Real Zaragoza

JIM, el mejor de los técnicos que han venido al rescate del Real Zaragoza

Desde el último descenso, el equipo aragonés ha cambiado de entrenador a mitad de temporada once veces

JIM, dando instrucciones durante un partido en su etapa como zaragocista

JIM, dando instrucciones durante un partido en su etapa como zaragocista / Carlos Gil-Roig

Arturo Pola

Arturo Pola

Nunca es una buena señal tener que cambiar de entrenador a mitad de temporada y menos tenerlo incluso que hacer en un par de ocasiones en el mismo curso. Pues bien, el Real Zaragoza lo ha tenido que hacer un total de once veces desde el último descenso.

Una década, ya más, en la que exigencia por el ansiado regreso ha hecho que, habitualmente, la paciencia de los gestores del club fue poca y se ha pensado que la solución para los males era mover la ficha del banquillo. Un recurso que a veces ha funcionado y en otras muchas no y que normalmente ha tenido mejor resultado cuando el cambio buscaba evitar el peligro real del descenso a cuando se buscaba una reacción para soñar con que, todavía, era posible el regreso a Primera.

El mejor ejemplo de este último caso es el de Juan Ignacio Martínez, que llegó a la capital aragonesa en diciembre de 2020 con el Zaragoza ubicado en los puestos de descenso, penúltimo y en una dinámica tan peligrosa que quizá fue el momento en el que más cerca ha estado el equipo aragonés de descender otra categoría. No le pesó la responsabilidad de casi abocar a la desaparición al Real Zaragoza y JIM resucitó a un equipo que no tenía pulso tras un dramático comienzo de temporada en el que ni Rubén Baraja ni Iván Martínez pudieron levantar al muerto.

En cambio, el técnico alicantino dio con la tecla y desde el orden y el control fue encontrando poco a poco los resultados para conseguir finalmente, de manera tranquila, la salvación. JIM es el único entrenador que ha superado el 50% de puntos logrados, en estos doce años, desde que cogió las riendas del Zaragoza a mitad de curso. Martínez logró 37 de los 72 puntos que faltaban por repartirse y se ganó el derecho a continuar al año siguiente al frente del equipo, aunque su historia tampoco acabó demasiado bien.

Exactamente la mitad de puntos conseguidos logró Lluís Carreras cuando sustituyó a Popovic en la temporada 15-16 (36 de 72). Tanto es así que el catalán consiguió enderezar el rumbo hasta tal punto de que su Real Zaragoza dependiera de sí mismo para clasificarse para la promoción y soñar con el ascenso. Enfrente la Llagostera, un equipo ya descendido y que, contra todo pronóstico, goleó de una manera absolutamente lamentable al equipo aragonés. A pesar de su notable trayectoria, ese último partido le condenó y anuló sus opciones de seguir en el banquillo.

Ranko Popovic, durante una entrevista con este diario

Ranko Popovic, durante una entrevista con este diario / Jaime Galindo

Precisamente el predecesor de Carreras, Ranko Popovic, también llegó con la campaña iniciada, la 15-15 y su marca de puntos alcanzada (41 de 84) también permitió al Real Zaragoza meterse en el playoff, aunque allí Las Palmas arrebató en la final a los aragoneses el regreso a Primera en la vez que más cerca lo han tenido. Analizando los números del resto de entrenadores, Víctor Fernández salvó al equipo el pasado año, aunque sus cifras no fueron especialmente buenas (14 de 36). Mejores fueron en su tercera etapa en el banquillo, en 2018 (35 de 72). Parecido le fue a Fran Escribá cuando llegó a la capital aragonesa (37-78).

Pero hubo otros entrenadores que llegaron como revulsivo y no encontraron demasiadas soluciones. Especialmente convulsa fue en ese sentido la temporada 16-17. Raúl Agné sustituyó a Luis Milla y su irregular labor (22 puntos de 57) hizo que el Zaragoza colocara en el banquillo a César Láinez hasta final de temporada, aunque tampoco mejoró mucho la cosa (15 de 36) en un curso para olvidar.

El año pasado, Julio Velázquez relevó a Escriba pero su insostenible 15 de 42 hizo que hubiera que recurrir a Víctor Fernández, como en 2014 el Zaragoza llamara a Víctor Muñoz (14 de 36). Los que peores números tuvieron, y menos tiempo estuvieron en el banquillo zaragocista, fueron Iván Martínez y Lucas Alcaraz, que estuvieron ocho partidos cada uno y solo lograron tres y cinco puntos, respectivamente.

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