, eran astronómicas porque los 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros) eran el traspaso más caro de la historia de un jugador español.

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